No es que no existiera antes de la pandemia, pero lo cierto es que ésta ha servido para ponerla en primera plana.
Hablo de la salud mental. En tiempos de confinamiento, el estrés, la ansiedad y la depresión camparon a sus anchas con sus nocivas consecuencias. Y no, los que velan por nuestra salud, no son superhéroes por mucho que se haya vendido esa imagen a los cuatro vientos. Son profesionales, sí, pero de carne y hueso, y no se escapan de los tentáculos de la enfermedad.
Las exigencias de la pandemia para los profesionales sanitarios alertaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la necesidad de encontrar soluciones a largo plazo para apoyar el bienestar de los mismos. En el ámbito que nos atañe, el de los dientes –aunque bien sabemos que es mucho más que eso–, la Federación Dental Internacional, preocupada por la salud mental de los profesionales de la clínica odontológica, acaba de lanzar en su web un kit con información y herramientas para manejar las dificultades de salud mental que se pueden derivar del ámbito profesional, así como para mejorar la salud y el bienestar de los dentistas y demás miembros del equipo. Todo ello para garantizar una atención de alta calidad a los pacientes que es el objetivo prioritario de todo buen profesional que se precie. Una excelente iniciativa de manos del organismo internacional, sin duda.
Y siguiendo el hilo, de mi lectura matinal me quedo con este titular: «Investigadores de Málaga crean una herramienta para reducir el estrés de los profesionales sanitarios». Bautizado como «MINDxYOU», el programa está pensado para perfiles que realizan su actividad asistencial en hospitales, centros de atención primaria o residencias de ancianos. Vaya desde aquí un aplauso para quienes se «rompen el coco» para mejorar la salud de todos nosotros, los pacientes, pero también de ayudar a quienes nos cuidan, nuestros SANITARIOS.