Los expertos señalan aspectos como la calidad o la ergonomía a la hora de destacar sus virtudes, aunque reconocen que el trabajo es complejo. Por ello, consideran necesaria una exigente curva de aprendizaje que permita al profesional sacarle todo el partido.
Lo digital ha revolucionado el ámbito tecnológico, sin embargo, existe un tipo de aparatología más tradicional que se utiliza en Odontología de manera eficaz desde hace tiempo. El microscopio es un ejemplo. De hecho, muchos dentistas lo utilizan en su día a día.
El Dr. Rafa Piñeiro reconoce en el reportaje ‘A la última’, publicado en el último número de Gaceta Dental, que lo utiliza «para todo tipo de trabajos en Odontología», lo que le ha permitido, «no tan solo dar el máximo de calidad en los protocolos clínicos, sino entender y buscar los límites de la Odontología clínica».
El Dr. Rafa Piñeiro relaciona las ventajas de la utilización del microscopio con cinco conceptos: vista, ergonomía, comunicación, espacio y calidad. Pero también reconoce su complejidad. «La curva de aprendizaje requiere de mucho tiempo y determinación. Clínicamente nos hace ir más despacio, ya que precisa que el personal auxiliar esté formado de forma específica y, además, es una tecnología que necesita una inversión económica importante», afirma.
La incorporación del microscopio en el trabajo de un dentista no solo se relaciona con la fase del tratamiento, sino con la totalidad del proceso clínico. El objetivo no es otro que el de garantizar una precisión y unos parámetros de calidad, tanto para el paciente como para el profesional.
Consulta aquí el reportaje completo ‘A la última’ de Gaceta Dental