El alvéolo es el lecho sobre el que se asientan las raíces de los dientes, y cuando se extrae una pieza, queda descubierto momentáneamente, hasta que sobre él se forma un coágulo de sangre que protege las terminaciones nerviosas y el hueso expuesto de la cavidad.
Si este coágulo no se crea, o se crea pero desaparece (debido al consumo de tabaco) puede desarrollarse una doloroso proceso llamado alveolitis.
Además, este coágulo proporciona la base para el crecimiento de hueso nuevo, para el desarrollo de tejido blando y es el comienzo de la fase de cicatrización.
Causas de la alveolitis
En realidad, se cree que hay más de un factor involucrado, entre los cuales se puede incluir los siguientes.
Contaminación
- Dando lugar a una proliferación de bacterias en el alvéolo, que provocan una infección y lo hacen desaparecer.
- O porque se ha descuidado la higiene dental y se han acumulado restos de comida en el alveolo.
Fumar
Es precisamente uno de los principales motivos de la aparición de una alveolitis, ya que el tabaco constriñe los vasos sanguíneos, favorece la desintegración del coágulo y retrasa la cicatrización. Esto puede provocar además que no llegue la cantidad de sangre suficiente y por tanto, no se forme el coágulo en el alveolo.
Trauma al extraer la pieza dental
Si la forma en la que se ha extraído la pieza no ha sido adecuada o se ha aplicado una fuerza excesiva para realizar la extracción.
Factores genéticos
Se han descrito factores genéticos que intervienen en el desarrollo de las alveolitis, pero a fecha de hoy, no se pueden enumerar porque no se conocen exactamente.
¿Cómo me doy cuenta si tengo una alveolitis?
Lo habitual es que dentro de los 3 primeros días tras la extracción comiencen los los síntomas que denoten la existencia de una alveolitis, como son:
- Mal sabor de boca.
- Mal aliento o halitosis.
- Un dolor agudo en el lado de la extracción, que puede llegar hasta oídos, ojos, sien o cuello.
- Los ganglios debajo de la mandíbula y el cuello se podrían inflamar.
- Al examinar el lugar de la extracción puede verse si existe o no coágulo, si hay restos de alimentos o si el hueso está expuesto.
Tipos de alveolitis
Alveolitis seca
La más común. En este caso no hay coágulo de sangre, (o bien se desplaza o se disuelve antes de que se haya podido producir la cicatrización), por lo que el alveolo está vacío y se ve el hueso alveolar.
Provoca un dolor fuerte y constante y puede irradiarse a todo ese lado de la cara.
Alveolitis húmeda
Si bien el coágulo se llegó a formar, se ha desintegrado parcialmente. No causa tanto dolor como en el caso de la alveolitis seca, pero sí una molestia continúa en la zona.
Factores de riesgo
- Anticonceptivos orales, debido a los altos niveles de estrógenos que contienen y que pueden afectar al proceso de coagulación, impidiendo que se forme el coágulo.
- No cuidar la higiene bucal.
- Una alveolitis seca previa. Es decir, si ya te pasó con otra extracción, es más probable que vuelva a suceder.
- Presencia de una infección cerca de la zona de extracción, ya sea que se desarrolla tras sacar la pieza o que se haya tenido anteriormente.
- Consumo de tabaco.
¿Cómo se cura?
Realmente, lo fundamental es realizar una buena prevención previa a la extracción dental para favorecer la formación del coágulo, siendo lo más importante para ello una buena limpieza del alveolo, normalmente irrigando la zona con suero salino. De esta manera se puede reducir el riesgo de una posible infección o alveolitis.
Una vez ya se ha realizado la extracción, es importante seguir las recomendaciones de su dentista y tomar la medicación prescrita (en caso de haberla). Y no se recomienda tomar alimentos o bebidas calientes durante el primer día, se recomienda evitar hacer esfuerzos con la cabeza y masticar del lado contrario a la extracción.
Si aún así se desarrolla una alveolitis, es importante acudir cuanto antes al dentista para tratar la zona.
- El tratamiento puede incluir desde un legrado de la zona para eliminar posibles restos de alimentos, infección etc, a irrigar abundantemente con suero salino o la aplicación local de medicamentos, entre otros.
- El uso de plasma rico en factores de crecimiento (PRGF) es una manera eficaz de prevenir y tratar las alveolitis. Este PRGF es un concentrado de las propias plaquetas del paciente que ayuda a regenerar los tejidos, y además tiene propiedades bacteriostáticas. Como prevención se puede colocar en el momento de la extracción dental.
¿Cuánto tiempo tarda en curarse una alveolitis?
Suele ser un proceso de curación lenta, y el dolor puede llegar a durar varios días. Pero normalmente al cabo de 10-15 días suele curarse.
Postoperatorio
Los cuidados adecuados en casa, después de una extracción dental, favorecen la cicatrización y evitan daños en la herida. Es importante, por tanto, seguir una serie de recomendaciones.
- Evitar fumar los días posteriores a la extracción, al menos las 48 horas después, pero si es más tiempo, mejor.
- Importante la higiene oral, para que no se acumulen restos de alimentos en la zona. Aunque las primeras 24 horas no debes cepillar la zona del diente o pieza que se haya extraído. Después de ese tiempo, puedes usar agua tibia con sal para realizar enjuagues suaves, tu dentista te indicará exactamente cómo proceder.
- Al menos el día de la extracción, procura tomar alimentos blandos. Y líquidos que no estén calientes. Y hasta que pase al menos una semana, mastica por el lado contrario a la cirugía
- Beber mucha agua tras la extracción y evitar el alcohol, los refrescos (bebidas carbonatadas) o bebidas con cafeína. Además, para que la succión no mueva el coágulo, hay que evitar beber con pajita.
- Tras la exodoncia, mejor no realizar esfuerzos hasta pasadas al menos 72 horas. Tu odontólogo te explicará la mejor manera de retomar la actividad física para que no afecte a la formación del coágulo.
- Y por último, si en algún momento sientes algo de dolor, aparte de tomar los medicamentos que haya indicado tu dentista, puedes aplicar una compresa fría sobre la zona de la cara de la extracción. Igualmente, él o ella te habrán dado instrucciones al respecto.