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Bruxismo. Causas, síntomas y tratamiento

El bruxismo es una de las afecciones más comunes en la población general, llegando a afectar hasta a un 31% de la misma. Y si bien todos lo asociamos a rechinar los dientes, el bruxismo va más allá de eso. Por eso en este artículo, y al hilo de la información que proporciona la Sociedad Española De Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial (SEDCYDO), te presentamos una guía completa sobre qué es el bruxismo, sus causas, diagnóstico y tratamiento.

¿Qué es el bruxismo?

El bruxismo se puede definir como “un hábito oromotor parafuncional inconsciente, caracterizado por contracciones rítmicas y periódicas de la musculatura masticatoria, así como por el apretamiento y/o frotamiento de los dientes.”

Es decir, el bruxismo es la acción involuntaria de apretar los músculos de la mandíbula y/o rechinar los dientes sin ningún tipo de propósito funcional. Se trata de una disfunción de la articulación temporomandibular que se encuentra entre el hueso temporal y la mandíbula. Es por lo tanto un trastorno que se caracteriza por la alteración de los músculos mandibulares y de las estructuras adyacentes.

Además, podemos diferenciar entre dos tipos de bruxismo, como vemos a continuación.

Bruxismo diurno o de vigília

El Bruxismo diurno o de vigilia (BV) no suele conllevar rechinamiento dental, si no un apretamiento de las mandíbulas. Se estima que entre un 22% y un 31% de la población general podría padecer bruxismo diurno o de vigilia, con un leve predominio en las mujeres. También afecta a un 9% de la población pediátrica.

Bruxismo nocturno o del sueño

En el caso del bruxismo nocturno o del sueño (BS), confluyen ambas situaciones: tanto apretar la mandíbula como rechinar los dientes. No hay diferencia entre hombres y mujeres y podría estar afectando a un 8% de la población general adulta, sobre todo a jóvenes entre 18 y 30 años, donde la prevalencia puede llegar hasta el 13%. Curiosamente, la prevalencia en este tipo de bruxismo va disminuyendo con la edad, y a partir de los 65 años es tan solo del 3%. Pero atención, porque el bruxismo en niños menores de 11 años podría llegar al 20%.

Aunque lo cierto es que muchas veces, ambos tipos de bruxismo se dan a la vez. En concreto, casi un tercio de los pacientes que reportan Bruxismo del Sueño afirman padecer también Bruxismo de Vigilia.

Bruxismo primario y secundario

Otra diferenciación que se puede llevar a cabo es entre bruxismo primario, donde no hay una causa médica que lo provoque. Y bruxismo secundario, que surge en pacientes con enfermedades neurológicas y psiquiátricas, como el Síndrome de Down, el Parkinson o la demencia.

¿Por qué me rechinan los dientes?

Siempre que alguien rechina o aprieta los dientes, pensamos automáticamente que es por estrés o ansiedad. Pero no es el único motivo.

Las causas del bruxismo son múltiples y entre sus factores de riesgo – que enumeramos más adelante – intervienen condicionantes genéticos, neurofisiológicos y psicoemocionales (en estos últimos es donde entra padecer un alto nivel de estrés y ansiedad).

Por tanto, las causas del bruxismo son muchas, y además cada tipo de bruxismo está asociado a diferentes causas. Las vamos a desglosar en las siguientes:

Estilo de vida

El Bruxismo del Sueño se relaciona con un comportamiento asociado a una alteración en la neurotransmisión de dopamina (neurotransmisor encargado de la atención, motivación, perseverancia y recompensa). Esta alteración puede darse por conductas que estimulan de manera anormal el circuito de recompensa del cerebro.

En este caso, las causas del bruxismo pueden venir dadas por el uso de pantallas electrónicas sin restricciones, consumo aumentado de azúcar, uso de drogas psicoactivas o medicaciones prescritas en niños para tratar el TDAH.

Apnea obstructiva del sueño

Otras de las causas del bruxismo podría ser la apnea obstructiva del sueño. Antes hemos dicho que la prevalencia del bruxismo en la población general es del 12%, pero si se trata de pacientes con Síndrome de Apnea/Hipopnea Obstructiva del Sueño (SAHOS) la prevalencia se eleva hasta el 30-50%, dependiendo del Índice de Apnea/Hipopnea – IAH que tenga el paciente.

Es decir, que un 30-50% de los pacientes diagnosticados clínicamente de bruxismo podrían tener SAHOS y el SAHOS se convierte así en uno de los factores de riesgo más importantes de Bruxismo del Sueño en la población general.

