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Dr. Alberto Monje, director del Área de Periodoncia de CICOM Monje: «La aportación científica debe centrarse en cómo generar un beneficio para la comunidad»

Con optimismo e inquietud. Así es como ve el Dr. Alberto Monje el presente y futuro de la Odontología en España, un país, explica, «líder mundial en muchas disciplinas clínicas y científicas de la Odontología» con una «comunidad joven muy prometedora y con un gran potencial», especialmente en el área de la Periodoncia y terapéutica de implantes.

—Dr. Monje, recientemente ha sido reconocido por la plataforma ExpertScape como uno de los líderes mundiales en Implantología dental, situándose entre los primeros puestos y siendo, además, el investigador más joven del mundo en esta área. ¿Qué siente al alcanzar este logro? y ¿cómo se llega hasta aquí?

—La aportación científica debe centrarse en cómo generar un beneficio para la comunidad. Además, es conveniente que la abordemos desde la cooperación en equipo que es como obtenemos grandes logros, más que como una fuente de competitividad basada en rankings o clasificaciones. Aparecer en esta lista representa un honor por el reconocimiento al quehacer del grupo de trabajo al que pertenezco, en el que procuramos avanzar con mucho rigor y disciplina, desde un enfoque y compromiso con la aplicación clínica.

—Su formación se ha centrado en la Periodoncia y la terapéutica de implantes. ¿Desde siempre tuvo claro que quería enfocarse en estas dos disciplinas? ¿Qué le llevó a interesarse por ellas? ¿Qué figuras han sido claves en su carrera?

Dr. Alberto Monje

—Mi evolución se ha debido a la influencia de quienes han guiado mi camino. Que mi carrera desembocara en la Periodoncia fue gracias a Pablo Galindo, quien, siendo yo un recién licenciado de Odontología con inquietudes, pero no demasiada vocación, me dio la oportunidad de mi vida: aterrizar en la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, siguiendo la estela de otros grandes amigos y compañeros. Allí tuve dos grandes mentores que me inspiraron en el área de la Periodoncia: los profesores Hom-Lay Wang y William Giannobile. Aprendí y aprendo mucho de mis mentores.

Sin embargo, el verdadero bagaje que he extraído de estos tres grandes maestros ha sido integrar valores como el sacrificio, la ética en el trabajo, el rigor, la tenacidad o la generosidad. Estos son los principios que intento inculcar ahora a los estudiantes de posgrado. Daniel Buser reforzó estos pilares en mi formación e introdujo mi filosofía actual de trabajo basada en la sencillez: «menos es más».

—Para especializarse en Periodoncia y terapéutica de implantes recibió formación posgraduada en la Universidad de Michigan y la Universidad de Berna. ¿Qué le aportaron, tanto a nivel personal como profesional, estas experiencias internacionales? ¿Considera fundamental «beber de otras fuentes» para alcanzar la excelencia profesional?

—La experiencia en Estados Unidos y en Suiza me ha permitido integrar una perspectiva de trabajo muy completa. Es cierto que en el pasado la educación de Estados Unidos lideró la Periodoncia; sin embargo, actualmente, buena parte de los programas de posgrado europeos liderados por la Federación Europea de Periodoncia, y en particular los acreditados que se imparten en España, tanto en la Universidad Complutense de Madrid como en la Universidad Internacional de Cataluña, son excelentes y tienen la capacidad de formar a auténticos referentes de la Periodoncia y la terapéutica de implantes tanto en España como a nivel internacional, aspecto que se ve reforzado por el espaldarazo de una entidad científica ejemplar como SEPA.

«La formación posgraduada en Periodoncia en España es de un altísimo nivel. Ahora bien, no debemos dejarnos llevar por la autocomplacencia»

—¿Díría, entonces, basándose en su experiencia como profesor asociado de la Universidad Internacional de Cataluña, la Universidad de Michigan y la Universidad de Berna, que la formación española odontológica está a un buen nivel? ¿Cree que existen suficientes redes cooperativas a nivel internacional para el desarrollo dontológico?

—La formación posgraduada en Periodoncia en España es de un altísimo nivel. Ahora bien, no debemos dejarnos llevar por la autocomplacencia. Es necesario que más centros sigan el camino trazado por estos centros previamente mencionados, reforzar el conocimiento científico entre los estudiantes y promover la creación de conocimiento, publicando en las revistas de impacto.

Además, somos privilegiados en España por tener una sociedad como SEPA, cuya principal misión es la de fomentar la educación continua para el desarrollo de la Periodoncia. En nuestro país es perfectamente factible hacer una práctica clínica basada en el rigor científico. Y desde las universidades y desde SEPA estamos trazando líneas de cooperación para el desarrollo del conocimiento, como se refleja en la contribución a la Federación Europea de Periodoncia o a la Federación IberoPanamericana de Periodoncia.

El Dr. Alberto Monje, en su faceta clínica, trabaja codo a codo con su padre, el Dr. Florencio Monje, reputado profesional de la 
Cirugía Oral y Maxilofacial.
El Dr. Alberto Monje, en su faceta clínica, trabaja codo a codo con su padre, el Dr. Florencio Monje, reputado profesional de la Cirugía Oral y Maxilofacial.

