Muchas innovaciones en el siglo XIX ayudaron a desarrollar el conocimiento de la odontología moderna y a establecer el profesionalismo en el campo: desde James Snell inventando la primera silla reclinable diseñada específicamente para trabajos dentales en 1832, a la escuela de odontología inaugural de Gran Bretaña, que abrió sus puertas en 1859.
Sin embargo, las verdaderas raíces de la odontología moderna se remontan a más de un siglo antes, como bien explica el Dr. Paul Craddock, historiador cultural de medicina, en un episodio del podcast History Extra.
“Tendemos a pensar que la odontología existe desde siempre, pero no es así. La atención dental se limitaba tradicionalmente a la extracción de dientes”.
Porque lo cierto es, que aunque las evidencias del cuidado de los dientes se remontan incluso a la prehistoria, y a civilizaciones como las de los sumerios, chinos, etruscos y egipcios, – con el alto funcionario egipcio de la Tercera Dinastía llamado Hesy-Re como primer dentista conocido de la historia, – la odontología estaba aún muy lejos de ser una profesión especializada con una comprensión detallada de la anatomía.
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El gusano dental
Craddock explica que hace mucho tiempo, y hasta bien entrado el siglo XVIII “la gente de todo el mundo pensaba que el dolor de muelas era causado por un pequeño gusano. Hay referencias a gusanos dentales en el antiguo Egipto, Madagascar, Borneo, Babilonia, la Alemania medieval, y había medallones con representaciones de estos gusanos de la Francia moderna temprana”.
Mayor preocupación por la sonrisa en el s. XVIII
Si bien en este siglo la gente todavía confiaba en los barberos-cirujanos para tratar cualquier dolencia de la boca, Craddock señala que en el siglo XVIII se volvió más «deseable» cuidar los dientes y «lograr una buena sonrisa».
“La gente tenía peores dientes que nunca debido a una combinación de consumo de azúcar y desnutrición. Pero también querían verse bien a medida que florecían las industrias de la belleza y la moda. Existían manuales de belleza. Los poetas escribieron advertencias a las jóvenes para que cuidaran su cabello y se lavaran los dientes. La odontología fue una respuesta a estos cambios sociales”.
«El cirujano dentista, un tratado sobre los dientes»
La persona que puso fundamentalmente el enfoque científico en el cuidado dental fue un cirujano francés llamado Pierre Fauchard (1678-1761), pues hasta ese momento, la odontología era una mezcla de medicina popular, cirugía muy básica y sentido común.
Craddock relata que Fauchard era un cirujano altamente calificado en París, que incluso había desarrollado sus propias herramientas y métodos de dentista. En su afán por mejorar, escribió una enciclopedia con toda la información que pudo encontrar sobre los dientes y sus cuidados. Y la que no encontró, la escribió él mismo. Así se publicó, en 1723, su obra maestra en dos volúmenes, Le Chirurgien Dentiste, ou Traité des Dents (El cirujano dentista, un tratado sobre los dientes).
“Todo su enfoque se basó en la observación, y eso lo llevó a ofrecer un nuevo tipo de negocio de cuidado de los dientes, dirigido a la prevención y la promoción de la limpieza de los dientes y el no consumo de azúcar”, dice Craddock. “Si eso fallaba, tenía un menú de técnicas, como crear unos empastes que él inventó y lavarse la boca con jabón”.
En su libro, Fauchard introdujo ideas revolucionarias, como la sugerencia de que los ácidos y el azúcar podrían causar caries, y analizó todas las áreas del cuidado dental, desde el diagnóstico hasta los tratamientos expertos, incluidos los principios de ortodoncia, prótesis y cirugía. Por eso se le conoce como el padre de la odontología moderna.
También refutó la teoría del gusano dental de una vez por todas, como explica Craddock. “Fauchard veía este gusano como un gran problema y se dispuso a encontrarlo. Pero no importa cuánto lo intentó, incluso con un microscopio y las herramientas más avanzadas de su época, no pudo. Llegó a la conclusión de que no existía. Incluso si lo hiciera, probablemente no tuviera nada que ver con el dolor de muelas, pensó”.
Fuente: Artículo original de Jonny Wilkes, ex redactor de BBC History Revealed, y que actualmente escribe tanto para la revista como para HistoryExtra.