InicioPacienteAnestesia en el dentista: tipos, riesgos y todo lo que el paciente...

Anestesia en el dentista: tipos, riesgos y todo lo que el paciente debe saber

Aparte del dolor, un miedo al dentista muy típico es la anestesia y si puede llegar a sentar mal de alguna manera. Lo cierto es que esto depende de muchos factores y siempre se toman las precauciones pertinentes.

Pero en caso de que te estés preguntando qué tipo de anestesia se utiliza en el dentista y sus posibles reacciones, te lo contamos.

Tipos de anestesia en el dentista

Hay muchos tipos de anestesias que se pueden usar en el dentista, tanto solos como combinados, dependiendo de factores como edad, estado de salud, cuánto va a durar el procedimiento y por supuesto, si ha tenido cualquier tipo de reacción negativa a la anestesia anteriormente.

Aparte de esto, los tipos de anestesia pueden clasificarse de varias maneras. Empecemos por el alcance o duración de la anestesia.

Anestesia local

Se aplica para inhibir la conducción nerviosa en determinadas zonas de la cavidad oral, eliminando así cualquier tipo de molestia o sensibilidad. Es la más habitual, ya que se aplica en los procedimientos más frecuentes como empastes, carillas estéticas, endodoncias, implantes o cuando hay que extraer una pieza. Y en casos de una higiene bucal profunda, porque hay que eliminar una placa de sarro muy dura, también puede llegar a aplicarse.

Se pueden utilizar diferentes sustancias, como articaína, bupivacaína, lidocaína, mepivacaína y prilocaína, que se aplican o inyectan directamente en la zona que se va a tratar. Tardan unos 10 minutos en hacer efecto y el efecto dura entre 30 y 60 minutos.

Si hablamos del tipo de anestesia local según el procedimiento (en qué lugar de la boca se aplica), podemos diferenciar entre:

  • Troncular: para dormir la arcada inferior de la boca. Insensibiliza la parte de abajo de la boca, incluyendo lengua y labio.
  • Infiltrativa: normalmente se aplica en la arcada superior, o en el caso de niños, también se puede aplicar en la inferior.
  • Intraligamentosa: se aplica entre el hueso dental y el ligamento.
    Por ejemplo, si hay que tratar una endodoncia, primero se aplica la troncular y después la intraligamentosa.

Spray, crema, parche o gel anestésico

Realmente, este tipo de anestesia no es un método que se use de manera independiente en ningún procedimiento como los antes mencionados. Esto es porque su forma de administración es tópica, lo que quiere decir que tiene una efectividad limitada, y su uso en realidad es para adormecer la zona donde se va a dar el pinchazo de la anestesia bucal.

Sedación

La anestesia por sedación se aplica sobre todo a pacientes con ansiedad, ya que ayuda a mantenerlos quietos durante la intervención del dentista. Puede ser de varios tipos.

Sedación consciente

Se usa para relajar al paciente, que esté tranquilo y así su experiencia en el dentista no sea traumática. Por eso se usa también muchas veces con niños. Otra aplicación común es cuando se va a realizar un implante, ya que hay muchos pacientes que tienen miedo a este procedimiento.

Un ejemplo de aplicación de este tipo de sedación es la que realiza Lara & Ochoa Clínica Dental en los tratamiento de los pacientes que no se encuentran cómodos en el dentista debido al miedo. Resaltan que además, gracias a este tipo de sedación, el postoperatorio es menos doloroso y con una disminución importante del edema postquirúrgico.

Sedación leve

Se lleva a cabo aplicando una mascarilla por la que se inhala óxido nitroso, aunque también se puede usar diazepam, midazolam o propofol. Es una técnica de sedación útil para llevar a cabo tratamientos periodontales como el mantenimiento de las encías.

Sedación profunda

También conocida como anestesia monitoreada, en la cual el paciente no deja de ser consciente de su entorno, a no ser que sea para responder a una estimulación repetida o dolorosa.

Anestesia general

En este caso está totalmente dormido y no va a ser consciente de su entorno bajo ningún concepto. Se lleva a cabo para cirugías donde se corrigen ciertas deformidades y alteraciones maxilofaciales o incluso para la extracción de muelas del juicio. En general, se usa para procedimientos que van a durar un largo periodo de tiempo.

Se pueden usar sustancias como propofol, ketamina, etomidato, midazolam, diazepam, metohexital, Óxido nitroso, desflurano, isoflurano o sevoflurano

Debido a que el paciente debe estar completamente monitorizado, solo se realiza en un hospital. Y es la que conlleva más riesgos, como en el caso de cualquier otra operación general que se deba aplicar a un paciente.

