InicioTendenciasGestiónQuiero digitalizar mi clínica dental: ¿Qué dispositivos necesito? Transformación digital (II)

Quiero digitalizar mi clínica dental: ¿Qué dispositivos necesito? Transformación digital (II)

En la primera parte de este artículo «Quiero digitalizar mi clínica dental, ¿por dónde empiezo?», exploramos los beneficios y la importancia de la transformación digital en una clínica dental, así como el software necesario para poderlo llevar a cabo en los ámbitos de la gestión, radiología, análisis y planificación de casos, con la finalidad de proporcionar mejores tratamientos a nuestros pacientes.

Ahora, en esta segunda parte, nos centraremos en los dispositivos necesarios para poderlo acometer. La incorporación de la tecnología adecuada en tu clínica dental no solo mejorará la eficiencia y la calidad de atención al paciente, sino que también te ayudará a mantenerte a la vanguardia en un mundo cada vez más digitalizado.

Pero, enseguida nos hacemos una pregunta: ¿por dónde empezamos? Lo primero es analizar de qué recursos disponemos. Hemos hablado brevemente de sistemas de radiología intra y extraoral, impresoras 3D y otros elementos para determinados procesos, pero, si quiero digitalizar mi clínica, ¿qué necesito realmente?

Responder esta pregunta puede resultar complejo debido a la multitud de aspectos implicados, sin embargo, si nos enfocamos en nuestra práctica diaria, la respuesta se vuelve más sencilla. Necesitamos aquello que agilice nuestros procesos y haga de nuestro trabajo una actividad más exacta y predecible para nuestros pacientes, mejorando así nuestra calidad asistencial.

«La incorporación de la tecnología adecuada en tu clínica dental te ayudará a mantenerte a la vanguardia»

En primer lugar, necesitamos disponer de una red de trabajo con una serie de elementos básicos:

  • Ordenadores: dependiendo de las necesidades de la clínica, deberás adquirir un número suficiente de ordenadores para el personal (dentistas, asistentes y personal administrativo).
  • Servidores: es recomendable contar con al menos un servidor para centralizar el almacenamiento de datos y garantizar su seguridad.
  • Dispositivos de red: esto incluye enrutadores, switches y cables de red para establecer la infraestructura de comunicación. Es fundamental disponer de elementos de copia de respaldo de nuestros datos tanto del PMS (programa de gestión de pacientes) como de las imágenes radiológicas, fotografías y registros tomados a nuestros pacientes.

En caso de duda, asesorarse por personal especializado nos ahorrará mucho tiempo y quebraderos de cabeza. Una vez estructurada nuestra red de trabajo, pasaremos a los periféricos: cámara fotográfica, CBCT, radiología y escáner intraoral, impresoras 3D y fresadoras.

«Necesitamos aquello que agilice nuestros procesos y haga de nuestro trabajo una actividad más
exacta y predecible para nuestros pacientes», destaca el Dr. Giuliano Fragola. Imágenes: cedidas por el
Dr. Fragola.

Para realizar fotografías dentales necesitaremos:

  • Una cámara con una buena resolución y capacidad de enfoque macro. Las cámaras compactas de alta gama o una cámara réflex digital (DSLR) son opciones muy comunes y asequibles.
  • Un objetivo macro para capturar detalles precisos de los dientes y las estructuras bucales. Los objetivos con una distancia focal entre 50 mm y 100 mm suelen ser los más aconsejables.
  • Un flash que proporcione la iluminación adecuada. Se puede utilizar una combinación de fuentes de luz naturales y artificiales para asegurarse que los detalles se capturen con claridad y sin sombras. Los flashes anulares, laterales y las luces de estudio son buenas opciones y su elección dependerá del tipo de fotografía que quieras realizar.
  • Elementos accesorios como espejos intraorales, retractores labiales y fondos neutros para crear contraste y resaltar los detalles de los dientes.

Para realizar buenas radiografías dentales la literatura avala la utilización de un CBCT sin necesidad de recurrir a los costosos y más invasivos TC helicoidales.