Ansiedad y estrés

El Bruxismo de la Vigilia, sin embargo, se relaciona más con la segregación de cortisol y serotonina, determinantes para el estrés y los estados de bienestar, respectivamente. Es decir, el bruxismo diurno o apretamiento de mandíbulas que algunas personas hacen durante el día y sin darse cuenta, sí está asociado al estrés. De hecho, la pandemia causada por el COVID ha aumentado los casos de bruxismo asociado al estrés.

Y es que en este caso, rechinar o apretar los dientes se trata en realidad de un mecanismo de defensa ante estados emocionales alterados, ya que reduce el cortisol y por tanto, disminuye los síntomas de estrés. Obviamente, si ese estrés no desaparece en la vida real, se seguirán apretando los dientes, con las consecuencias que eso conlleva e indicamos más adelante.

¿Alteraciones ocluso-dentales?

Algo importante que indica la Sociedad Española De Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial es que actualmente no existen evidencias científicas que demuestren una relación entre las alteraciones ocluso-dentales y el bruxismo, a pesar de que es un concepto muy extendido. Por lo que “el ajuste oclusal de la dentición, el llevar ortodoncia o el tratamiento de rehabilitación protésico-dental, no estarían indicados en la actualidad como procedimiento terapéuticos de primera línea para tratar el bruxismo”, tal como indican en su página web.

Factores de riesgo

También podemos considerar, en base a lo mencionado a lo largo del artículo hasta ahora y según indica la Clínica Mayo, que existen por tanto una serie de factores que aumentan el riesgo de padecer bruxismo:

  1. La edad. Puede aparecer en los niños, tiene su pico máximo hasta más o menos los 30 años, y a partir de los 65, su prevalencia es mínima.
  2. El tipo de personalidad. Una personalidad agresiva, competitiva o hiperactiva, así como la ira y la frustración, conllevan mayores riesgos de padecer bruxismo, ya que no dejan de ser situaciones de estrés, en cierta manera.
  3. Medicamentos y otras sustancias. El bruxismo puede ser causado o intensificado por algunos tipos de antidepresivos, psicoestimulantes o antipsicóticos. Igualmente, el tabaco, las bebidas con cafeína o alcohol, y consumir drogas recreativas pueden incrementar el riesgo de padecer bruxismo.
  4. Familiares con bruxismo. Hablamos en este caso del bruxismo nocturno. Si es tu caso, pregunta a tu familia, seguro que hay más miembros que lo tienen o lo han tenido. Y aunque siempre debes ir al dentista, de primeras a lo mejor pueden despejar algunas dudas.
  5. Otros trastornos. El bruxismo puede estar relacionado con ciertos trastornos médicos y de salud mental, como enfermedad de Parkinson, demencia, trastorno de reflujo gastroesofágico (enfermedad por reflujo gastroesofágico) o epilepsia. Es decir, lo que al principio referíamos como bruxismo secundario. Otros motivos por los que puede aparecer el bruxismo son los terrores nocturnos, trastornos relacionados con el sueño (como la apnea del sueño ya mencionada), y el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Síntomas y consecuencias del bruxismo

Como consecuencias del bruxismo, los pacientes suelen sufrir un rechinamiento de dientes que puede ocasionar ruido y que es el síntoma más obvio. Pero también pueden presentar algunos de los siguientes signos y síntomas:

  • Hipersensibilidad dental.
  • Dolor constante en los músculos faciales.
  • Hipertrofia y dolor cuando hay palpación de la musculatura masticatoria
  • Indentaciones en los bordes laterales de la lengua y la mucosa yugal (línea alba).
  • Presencia de desgaste dental exagerado o anómalo.
  • Dolor preauricular a nivel de las articulaciones temporomandibulares.
  • Cefaleas (dolores de cabeza) de características tensionales.
  • También hay relación entre bruxismo y migraña.
  • Posible presencia de ronquidos, apneas y reflujo gastroesofágico durante el sueño relacionados con el SAHOS. Lo que conlleva a una mala calidad del sueño y cansancio.
  • Hipersensibilidad aguda, porque al rechinar los dientes, estos se desgastan, astillan y rompen, lo que conlleva dolor en la zona mandibular.
  • Irradiación del dolor, que puede extenderse a otros órganos y producir dolor de cuello, oído o cabeza.
  • El malestar producido por el dolor puede derivar en dificultades y problemas para conciliar el sueño, y la persona afectada puede llegar a sufrir insomnio.

