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«El número de nuestros colegiados se triplicará en tres años, lo que llevará a una saturación de profesionales»

Desde hace unos meses, el doctor Rafael Carroquino preside una joven, ilusionada e ilusionante junta directiva del Colegio de Dentistas de Melilla. Entre sus acciones prioritarias figura la defensa del paciente y de los profesionales que representa y su futuro. La precariedad laboral, los númerus clausus, el intrusismo o el PADI son algunos de los temas que GACETA DENTAL aborda con este melillense, apasionado del mar y de las letras.

—Todos los colegios poseen características propias, ¿cuáles diferencian al de Melilla?

—Tiene unas características propias al ser una ciudad fronteriza. Contamos con veintiséis colegiados en la ciudad, aunque hay más profesionales, con un número creciente de origen bereber y latinoamericano, así como decenas de colegas extranjeros en territorio marroquí, en la misma frontera y en pueblos y aldeas vecinas. Hace bastantes años los extraterritoriales recordaban mucho a los sacamuelas de mercadillos y zocos, pero actualmente están formados en facultades de Odontología con el sistema francés. Melilla es una Ciudad Autónoma de tan sólo doce kilómetros cuadrados que prácticamente no tiene territorio extra urbano, con una población de 81.200 habitantes y una densidad muy alta, de 6.200 habitantes por kilómetro cuadrado. La población extraterritorial puede rondar los 300.000 habitantes y sabemos que, por motivos económicos, existe una migración de pacientes al país vecino.

—¿Qué objetivos prioritarios se ha marcado en su mandato?

—Nuestro interés principal es velar por los intereses de los colegiados. Pretendemos activar un ciclo de formación propio en nuestra ciudad, creando cursos modulares de experto en diversas materias que se impartan en Melilla. Llevamos toda la vida viajando para adquirir titulaciones, con lo que eso supone de gastos y días de pernoctar fuera. Pensamos que también tenemos derecho a recibir conocimientos sin tener que desplazarnos.

El Consejo General nos facilita dos cursos anuales, pero aspiramos a tener un ciclo de formación impartido en nuestra ciudad.

También queremos tener una sede propia, de la que carecemos y es un objetivo a medio plazo.

—En muchos colegios hay quejas por la abundancia de titulados en Odontología que sale cada año de las universidades. ¿También en Melilla se aprecia ya el problema del exceso de dentistas?

—En menos de cinco años se ha duplicado el número de colegiados y actualmente los jóvenes son mayoría. Creemos que en tres años más se triplique. De manera que para una ciudad limitada en espacio y territorio se producirá en poco tiempo una saturación que tendrá sus consecuencias.

—¿Estaría de acuerdo en crear númerus clausus en las universidades?

—Esto es una cuestión política y también comercial, que tiene connotaciones de intereses ajenos a la realidad de la profesión. El sistema actual está únicamente diseñado para llevar a cientos de profesionales al paro y no ha reparado en la necesidad real de limitar el acceso a la profesión. Recientemente he estado en Valencia y he observado que allí hay cuatro facultades de Odontología. ¿Hay necesidad de tantas? No hace falta comentar lo que ocurre en el resto de España.

—¿Cuántos dentistas hay en Melilla y cuántos más podría absorber a corto plazo?

—Hay veintiséis colegiados y unos treinta censados, sin contar los extraterritoriales que trabajan también para la población melillense. De manera que ya estamos en una situación límite. La modificación al alza de este estatus traerá consecuencias de precariedad en el trabajo.

—¿Se dan ya casos de precariedad profesional?

—Decididamente sí. Viene a colación con el aumento de franquicias, que se aprovechan de las circustancias para ofrecer salarios poco dignos.

—¿Existe intrusismo o es un mal erradicado?

—En todas las ciudades fronterizas existe intrusismo y depende de la diferencia de renta per cápita de ambos países. No sólo existe un trasiego de pacientes sino también de talleres protésicos.

—¿Cómo está afectando la crisis al sector dental en el ámbito del colegio que preside?

—La crisis en Melilla empezó más tarde que en la península. Esta es una ciudad de servicios y funcionariado, no existe producción o industria, de manera que la crisis se ha demorado, pero actualmente se ha instalado como en todos los sitios.

—¿Y cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta el sector en Melilla?

—Hay un dato que merece una atención especial comparativamente. En Melilla trabajan para la función pública alrededor de 250 médicos, sin embargo, sólo hay cuatro odontólogos-estomatólogos con trabajo en la Seguridad Social u otras entidades públicas. De manera que la oferta de trabajo está limitada a la privada. Si ésta aumenta desmesuradamente, la precariedad es manifiesta.

—¿Cómo ve el futuro de la profesión en el plazo de su presidencia?

—La Junta Directiva que presido y que es mayoritariamente joven, tiene una gran ilusión por minimizar la precariedad y gestionar un colegio que no sólo defienda al paciente sino también a los profesionales y su futuro.

—El Programa de Asistencia Dental Infantil (PADI) ha sido campo de batalla en otros colegios de dentistas. ¿Cómo se ha abordado este tema en Melilla?

—El PADI fue abordado exclusivamente por la función pública, pero actualmente las diferentes pólizas de asistencia las tienen asumidas.

—¿Qué servicios ofrece el Colegio de Melilla a sus afiliados?

—Aún no disponemos de sede colegial, está adscrito al despacho de nuestra letrada-gerente, que nos asesora. Nuestra comunicación es por e-mail y a través de nuestra web (www.icoemelilla.com).

Realizamos al menos dos asambleas anuales y el Consejo de Dentistas nos ofrece dos cursos de formación continuada. Al margen de estos cursos, realizamos uno o dos más que previamente consensuamos.

Nuestros objetivos son claros: dotar al colegio de una sede social o colegial, programar un curso modular anual de experto universitario, gestionar una bolsa de trabajo, evitar la instalación de la precariedad profesional y laboral e intervenir en la docencia de los títulos del Consejo General.

Perfil del Dr. Rafael Carroquino

Médico Especialista en Estomatología. (Universidad de Sevilla y Granada). Vocal de la SEI. Numerario SECIB. Fellow ICOI. Miembro de SEI, SECIB, ICOI, IRCOI, AIIP, AIO. Jefe de Servicio de Odontología (Administración Militar). Director Clínica Carroquino, centro de implantes melillense. Diplomado en Cirugía Bucal, Implantología y Ortodoncia.

Nacido en: Melilla.

Estado civil: Casado.

Aficiones: Mar, escribir, literatura, historia.

Deportes: Golf.

Un libro: Sinuhé el Egipcio, de Mika Valtari.

Música preferida: Actualmente chill out de Buddha Bar, Café del mar, etc.

Viajes en cartera: Madrid, Consejo General; Granada, promoción de Escuela Estomatología; Washington, Congreso Academia Americana de Implantes y Roma, Congreso de Implantes.

Junta Directiva del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Melilla

Presidente: Rafael Carroquino Cañas

Vicepresidente y tesorero: Fco. Javier Caras Mercader

Secretario: José María López Fernández

Vocales: Cándida Rico Coleto, Marta Hernández Donadeu y Sufiam El Mahi Amar.

Más información: www.icoemelilla.com

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