El flúor, si bien puede ser beneficioso para tener unos dientes sanos, no debe ser usado a la ligera. Lo mejor es seguir una serie de recomendaciones y precauciones, de las que hablamos a lo largo del artículo, para evitar que se convierta en algo perjudicial para nuestra salud dental.
Beneficios del flúor para la salud dental
El flúor puede ser beneficioso para los dientes por diversos motivos:
Previene la caries
La ingesta de una cantidad adecuada de flúor confiere una eficaz protección contra la caries dental, tanto en los dientes de leche como en los definitivos. Según el Centro de Control para las Enfermedades en EE.UU, “con el uso generalizado de pasta de dientes con flúor, enjuague bucal, y tratamientos profesionales con flúor, se ha demostrado que la fluoración puede reducir la caries entre un 18 y un 40% en niños y casi un 35% entre los adultos”.
Es antibacteriano
Previene el crecimiento de las bacterias orales que descomponen el azúcar y los carbohidratos, produciendo a su vez ácidos que atacan y destruyen los minerales del esmalte dental en un proceso conocido como desmineralización. Gracias a que detiene este proceso, el flúor consigue dos objetivos: evitar la destrucción del esmalte y que los dientes no queden expuestos a las bacterias que causan la caries.
Remineraliza el esmalte
Es decir, no solo evita que sea dañado por las bacterias, también lo fortalece. ¿Cómo lo hace? El ión fluoruro reacciona con el calcio del esmalte, formando fluoruro de calcio, que a su vez reacciona con los cristales de hidroxiapatita, formando fluoro-hidroxiapatita, que es menos soluble que la hidroxiapatita, lo cual aumenta la resistencia del esmalte. Esta es otra manera de protegerlo de los ácidos que provocan la aparición de caries.
Menos sarro, menos pérdida de dientes
El flúor reduce la acumulación de placa bacteriana y la formación de sarro gracias a la formación de fluoruro de calcio. Además de ayudar a reponer los niveles de calcio y fósforo de las piezas dentales. Y al evitar la formación de placa y sarro, evita o reduce la gravedad de enfermedades periodontales.
Por todo ello, uno de los beneficios del flúor, en definitiva, es ayudar a tener una sonrisa saludable y atractiva.
¿Cómo obtenemos el flúor?
A través de la alimentación
De manera natural, el flúor está presente, por citar algunos ejemplos, en el té, los frutos secos, el pescado, las frutas o las verduras. También lo obtenemos cuando bebemos agua corriente o a través de suplementos recomendados por el dentista.
A través de la aplicación directa sobre el diente
Si bien se puede aplicar durante toda la vida, suele ser fundamental durante la infancia y la adolescencia; y en aquellas etapas o circunstancias en las que existe un mayor riesgo de padecer caries o enfermedades periodontales, como es en personas con mala higiene oral, que padezcan boca seca o estén expuestos a una dieta cariogénica.
Recomendaciones de uso del flúor dental
La fluoración tópica se puede realizar mediante el uso de pastas de dientes con flúor, el uso de enjuagues bucales con flúor o a través de un tratamiento con flúor en gel. Este último será realizado por el dentista si valora que hay muchas probabilidades de desarrollar caries.
Tipos de flúor en el dentista
Los fluoruros para aplicación profesional se pueden encontrar en forma de gel, barniz, espuma o enjuague, y son aplicados por el dentista en la consulta.
Disponen de distintas concentraciones en función de las necesidades de cada caso, pero además están más concentrados que los que se aplican en casa por el paciente, por lo que no se necesitan tan a menudo como estos.
Aplicación de flúor dental en niños
Una de las preguntas más comunes es si es malo el flúor para los niños.
El flúor actúa como protector frente a la caries, pero es precisamente en la etapa infantil cuando sus efectos son más beneficiosos.
En función del riesgo o la propensión a la caries que presente el niño o niña a tratar, el flúor se puede aplicar directamente en la clínica a partir del primero o segundo año de edad, repitiendo cada cierto tiempo, según determine el dentista que es necesario.
Es un procedimiento que no va a producir molestias al niño, ya que el profesional dental simplemente extiende un gel o espuma de flúor en los dientes, lo deja aplicado entre 2 y 4 minutos y pasado ese tiempo, lo retira.
Es importante aplicarlo bajo la supervisión de un profesional y en las cantidades adecuadas.
Flúor dental para adultos
Los tratamientos de flúor para adultos deben ajustarse a sus necesidades particulares, a su riesgo individual de padecer caries y a su consumo de flúor, mayormente a través del agua.
En la clínica dental
Estos tratamientos suelen ser geles que se aplican en la consulta de la siguiente manera:
- Se secan la boca y los dientes
- El gel se aplica o bien con un “pincel”, que lo “pinta” sobre los dientes. O bien con un molde que se ajusta a la dentición y que se deja puesto en la boca alrededor de dos minutos.
En el domicilio
Si el dentista así lo determina, es posible aplicar flúor dental en gel directamente en el domicilio, ya que se puede comprar con receta en función de las necesidades de cada paciente adulto y su riesgo de padecer caries.
Cuándo puede llegar a ser perjudicial
En caso de exceso
La toxicidad del flúor en odontología no es habitual, los casos en los que puede pasar es cuando se inhala o ingiere en grandes cantidades y/o en una concentración por encima de la recomendado. En ese caso, algunas desventajas del flúor para la salud son:
- Si se trata de una dosis de flúor por encima de lo normal, puede conducir a fluorosis dental. Esto puede conllevar a la aparición de manchas en los dientes y que se debilite el esmalte.
- Causar problemas gastrointestinales.
- Si se ha ingerido un exceso de flúor a través de los alimentos, puede llegar a producir dolor y rigidez articular, e incluso que los ligamentos se calcifiquen.
En caso de déficit
Cuando no recibimos la cantidad necesaria de flúor, el esmalte dental puede debilitarse y esto conlleva la posibilidad de que nuestros dientes se vuelvan más propensos a la caries. Pero no solo eso, también pueden verse afectados con más facilidad por fracturas.
A nivel general, el consumo recomendado es de 3-4 mg/día, y según la OMS no debe superar los 5 mg/día. Una cantidad de flúor por debajo de la óptima puede provocar la aparición de osteoporosis a largo plazo, ya que el flúor no solo ayuda en el crecimiento de nuestros dientes y su posterior fortalecimiento, también lo hace con los huesos de nuestro cuerpo.
Precauciones al usar flúor dental
Ya hemos visto que ni el exceso ni el defecto de flúor son buenos. Por eso siempre hay que tener en cuenta factores como enfermedades bucodentales previas, las características de los dientes, pero también la edad e incluso la genética (antecedentes familiares, por ejemplo) para saber qué cantidad de flúor necesita cada persona.
Es decir, para que la ingesta de flúor sea beneficiosa para nuestros dientes y no tóxica, ante cualquier duda siempre es necesario acudir a la consulta del dentista, que es quien podrá realizar una valoración adecuada de la situación.
Aparte de estas consideraciones, hay que tener en cuenta:
- No exceder la dosis recomendada.
- Evitar el uso en niños pequeños sin supervisión.
- Consultar al dentista antes de usar cualquier producto con flúor.