Debemos considerar que la radiología digital: reduce la exposición a la radiación, ya que requiere una menor dosis de radiación en comparación con las radiografías convencionales; mejora la calidad de imagen, ofreciendo una mayor resolución y detalle, lo que facilita el diagnóstico preciso, además de la posibilidad de trabajar las imágenes con diferentes para realzar colores, relieves, magnificación puntal, etc; y permite almacenamiento y fácil acceso, ya que se puede almacenar de forma segura en el sistema de gestión de la clínica.

Qué dispositivos necesito en mi consulta

En nuestra consulta necesitaremos:

  • Un CBCT diseñado específicamente para capturar imágenes tridimensionales de la estructura dental y ósea circundante, acompañado del software de gestión de imágenes.
  • Posicionadores y estabilizadores para garantizar una colocación precisa del paciente y minimizar el movimiento durante la adquisición de las imágenes.
  • Monitor de alta resolución que nos permita ver con claridad todos los detalles que arrojan las imágenes obtenidas.

Referente a la radiología digital intraoral hay en el mercado infinidad de sistemas. Podemos decantarnos por un sistema de sensor digital o de digitalización de placas inteligentes disponiendo, estas últimas, de una mayor flexibilidad a la hora de elegir el tamaño deseado para nuestra proyección en cada momento, ya sean periapicales, aletas de mordida e incluso oclusales, siendo más limitado en este aspecto el sistema de sensor al disponer de captador de tamaño fijo predefinido. Ambos sistemas ofrecen una calidad de imagen magnífica, siendo un elemento considerado imprescindible en nuestra actividad diaria.

Según el Dr. Giuliano Fragola, «para realizar fotografías dentales necesitaremos una cámara con una
buena resolución y capacidad de enfoque macro». Imagen: cedida por el Dr. Fragola.

En lo referente a las impresiones digitales, el escáner intraoral (IOS, Intra Oral Scanner) es la herramienta perfecta para obtener modelos virtuales de nuestros pacientes de un modo sencillo, rápido y preciso, incluso más que una impresión de alginato en la que, en muchas ocasiones, nos «olvidamos» de: agitar los botes que lo contienen, enrasar bien las cucharas dispensadoras de polvo de alginato, medir el agua, batir a conciencia el tiempo necesario, secar caras oclusales o vaciar las impresiones de forma correcta, lo que da lugar a modelos distorsionados, con burbujas o carentes de los detalles necesarios para una buena fusión de archivos entre la imagen del CBCT y el IOS.

También es posible hacer buenas impresiones con técnicas convencionales, por supuesto, pero será necesario digitalizarlas con un escáner de sobremesa, o vaciarlas para obtener modelos de escayola que también tendrán que ser digitalizados, añadiendo otro factor más de distorsión.

Pero debemos tener una cosa clara: no todos los dispositivos funcionan igual; debemos ser muy cautos a la hora de elegir y enfocar nuestros tratamientos. La formación es clave en la utilización los mismos y conocer cuáles son sus limitaciones o procesos de verificación de nuestros flujos de trabajos será clave para lograr el éxito en nuestros tratamientos.

Todos los días vemos en las redes sociales cómo se toman impresiones de cualquier cosa y de cualquier manera para luego colocar el trabajo que, «por arte de magia», encaja perfectamente, pero nada más lejos de la realidad.

Actualmente, no hay literatura que avale al 100% los procedimientos que yo llamo «plug and play», es decir, toma de impresión de cualquier situación clínica, solicitud al laboratorio para confeccionar la restauración por compleja que sea, recibirla y que, por arte de magia, encaje.

Para el Dr. Fragola, «existen en el mercado gran cantidad de sistemas de altísima calidad; elegir uno u
otro dependerá de los deseos de cada profesional y el uso definitivo que le vayamos a dar». Imágenes:
cedidas por el Dr. Fragola.

Si tenemos la fortuna de que sea así, la pregunta que me viene a la cabeza es: ¿esto es realmente preciso? ¿No hay demasiadas variables que no controlo? Seamos cautos; funcionan y muy bien, nos ayudan muchísimo, el paciente se siente agradecido al evitar las tan desagradables impresiones de alginato o silicona y, por qué no decirlo, tienen un valor de marketing enorme, pero, a veces, hay pasos intermedios que debemos conocer y llevar a cabo para que, entonces y solo entonces, podamos estar seguros de la precisión de nuestros tratamientos.

Tal es mi confianza en estos sistemas de impresión correctamente utilizados que, si los quitásemos de la consulta, sería para nosotros como quedarnos sin alginato en el pasado: un caos.

