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«Nos dirigimos hacia la integración de la belleza y la Odontología»

Procedencia y calidad de los productos

Para la doctora Ana Roces, el uso de la toxina botulínica no debería ser una preocupación puesto que su adquisición no es sencilla. «Así como comprar ácido hialurónico es fácil, con el Botox® no ocurre lo mismo. De hecho es un producto que no se compra sino que se receta a un paciente y viene de la farmacia».

Pero, según Mª Angustias Palomar, «se puede obtener por otros medios, como ocurre con la gente que lo compra en Andorra». Cosa que, según el Dr. Perea, puede generar graves consecuencias legales, ya que «utilizar un medicamente o un producto sanitario que no cuenta con autorización en España, no supone una falta administrativa, sino que estás incurriendo en un delito contra la salud pública».

«nos dirigimos hacia la integración de la belleza y la odontología»
Los tratamientos a base de relleno con ácido hialurónico centraron buena parte del desayuno de Gaceta Dental.

Por eso, para la doctora Palomar es muy importante tener un buen laboratorio detrás que te proporcione un producto seguro y eficaz. «En las formaciones que realizamos en el Máster de la URJC, en colaboración con Inibsa, tenemos la costumbre de ofrecer al paciente una receta con la etiqueta, que muestra el número de lote y toda la información, porque hay que tener en cuenta que, en tratamientos posteriores, que pueden ser realizados por otros médicos, deben conocer el relleno que lleva esa persona, porque se puede producir una reacción adversa. Por eso la mayoría de estos medicamentos vienen con cuatro etiquetas, para que podamos poner una en la historia clínica, otra para el consentimiento informado, otra para la paciente y aún así te sobraría una. Es un producto que tiene la suficiente trazabilidad como para no tener que esconder lo que estás poniendo».

Para el gerente de área de Inibsa Dental, Diego Vargas, su compañía ha apostado por la calidad del producto, la formación en clínicas y la práctica en paciente. «En nuestro caso hemos desarrollado una formación en clínica con el apoyo de los docentes de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). Teníamos muy claro que esta formación debería estar al mismo nivel que la que se realiza con los biomateriales, siendo un factor clave para que el éxito del tratamiento. Por eso, no vendemos nuestro producto a ningún odontólogo sin una formación previa ó si no se inscribe a uno de los cursos que organizamos. Nosotros, lógicamente hemos apostado por un ácido hialurónico de primerísima calidad, que ofrece tratamientos predecibles, seguros y biocompatibles».

Demandantes de estética

El perfil de los pacientes que demandan tratamientos estéticos en la clínica dental sorprende a los expertos reunidos por GACETA DENTAL, pues «se trata de personas con una clase social media o, incluso, baja», declara el Dr. Antonio Bowen. Este aspecto también llama la atención de la Dra. Ana Roces, que manifiesta que «actualmente vienen muchas personas en situación de desempleo a quitarse las arrugas porque necesitan tener una buena imagen para encontrar trabajo».

«Esto ocurre porque, desgraciadamente, lo que hoy en día vende es la juventud y si no tienes un aspecto saludable sufres rechazo social», manifiesta el Dr. Antonio Bowen. «Además –prosigue Roces–, la Medicina Estética no es cara y mientras que las personas de clase social alta pueden mejorar su imagen a través de la ropa, el maquillaje o un peinado de peluquería, hay mucha gente que ve más accesible un relleno labial. De estas cosas no te das cuanta hasta que empiezas a trabajar en este mundo y ves pacientes a los que, en un principio, nunca les hubieras ofrecido esta clase de tratamientos».

Diego Vargas apunta otra característica de las personas que demandan estética, que resulta muy beneficiosa para la clínica dental: «al margen del perfil o la edad, sabemos que son pacientes que siempre repiten». «De hecho en mi caso –dice el doctor Ignacio Corral– vienen más a rellenarse las arrugas que a la higiene dental. Es una manera de fidelización del paciente magnífica. Y además, en este tipo de tratamientos tenemos el efecto cenicienta, es decir, que al año, todo empieza a caerse, cosa que no pasa en el resto de tratamientos odontológicos. Cuando te haces mayor vas asumiendo la formación de arrugas, pero, cuando decides quitártelas y, de repente, te vuelves a ver joven, necesitas repetir para que esa juventud no desaparezca».