—En la actualidad, ¿qué situación diría que atraviesan las disciplinas de la Periodoncia y la Implantología en España? ¿En qué campos cree que, gracias a la investigación y/o la tecnología, se lograrán avances más prometedores, en beneficio de clínicos y pacientes?

—España es líder mundial en muchas disciplinas clínicas y científicas en Odontología. En el área de la Periodoncia y terapéutica de implantes, además de los líderes indiscutibles que han capitaneado y representado a España a nivel mundial como Mariano Sanz, Juan Blanco, David Herrera o el actual presidente de SEPA, José Nart, entre muchos otros, a quienes tanto debemos, hay una comunidad joven muy prometedora y con un potencial tremendo que están vertebrándose en torno a SEPA.

Además del claro modelo de las últimas tres décadas impulsado por Mariano Sanz, más la aportación de jóvenes con una sólida formación internacional, la Periodoncia española comienza a ser una clara referencia en el estudio y manejo de las patologías periimplantarias.

«Se debe reforzar la ética y la mirada centrada en los pacientes, evitando sobretratamientos o enfoques no basados en lo que el paciente realmente requiere»

—Por otro lado, es miembro activo de sociedades científicas nacionales e internacionales. ¿Qué le aporta, a nivel profesional, su pertenencia a las mismas?

—Lo más importante de las entidades científicas es la gran oportunidad para aportar y compartir conocimiento, puesto que es de esta manera como entiendo que se puede evolucionar. En este sentido, el papel de SEPA es fundamental. Es un grandísimo honor contar con la confianza para asumir responsabilidades institucionales en una de las entidades de referencia de la Periodoncia en el mundo, tal como percibo de colegas de otros países.

—En la faceta clínica, trabaja codo con codo con su padre, el Dr. Florencio Monje, reputado profesional de la Cirugía Oral y Maxilofacial en la consulta CICOM Monje. ¿Qué aprende de su padre como clínico? ¿Y qué cree que su padre aprende de usted?

—Mucho. Además de la relación familiar, hay una profunda admiración por mi parte. No obstante, tenemos dos visiones diferentes, muy complementarias por diferentes razones.

Para aprender es fundamental ser flexible y estar dispuesto a escuchar. Es la clave de una sinergia exitosa y lo que permite extraer lo mejor de nuestras disciplinas en todos los casos que tenemos que colaborar. Florencio Monje, mi padre, me aporta mucho en técnicas quirúrgicas avanzadas y manejo de paciente con comorbilidades, además de su experiencia y valores. Y, aunque él lo debe corroborar, quizá mi práctica clínica y conocimiento le abre a principios de mínima invasión y manejo de tejidos blandos, aspectos clave en la prevención de complicaciones biológicas y estéticas.

«En Odontología es crucial estar actualizado y, ahora también, poner al paciente en el centro»

—A pesar de tener visiones diferentes de la Odontología, ¿por qué principios o valores se rigen ambos?

—Más allá de las diferencias o similitudes, lo relevante es la transmisión de valores y principios transversales como el rigor, la honestidad, el compromiso con la excelencia y con la ética profesional. Me siento muy honrado de poder compartir mi vida profesional con Florencio Monje, puesto que también es para mí un modelo y un anclaje personal.

—Es usted muy joven, pero ¿qué consejos les da a quienes están a punto de acabar sus estudios o están dando sus primeros pasos laborales para disfrutar de la Odontología?

—Humildad, constancia y perseverancia combinadas con paciencia y compromiso con el aprendizaje y la mejora permanente. En Odontología es crucial estar actualizado y, ahora también, poner al paciente en el centro.

También que fijen un modelo a seguir y les sirva de inspiración. La madurez clínica y personal es un largo camino, pero siempre puede ser allanado por experiencias previas que ayuden a anticipar complicaciones. Y, por último, cooperar con otros colegas en espacios de interacción como las sociedades científicas. SEPA es un claro ejemplo de punto de encuentro y plataforma de estímulo para estudiantes y jóvenes que comienzan a desarrollarse como dentistas.

Conoce la trayectoria de Alberto Monje: consulta su CV.

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Presente y futuro de la Odontología

Como profesional de la Odontología, según explica el Dr. Monje, «intento combinar una dosis equilibrada de optimismo y orgullo con inquietud por las mejoras que debemos plantear constantemente desde la responsabilidad individual y colectiva».

En este sentido, explica que se debe reforzar la ética y la mirada centrada en los pacientes, evitando sobretratamientos o enfoques no basados en lo que el paciente realmente requiere para mejorar su salud bucal, su bienestar o su calidad de vida.

«Esto es algo muy relevante en la terapéutica de implantes, así como en los tratamientos regenerativos o estéticos. Las personas que acuden a una consulta dental disponen cada vez de más información, lo que aumenta su escepticismo y actitud crítica sobre los tratamientos sugeridos, bien por experiencias propias o de personas cercanas con malas experiencias previas. Persuadirles y mostrarles la consistencia de nuestro trabajo basado en la evidencia a personas con malas experiencias o falsas creencias es un trabajo arduo, muy complejo. Es un gran estímulo, un gran reto», cuenta el Dr. Monje.

«Soy optimista con el futuro. Confío en la labor de la universidad y de una entidad como SEPA para fomentar prácticas éticas basadas en el rigor científico y la excelencia clínica, propiciando una consolidación de la Odontología basada en la calidad asistencial», detalla el Dr. Monje.

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