Disponemos de un IOS y ya sabemos manejarlo; ahora toca poder imprimir los modelos: ¿qué impresora me compro? ¿Merece la pena? Existen el en mercado infinidad de impresoras 3D con técnicas muy diversas en la generación del modelo
y polimerización de las resinas.

En líneas generales, necesitaremos una impresora de resina que nos brinde una resolución de entre 50u y 100u, resinas biocompatibles esterilizables, un dispositivo de lavado y eliminación de la resina no polimerizada una vez impresa la guía, y un sistema de polimerización a una determinada temperatura y longitud de onda dependiendo de las especificaciones de cada fabricante.

Imprimir no es un proceso directo y, dentro de la lista de elementos a adquirir para la digitalización de clínicas dentales, sería uno de los últimos de la lista salvo que, como yo, dediques mucha parte de tu actividad a procesos en los que disponer de una impresora y no externalizar el trabajo agilice la actividad diaria.

Imprimir no es crear un fichero como si de un documento de texto se tratase, mandarlo a la impresora y obtener el modelo como cabría esperar, sino que requiere de trabajo de preparación, calibración limpieza y curado que debe controlarse para que reproduzca fielmente la boca del paciente.

«La transformación digital a nivel software y hardware ha venido para quedarse. Las decisiones relativas a los elementos a implementar dependen de un profundo análisis y reflexión»

Me apasiona el mundo de la impresión digital y todo lo que nos brinda, la tecnología que hay detrás y cómo se ha convertido en algo asequible hoy en día, pero tendremos que dedicarle un capítulo entero para conocer qué tipos hay de DLP, SLA y otros, cómo funcionan y qué debemos aprender para obtener trabajos de calidad.

El Dr. Giuliano Fragola realizando una cirugía. Imagen: cedida por el Dr. Fragola.

Por último, y más frecuente cada vez, podremos cerrar el círculo con una fresadora. No se trata de adquirirla pensando que así nos evitamos los costes de laboratorio y, si esa es la razón, mejor olvidarlo porque considero que los laboratorios son un maravilloso y necesario aliado, son parte de nuestro equipo de trabajo cuyo nivel de conocimiento en los procesos de fresado, así como su gran variedad de materiales y posterior procesado, está muy por encima del de muchos de nosotros, ya que son parte de su práctica diaria con infinidad de casos clínicos que les ha servido de curva de aprendizaje.

Disponemos de fresadoras de pastilla, de disco, que fresan en seco o mojado. Todas ellas permiten el empleo de diferentes materiales y, dependiendo de la máquina, habrá materiales que no puedan trabajar. No debemos olvidar que son máquinas de corte en varios ejes y las estructuras a cortar necesitan ser diseñados en un programa CAD específico (Computer Aided Design), cuyo manejo, en ocasiones, no es tan simple como creemos, necesitando además algunos materiales como el zirconio en labores de sinterización posterior.

Hay situaciones en las que la inmediatez juega un papel decisivo y es aquí donde veo su gran utilidad: preparar y confeccionar incrustaciones, coronas provisionales o definitivas de recubrimiento total, así como restauraciones provisionales o de cemento atornilladas definitivas unitarias implantológicas en áreas no estéticas fundamentalmente.

Los trabajos que requieren mayor precisión o habilidad en el manejo de los procesos como confección de carillas, rehabilitaciones completas sobre dientes o implantes, o combinaciones de materiales en estructuras hibridas, deberían externalizarse para garantizar la calidad de los mismos, así como para disponer de más tiempo clínico para dedicarlo a nuestros pacientes y no a labores de laboratorio.

La transformación digital a nivel software y hardware ha venido para quedarse. Las decisiones relativas a los elementos a implementar dependen de un profundo análisis y reflexión y, sobre todo, la capacidad de entender que, una vez dentro, la rueda no para de girar y la evolución es constante, requiriendo, por tanto, esfuerzo y dedicación.

Autores

Director médico de Estudio Dental Majadahonda. Licenciado en Odontología, Universidad Complutense de Madrid. Máster en implantología, Periodoncia y Rehabilitación Oral, New York University. Senior fellow y speaker ITI (International Team for Implantology). Anthogyr international speaker. CEO IDE Immersive dental experiences

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