El blanqueamiento dental es un tratamiento estético del que todos hemos oído hablar. Incluso, es muy posible que lo hayamos considerado si nuestros dientes tienen un color amarillento que los afea. Pero, ¿sabemos realmente de qué se trata? ¿Cuándo aplicarlo? ¿Qué opciones existen?
Qué es el blanqueamiento
Se trata de un tratamiento de Odontología Estética para aclarar el tono de los dientes y así proporcionar una tonalidad más blanca y uniforme a la dentina por medio de agentes químicos. Estos agentes químicos penetran a través del esmalte hasta llegar a la dentina, que es la capa del diente que le aporta el color.
Siempre debe ser supervisado por un dentista, que estará cualificado para el uso de agentes blanqueadores, – normalmente peróxido de carbamida y peróxido de hidrógeno – que se encuentran concentrados en el producto que se aplica durante el tratamiento. Es precisamente la alta concentración de los agentes químicos en el producto para blanquear lo que implica que sean productos que solo se vendan y utilicen los dentistas.
Una vez los agentes blanqueantes penetran a través de los poros del esmalte y llegan a la dentina, los agentes químicos provocan la descomposición de los compuestos orgánicos en partículas que aclaran el color de los dientes.
Por tanto, el tratamiento dental es totalmente seguro para los dientes cuando lo lleva a cabo un odontólogo cualificado, cuya única función es aclarar de manera uniforme el tono de los dientes oscurecidos o amarillentos, pero sin dañar la estructura del diente.
Cuándo se debe realizar un blanqueamiento dental
Básicamente, se debe realizar cuando se quiere aclarar el color de los dientes que se han oscurecido. Pero, ¿por qué se oscurecen los dientes?
Para empezar, existen lo que se denomina manchas en los dientes intrínsecas y extrínsecas.
- Las manchas por causas intrínsecas se originan durante la formación del diente incluso antes de que erupcione. Pueden darse por tomar determinados medicamentos (tetraciclinas), alteraciones del esmalte (hipoplasias) o el flúor en cantidades inadecuadas. También están en este grupo las producidas después de la erupción, por traumatismos dentarios o debidas al propio envejecimiento.
- Si nos referimos a las causas extrínsecas o externas, son las manchas producidas por determinados agentes (tabaco) o alimentos (vino, café, té). Son aquellas de las que se suele demandar más frecuentemente la eliminación. Aunque lo cierto es que la eliminación de este tipo de manchas no necesita de un blanqueamiento, ya que solamente afectan al esmalte y se eliminan normalmente con una limpieza dental profesional.
En resumen, los dientes que pueden necesitar un tratamiento de blanqueamiento son aquellos con cambios de coloración por:
Origen bacteriano
Algunas bacterias producen agentes cromáticos que tiñen los dientes.
Toma de ciertos medicamentos
Por ejemplo por el hierro que se administra al paciente para tratar algunos tipos de anemias.
A causa de traumatismos dentales
Determinados traumatismos dentales afectan a la pulpa del diente, lo que provoca que el diente se oscurezca.
Manchas en los dientes por una fluorosis dental
También produce tinción dentaria el flúor en una concentración inadecuada y sin supervisión por parte de un dentista. En estos casos es posible que un tratamiento de blanqueamiento por sí solo no sea suficiente, y se requiera algún tratamiento adicional estético con restauraciones o carillas.
Cuándo se debe realizar una limpieza dental
Los dientes que pueden necesitar un tratamiento de profilaxis periodontal o limpieza dental profesional son aquellos con manchas por:
Consumo de tabaco y alcohol
El tabaco contiene nicotina y otras sustancias que tiñen los dientes. Lo mismo sucede con el tanino del vino.
Ingerir determinados alimentos y bebidas
El té, el café, los frutos rojos, la remolacha o las bebidas carbonatadas
Y es muy importante llevar a cabo una rutina de higiene oral adecuada para que el problema no vaya a peor.
¿Qué hay que preguntar al dentista antes de un blanqueamiento?
Lo recomendable es preguntar antes de nada si los productos blanqueadores serían eficaces en nuestro caso concreto, ya que no pueden corregir todos los tipos de decoloración:
- Los dientes amarillos seguramente blanqueen bien.
- Los dientes parduzcos podrían blanquear menos.
- Y los dientes grisáceos puede que no blanqueen nada.
De hecho, lo importante es realizar un diagnóstico individualizado del caso y un plan de tratamiento personalizado en función del tipo y grado de discoloración, así como de las características del paciente.
Por ejemplo, el blanqueamiento puede que no realce correctamente la sonrisa en caso de tener resinas compuestas u obturaciones del color de los dientes en las piezas dentales anteriores. En estos casos, hay que investigar otras opciones como las carillas de porcelana o la adhesión de resinas compuestas.
Otras consideraciones de los tratamientos de blanqueamiento dental son las siguientes:
- Una vez los dientes hayan alcanzado cierto nivel de blanqueamiento, ya no se podrán blanquear más, por el simple hecho de que el gel deja de ser efectivo.
