La gingivitis es una inflamación de la encía, causada casi siempre por la acumulación de placa bacteriana en la superficie de la misma, y cuya característica más notable es el sangrado de las encías. Por otro lado, la periodontitis es una afectación más profunda, involucrando al ligamento del diente, a la encía y que conlleva también una pérdida de hueso, que, de no tratarse, puede llegar a provocar la pérdida de diente o dientes.
Por lo tanto:
- Si te sangran las encías, puede deberse tanto a una gingivitis como a una periodontitis, por lo que es recomendable acudir al dentista a revisarlo.
- Si notas las encías retraídas, movilidad en los dientes o mal aliento, además de sangrado, podrías tener una periodontitis. Esta enfermedad puede avanzar sin dar dolor, por lo que es muy importante que acudas a tu dentista si tienes cualquiera de los síntomas mencionados.
Y es que, que tal como informa Spyros Vassilopoulos, miembro del Comité Ejecutivo de la FEP, a Gaceta, «el paciente no puede diferenciar fácilmente la gingivitis de las primeras fases de la periodontitis. Esos cambios iniciales en los tejidos de soporte de los dientes deben ser detectados por un periodoncista o dentista. Así pues, cuando se notan por primera vez encías inflamadas y sangrantes, el paciente debe acudir a su equipo dental para que le hagan un examen periodontal y le orienten. Sin embargo, siempre que los pacientes detecten huecos recién formados o triángulos negros entre los dientes que parezcan más largos que antes, puede tratarse de un signo de formas más graves de enfermedad de las encías. Lo mismo ocurre cuando el paciente detecta dientes móviles o que migran«.
¿Y cómo se curan?
Para curar la gingivitis, una limpieza profesional suele ser suficiente, a no ser que esté causada por algún problema sistémico o por la toma de ciertos medicamentos. Sea cual sea su origen lo más eficaz para prevenirla es mantener una correcta higiene bucodental, como cepillarse los dientes después de las comidas, utilizar hilo dental y realizar visitas al odontólogo en caso de que este así lo determine.
Si la gingivitis no se trata a tiempo o adecuadamente, puede progresar a periodontitis.
La periodontitis, sin embargo, al ser una enfermedad más dañina, puede provocar muchos problemas dentales tanto a nivel estético como funcional. Una de las consecuencias más comunes es la pérdida de las piezas dentales, ya que tanto la encía como el hueso están afectados, perdiendo los dientes su soporte. Pero no solo eso, la periodontitis también está relacionada con numerosas enfermedades sistémicas, aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, ictus, artritis reumatoide, Alzheimer, distintos tipos de cáncer, y afectando al control de la glucemia en pacientes diabéticos.
El tratamiento de la periodontitis es más complejo que el de la gingivitis y en función del tipo de periodontitis, el profesional dental necesitará aplicar tratamientos que comprenden desde un raspado y alisado radicular hasta realizar una cirugía periodontal (acceder hasta el hueso para remodelarlo o regenerarlo cuando sea posible y suturar de nuevo la encía).