Riesgos de la anestesia dental

Según un estudio del COEM sobre Complicaciones asociadas a la anestesia bucal, pueden ser algunas de las siguientes:

Trismus

Es un espasmo de los músculos masticatorios que impide la apertura normal de la cavidad bucal. Puede estar asociado a un acto reflejo por dolor originado por hematomas, hemorragias o por el trauma al músculo pterigoideo interno durante la inyección que se aplica en la mandíbula.

Parestesia

El paciente nota un entumecimiento o pérdida parcial de la sensibilidad local. También puede sentir ardor y hormigueo, incluso después de que ya haya pasado el efecto de la anestesia.

Parálisis del nervio facial (VII par craneal)

La parálisis puede ser inmediata o tardía, provocada al pinchar sin pretenderlo el lóbulo profundo de la glándula parótida, inyectando la anestesia por accidente cuando se esté llevando a cabo una técnica mandibular o un bloqueo del nervio dentario inferior.

Dolor durante la punción e inyección

Sucede tras el uso repetido de la aguja en un paciente al que se están aplicando varias técnicas, y por tanto, realizando la inyección rápida de soluciones anestésicas ácidas, con anestésicos fríos o simplemente cuando se realizan inyecciones poco cuidadosas con demasiada anestesia.

Para prevenir que suceda, el dentista debe cambiar la aguja para cada pinchazo que se requiera en los procedimientos de un mismo paciente

Lesiones autoinducidas de tejidos blandos

Las provocadas inconscientemente por el paciente cuando por ejemplo se muerde bajo el efecto de la anestesia, ya que tiene dormida una parte de la cara y no se da cuenta. Suele pasar con niños o pacientes con discapacidad intelectual o trastornos en el desarrollo psicomotor.

Toxicidad sistémica

La incidencia de toxicidad sistémica en la anestesia del dentista es baja: la bupivacaína combinada con la técnica epidural es la que tiene un mayor índice, concretamente del 33% de los casos.

Reacciones alérgicas

Las reacciones alérgicas son muy poco comunes, representan menos del 1% de los efectos secundarios reportados. La alergia a la anestesia dental provoca urticaria, edema, prurito, lagrimeo o rinitis. Muy pocas veces pasan a mayores, como puede ser una reacción anafiláctica.

Otros posibles efectos secundarios de la anestesia dental

  • Náuseas o incluso vómitos
  • Cefalea o dolor de cabeza
  • Sudores y/o temblores
  • Confusión, a veces llegando al extremo de delirio o incluso alucinaciones
  • Dificultad al hablar
  • Boca seca o dolor de garganta
  • Sensación de mareo
  • Cansancio

Comunicación entre dentista y paciente

Como hemos visto, la anestesia dental puede llegar a producir reacciones adversas en los pacientes, aunque no suele ser lo normal. Precisamente una de las maneras de evitar que nada suceda es establecer un diálogo dentista / paciente donde se informe si existe algo a tener en cuenta en relación con el estado de salud del último.

Por ejemplo, en el caso de sedación y anestesia general, existen mayores riesgos cuando se trata con personas mayores – pueden necesitar ajustes de dosis y un control cuidadoso durante y después de la cirugía para garantizar su seguridad – o personas que tienen complicaciones de salud.

Si existen antecedentes de trastornos hemorrágicos o se están tomando medicamentos que aumentan el riesgo de hemorragia como la aspirina, hay que comunicarlo al dentista.

Lo mismo sucede si se están tomando analgésicos como opioides o gabapentina y medicamentos para la ansiedad (por ejemplo benzodiazepinas).

Obviamente, hay que comunicar al dentista cualquier tipo de alergia.

O alguna de las siguientes situaciones, que nos señalan desde Healthline:

  • Antecedentes de accidente cerebrovascular
  • Apnea del sueño
  • Trastorno convulsivo
  • Alta presión sanguínea
  • Problemas de hígado, riñón, pulmón o corazón, ya que la anestesia puede tardar más de lo normal en salir del cuerpo y por tanto tener un efecto más potente.
  • Cirugía de banda gástrica
  • Hernia de hiato
  • Alergias, náuseas y vómitos intensos con anestésicos
  • En caso de estar tomando algún medicamento que pueda causar sueño.
  • Y para una mujer embarazada, hay que valorar los riesgos de la anestesia que se quiera aplicar tanto para la madre como para el bebé.

En resumen, si bien la anestesia dental puede presentar varios efectos secundarios, conociendo bien la salud del paciente siempre se usará la técnica y los anestésicos más adecuados para que la visita al dentista vaya como la seda. De hecho, el Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife recomienda informar al odontólogo de cualquier alergia, cambio recetado en la medicación o la aparición de nuevas patologías, ya que pueden afectar al tipo y cantidad de anestesia utilizada en los diferentes tratamientos.

artículos relacionados