A pesar de tener más aptitudes y facilidades para las humanidades y los estudios sociales, desde niña, Mariana Areyan Viqueira siempre lo tuvo claro: quería ser odontóloga. Lo consiguió, y desde el inicio de su carrera se ha volcado en ayudar a los más desfavorecidos. En 2017 fundó Sonrisas al Sur, una organización cuyo objetivo es contribuir al bienestar integral de las personas y comunidades que tienen o han tenido escaso acceso directo a servicios de salud y educación desde una perspectiva integral.
El mismo año de la fundación de la ONG, Mariana Areyan, junto con 2 odontólogas, 2 auxiliares y 1 psicóloga, organizó su primer proyecto de voluntariado en Senegal. De esa experiencia, lo más destacable fue, según explica, «la falta de centros sanitarios de todas las especialidades, independientemente de que la población pueda reunir algo de dinero para pagarse algún servicio; no existen suficientes centros de salud». Pero no solo la falta de recursos económicos o de material es un problema, sino también la escasez de personal cualificado para atender las necesidades de la población. «Otro punto muy importante es la falta de educación para mejorar la prevención», añade.
En este sentido, uno de los principales desafíos de todos los proyectos es el bienestar de los voluntarios ya que, como detalla Mariana Areyan, «sin ellos no hay proyecto. Me preocupa que estén bien de salud: por el cambio de clima, de microbioma o por posibles alérgenos desconocidos que pudieran producirles alguna reacción. Afortunadamente, hasta ahora no ha pasado nada grave, pero siempre viajo con un botiquín de emergencia en caso de que sea necesario».
«Conseguir más instrumental para ofrecer mejores tratamientos es uno de los principales objetivos de la ONG»
El otro gran desafío es lidiar con las autoridades locales. Y es que, explica, en ese primer viaje «me retuvieron en el aeropuerto la maleta donde llevaba la anestesia y los medicamentos; incluso teniendo un permiso firmado por el Ministerio de Sanidad. No obstante, al día siguiente lo pudimos solucionar, pero perdimos un día de trabajo por esta razón».
Cooperación con distintas organizaciones
Organizar un proyecto de este tipo sería imposible sin la cooperación de organizaciones locales, bien sean ONG’s locales, alcaldías o personas independientes. «En Senegal nos ayudaron los compañeros de la ONG Hahatay Sonrisas de Gandiol, en el norte del país, quienes son grandes amigos; y en el sur trabajamos directamente con la alcaldía de Zinguinchor. En la comunidad Añiaake, cerca de Zinguinchor, contamos con el apoyo de un líder local. En Mauritania trabajamos con la Fundación Chinguetti y en Guinea Bissau con la ONG Miradas al Mundo», comenta Mariana Areyan.
«Las colaboraciones surgen de forma orgánica, porque me gusta hablar con desconocidos en mis viajes, y desde las conversaciones simples se crean vínculos y puentes de cooperación. En Europa todo se hace desde protocolos rígidos y estructurados, pero en los países en vías de desarrollo las cosas funcionan de otra forma», añade.
Así, las acciones se llevan a cabo en un horario establecido de trabajo, donde se le informa a la población que hay dentistas de visita. Esa logística, por lo general, la llevan las personas de la localidad y son los voluntarios quienes se adaptan a lo que ellos les dicen.
«HASTA AHORA, LAS ACCIONES EN MATERIA DE SALUD BUCODENTAL QUE HAN REALIZADO SE HAN BASADO EN EXTRACCIONES, DADO QUE ES EL ÚNICO MATERIAL CON EL QUE CUENTAN»
Acciones e inversión económica
Hasta ahora, las acciones en materia de salud bucodental que han realizado se han basado en extracciones, dado que es el único material con el que cuentan. Sin embargo, detalla Mariana Areyan, «más adelante espero tener un compresor portátil para hacer empastes o limpiezas; o quizás material para hacer prótesis parciales removibles».
También, dependiendo del lugar desde donde trabajen, a veces pueden contar con un sillón dental que funcione bien y, de esta manera, hacer más tratamientos. «Posiblemente, el año que viene iremos a una clínica en mejores condiciones en Zimbabwe», apostilla.
Por todo ello, uno de los principales objetivos de la ONG es conseguir más instrumental para ofrecer mejores tratamientos.
En cuanto a la inversión económica para poder llevar a cabo el proyecto, Mariana Areyan destaca: «Cada voluntario se paga su viaje. De momento, solo he conseguido donativos de material, pero no donativos económicos. Intento recaudar dinero por plataformas online para hacer un poco más económico el viaje a los voluntarios. En mi último proyecto, con lo recaudado solo se pudieron pagar las visas de los voluntarios y la noche que tuvimos que pasar en Lisboa para coger el vuelo temprano en la mañana para ir a Bissau».
Voluntarios de la organización
Sobre los voluntarios de la ONG, no hay nadie fijo, sino que viaja la gente que puede. «Me siento afortunada por haber coincidido con bellas personas, quienes viajan cuando sus situaciones personales se lo permiten. Mi proyecto está abierto a todos; si algún estudiante quiere ir a algún proyecto para desarrollar sus habilidades y ganar confianza, es bienvenido. Hasta ahora viajo con grupos pequeños; de hecho, a Mauritania solo fuimos dos. Depende del proyecto y las condiciones del lugar», relata Mariana Areyan.
En este sentido, el único «requisito» que se pide para ser voluntario es ser odontólogo o estudiante de Odontología. «También higienistas o auxiliares. Además, siempre contamos con una o dos personas que no sean sanitarios para que nos ayuden con la logística, las estadísticas y la organización general», subraya Mariana Areyan.
Proyectos de futuro
«De momento, la intención es ir cada año a un lugar diferente. Estoy organizando un proyecto con mi amigo, el Dr. Munir Ravalia, cirujano bucal y concejal de salud del municipio de Kingston, en Londres, para ir a Zimbabwe el verano del año que viene, pero todavía no hay nada definido. Por otro lado, las puertas están abiertas para volver a Senegal, Mauritania y Guinea Bissau», concluye Mariana Areyan.