- El blanqueamiento no dura para siempre. Ante esta realidad, hay dos opciones: hacer una sesión periódica de blanqueamiento; o bien cuando se observe una disminución del efecto blanqueador, aplicar una sesión.
- No por usar mayor cantidad de gel blanqueador se va a lograr un efecto más rápido. El blanqueamiento es un proceso que se debe hacer a través de varias sesiones, en un determinado tiempo y con la cantidad adecuada de producto, para no provocar sensibilidad dentaria y daños en los tejidos.
Es decir, antes de empezar el tratamiento es importante resolver todas las dudas y pasos a seguir con nuestro dentista, que siempre nos ofrecerá toda la información y explicará hasta dónde se podrá llegar en el blanqueamiento.
Opciones de tratamiento
Llegados a este punto, y tras una exploración clínica y radiológica por parte del dentista donde se comprobará el estado de nuestros dientes y posibles patologías orales, ya se pueden considerar las distintas opciones de tratamiento que encajan con nuestro caso.
Los tipos de blanqueamiento dental se pueden clasificar de varias maneras, y en este caso las vamos a diferenciar entre dos grandes opciones: en casa o en la consulta.
En el domicilio del paciente
Con el producto blanqueador suministrado por el dentista
Es un tratamiento supervisado. El dentista es quien encarga una férula transparente, donde se coloca el gel blanqueador que él o ella te suministra, además de darte las indicaciones de uso en casa. Y si se hace adecuadamente, se pueden ver buenos resultados en unas semanas.
Con pastas y enjuagues de venta libre
Requieren de varios meses de utilización y solo consiguen cambiar en un grado o dos el tono de los dientes, ya que al no poder sobrepasar su concentración de peróxido de hidrógeno el 0.1%, su eficacia es muy limitada.
En la consulta
En este tipo de blanqueamiento profesional, el dentista determina el tipo de agente blanqueante y su concentración en función de cada caso, por lo que en la mayoría de las ocasiones, consigue resultados muy evidentes. Y rápidos: en poco tiempo se puede cambiar el tono de los dientes hasta en 8 grados.
Es posible que haya que realizar varias sesiones, en función del caso y resultado deseado. Además, la boca siempre debe estar protegida mientras se realiza el blanqueamiento. A veces, el dentista utilizará una luz especial para ayudar a activar el agente blanqueador.
¿Qué se consigue con un tratamiento de blanqueamiento dental?
Se cumplen tres objetivos importantes:
- Aportar luz a la sonrisa del cliente. Si tenemos un pigmento de color en el diente, cuando la luz incide sobre él, lo que hace la luz es absorberse. Al eliminar los pigmentos con un blanqueamiento dental, cuando la luz llega al diente, se refleja.
- Además, el blanqueamiento se puede combinar con otros tratamientos de odontología estética como las carillas de porcelana o de composite, haciendo que en su conjunto se obtenga un resultado incluso mejor.
- Los pacientes sonríen mucho más. Al sentirse más a gusto con sus dientes, en cierta forma, mejora su autoestima.
Algo a lo que el Dr. Castro, presidente del Consejo General de Dentistas, ya ha hecho alusión en otras ocasiones en las que se ha hablado que la salud bucodental no es una cuestión meramente estética: “Una sonrisa sana y cuidada es nuestra carta de presentación y nos aporta autoestima y confianza”.
Mis dientes recientemente blanqueados, ¿se volverán a manchar?
Otra duda frecuente es si una vez que nos realizamos un blanqueamiento dental, nos habremos librado de las manchas para siempre. Pero lo cierto es que cualquier diente puede mancharse, incluso las carillas estéticas.
Lo mejor para evitar las manchas es no fumar, evitar el café, el té, el vino tinto y los alimentos con mucho pigmento. Además de cepillarse los dientes dos veces al día con una pasta dentífrica blanqueadora.
Riesgos del blanqueamiento dental
A pesar de ser uno de los tratamientos más conservadores y menos invasivos de la odontología estética, el blanqueamiento dental no es un tratamiento carente de riesgos: las reabsorciones cervicales, la sensibilidad gingival y la sensibilidad dentaria post-operatoria son algunos de ellos.
Desde el Consejo de Dentistas indican que la manera de reducir potencialmente estos efectos adversos es cumpliendo con las medidas de seguridad biológicas necesarias, utilizando las concentraciones apropiadas según cada técnica y siguiendo los tiempos de exposición adecuados.
Por otro lado, lo que se debe tener en cuenta a la hora de hablar de riesgos son los peligros del blanqueamiento dental por Internet, con kits que se pueden comprar desde cualquier plataforma, a pesar de que la venta de productos blanqueadores en España está prohibida: “Las tiras de blanqueamiento, productos “milagrosos” que aseguran que te harán el color de dientes más blanco y tratamientos de blanqueamiento domiciliarios pueden perjudicar la salud”.
Tal como hemos visto, sí se pueden hacer blanqueamientos dentales en el domicilio, pero siempre como parte de un tratamiento dental prescrito, puesto en práctica y supervisado por un dentista.