Si hablamos de signos clínicos – los que observa el dentista – los síntomas o consecuencias del bruxismo también son variados y puede ser alguno de los siguientes:

  • Fracturas y fisuras en los dientes y prótesis.
  • Traumatismos por mordisqueo de tejidos en el interior de las mejillas.
  • Hipertrofia de los músculos maseteros.
  • Indentaciones linguales.
  • Recesiones gingivales.
  • Torus maxilo-mandibulares (crecimientos óseos benignos)
  • Y desgaste dentario, uno de los signos más importantes, a consecuencia del frotamiento de diente contra diente.

En caso de que el problema del bruxismo no se corrija a tiempo, puede desembocar, entre otras cosas, en una disyunción maxilar que puede producir trismo (no poder abrir y cerrar la boca correctamente). Por no hablar de terminar provocando una contractura muscular muy dolorosa.

Diagnóstico

El mayor avance a la hora de diagnosticar el bruxismo ha sido determinar y reconocer que los mecanismos etiopatogénicos involucrados en el Bruxismo del Sueño y el de la Vigilia (BV) parecen ser del todo distintos, como hemos explicado antes.

Por eso, ya que hay tanta diversidad de causas y consecuencias que puede provocar uno u otro bruxismo, el Dr. Óscar Castro, presidente del Colegio General de Dentistas, recomienda acudir al odontólogo ante los primeros síntomas, que suelen ser dolor de cabeza y de cuello, molestias en los músculos de la cara, desgaste dental y chasquidos al abrir o cerrar la boca.

De esta manera, el odontólogo averiguará el origen y el grado de gravedad del bruxismo, ya que «se deben realizar diversas pruebas, como modelos articulados de la cavidad oral, radiografías y resonancias magnéticas para valorar el problema y aplicar un tratamiento correcto y personalizado para que no se complique la enfermedad. Es de vital importancia saber cómo tratar el bruxismo con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente y evitar problemas mayores», explica el Dr. Castro.

Tratamiento y soluciones

En la actualidad, no existe ninguna terapia que se haya mostrado efectiva para eliminar de forma permanente el bruxismo. Todas las acciones terapéuticas que se realizan sobre los pacientes están orientadas a prevenir, controlar y disminuir sus efectos patológicos sobre el aparato estomatognático.

Lo cual se consigue, según indica el Consejo General de Dentistas, aplicando un tratamiento que suele ser multidisciplinar e incluir la odontología neuromuscular, fisioterapia, tratamiento de posibles maloclusiones y utilización de férulas, amén del tratamiento previo de posibles lesiones de caries o ausencias dentarias. En algunos casos se emplean fármacos (tanto para tratar la ansiedad como la inflamación de la articulación) así como técnicas de relajación y control de estrés.

Férulas de descarga

El tratamiento más conocido para el bruxismo es la férula de descarga, un dispositivo se usa para dormir y tiene como objetivo reposicionar los cóndilos y relajar los músculos de manera progresiva. Al mismo tiempo, disminuye la tendencia a apretar los dientes e impide que se desgasten. Si vas a necesitar una o ya la llevas, te dejamos además algunos consejos para cuidar tu férula de descarga.

Fisioterapia y control de la ansiedad

También se puede aplicar como tratamiento la fisioterapia cráneo-cérvico-mandibular y el control del estrés y la ansiedad con técnicas de respiración diafragmática, Mindfulness o Biofeedback.

Analgésicos y antiinflamatorios

En los casos más graves de bruxismo, que cursan con dolor muscular severo y crónico, puede ser necesaria la administración de analgésicos y antiinflamatorios, pues disminuyen la inflamación y las molestias derivadas de apretar las mandíbulas.

Relajantes musculares para bruxismo

También pueden estar indicadas infiltraciones anestésicas o con toxina botulínica (Botox®) para conseguir un prolongado efecto relajante en la musculatura de la cabeza y el cuello, las zonas más afectadas.

Cirugía

Solo en casos extremos se recomienda cirugía. Antes de llegar a este paso, como hemos podido ver, hay muchos otros tratamientos que, si procede, se pueden aplicar.

En Gaceta Dental apostamos por una información de calidad, avalada por expertos, y esperamos que este artículo sobre bruxismo haya podido aclarar todas tus dudas. Pero recuerda, como hemos dicho en la guía, que lo más importante es que acudas a tu dentista cuando notes alguno de los síntomas, para que rápidamente te pueda aportar una solución.

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