Victoria Martín, odontóloga española que está ejerciendo en Alemania desde 2012, ha publicado en Dental Tribune un artículo en el que comparte sus reflexiones sobre una mejor gestión de los alineadores dentales en los tratamientos de ortodoncia.
Comienza explicando que cuando realizas un tratamiento con alineadores transparentes, puedes pedir al proveedor que te envíen tantos como desees. Y si necesitas más, solo tienes que solicitarlos.
“Por ejemplo, en un caso complejo donde planeo una distalización del 50% para mi paciente, recibiré 80 alineadores al principio, pero si después de usar 30 veo que estos no encajan y la estrategia no funciona, pausaría el tratamiento para solicitar otros nuevos”.
Lo cual significa que se tiran a la basura 50 alineadores sin usar. “Más alineadores de los que ya le he dado a mi paciente”, puntualiza.
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Desde su artículo en DT, la Dra. Martín argumenta que esta estrategia de pedir y producir más alineadores de los necesarios no está en consonancia con las demandas actuales relacionadas con la crisis ambiental y el cambio climático, pero es que además también tiene algunas desventajas con respecto a la motivación y la confianza del paciente. Por eso, “tras un tiempo, comencé a usar una estrategia que denominé “divide y vencerás”, según la cual pido la cantidad de alineadores que necesito para los primeros diez meses o la cantidad que necesito para probar si mi estrategia es realmente la correcta o cómo de conforme está mi paciente”.
Beneficios de reducir la petición de alineadores
Explica que, además de reducir el impacto ambiental de su trabajo diario como ortodoncista, esta estrategia tiene varios beneficios.
- Los pacientes perciben los alineadores transparentes como dispositivos de alta tecnología, no algo de “usar o tirar”.
- Hacer el pedido de los alineadores en dos fases y no todos a la vez, le permite adaptar la estrategia de tratamiento sin tener que explicar al paciente por qué el plan no está funcionando y que, por tanto, necesita desechar todos los alineadores que ya tiene.
- Tampoco habrá necesidad de convencer al paciente de pausar el tratamiento y esperar hasta que lleguen los nuevos.
- Y como plus, se necesita menos espacio para almacenar las cajas de tratamiento.
Por parte de los costes, tanto económicos como ambientales, Victoria desglosa que con esta estrategia de no pedir todos los alineadores a la vez:
- Se ahorra sobre los costes de producción.
- No solo se ahorra el plástico de los alineadores, sino también todos los desechos, ya que se debe crear un modelo impreso para cada alineador.
- Y por supuesto, también se ahorra en el transporte y la energía que se necesita para destruir los alineadores que no sirven.
Como bien dice la ortodoncista en su artículo, “desperdiciar recursos ya no es algo que se pueda pasar por alto en 2022”.
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¿En qué situaciones suelen sobrar alineadores?
En el artículo original, la Dra. Martin recoge diez situaciones principales, “en base a mi experiencia y a la literatura”, que suelen llevar a desechar los alineadores existentes, entre las cuales se encuentran grandes movimientos secuenciales como distalización de más de 3 mm; Rotaciones difíciles (premolares mandibulares); Enderezamiento de molares; sobrecorreciones o tratamientos dentales de emergencia durante el tratamiento con alineadores, entre otras.
¿Cómo se puede evitar el desperdicio innecesario en la clínica?
Según la ortodoncista española, algunos puntos a tener en cuenta, de todos los que indica en su artículo, serían:
- Ser realista con los movimientos que se planifiquen.
- Dividir los tratamientos largos y pedir solo un número razonable de alineadores.
- Dedicar tiempo a analizar antiguos planes y simulaciones para evitar cometer los mismos errores.
Fuente: When do you waste unused aligners, and how can you avoid it? | Dental Tribune.