Otras alternativas

Para dotar a los odontólogos no médicos de una alternativa de belleza, la empresa Schmidt Pharma propone un tratamiento que pueden realizar todos. «Nosotros distribuimos aparatología de Medicina Estética no invasiva», afirma la directora general y jefe de ventas de esta empresa. «Hacemos lo mismo que puede hacer una toxina botulínica, aunque más a largo plazo, pero sin tener que inyectar ninguna sustancia, simplemente a través de un ligero masaje con radiofrecuencia. Esta opción la pueden realizar dentistas, auxiliares o higienistas en la clínica dental, siempre y cuando se amplíe la licencia de actividad, pero ni tan siquiera a Medicina Estética, bastaría con obtener una autorización de Estética», continúa Isabel Torrevejano.

Lo que está claro para esta profesional es que los dentistas están reclamando un sistema para satisfacer las demandas estéticas de sus clientes. «Por este motivo, cuando decidimos adquirir esta aparatología, no la trajimos a España con el concepto de Medicina Estética –comenta Torrevejano–, precisamente para evitar complicaciones legales. La calificamos como tratamiento estético y, de esta forma, hemos podido dotar al odontólogo de más armas para responder a la necesidad del mercado con otra alternativa, porque hay pacientes a los que realmente les gusta que les pinchen, pero otros prefieren herramientas menos invasivas».

Hacia la integración con la estética

Para el Dr. Antonio Bowen, el futuro de la Odontología está claro: «Tenemos que integrar los tratamientos estéticos en nuestras clínicas e incorporar los rellenos de ácido hialurónico, en el tercio inferior de la cara, y valorar la colaboración con otros especialistas, ya que el paciente nos pide una estética facial completa. Nuestro campo de acción se está extendiendo y tenemos que cubrir esta demanda, bien a través de las fórmulas que nos ofrece el mercado, como la radiofrecuencia, o bien mediante procedimientos que nos permitirán eliminar los nevus, la arrugas profundas o las patas de gallo».

«nos dirigimos hacia la integración de la belleza y la odontología»
Odontólogos y expertos en Medicina Estética debaten sobre la necesidad de ofrecer a los pacientes una belleza integral.

El Dr. Ignacio Corral también considera necesario trabajar en la parte superior del rostro para ofrecer a los pacientes una estética integral: «Nuestra profesión precisa un enfoque estético global y en España esta percepción está distorsionada. Lo primero que tenemos que tener claro es que, por un lado, existen tratamientos estéticos dentales y, por otro, la estética dentofacial enfocada desde el punto de vista odontológico. En EE.UU. este concepto está asumido y sistematizado desde la formación académica, donde se enseña a manejar los rellenos faciales como guinda final del tratamiento odontológico, porque este último retoque dependerá de cómo hayas dejado todo lo demás».

«A mis cursos vienen muchos implantólogos –afirma la Dra. Ana Mª Sanz–, porque los pacientes, después de gastarse mucho dinero en la boca, se miran al espejo y dicen que están peor, porque se ha producido una reabsorción del hueso que afecta a la estética global de la cara, y es eso lo que debemos buscar, la belleza integral».

El Dr. Corral defiende que «el que sabe más sobre la estética de la cara, el labio, las proporciones, la armonía… es el dentista, que es quien sabe manejar, tanto los tejidos blandos como los duros, y es quien tiene más herramientas al alcance de la mano para trabajar en el tercio inferior facial, que supone la parte más visible del rostro».

Para la Dra. Sanz, este concepto está más integrado en el campo de la Ortodoncia. «El ortodoncista no se limita a poner los brackets para alinear los dientes, somos profesionales que nos preocupamos por la estética y cuando operamos, lo primero que tenemos en cuenta son los tejidos blandos. No nos hemos introducido en estética para que nos fuera mejor la clínica dental, sino porque supone un arma útil y necesaria para dar una respuesta a la demanda de la población. Y si uno mismo no sabe realizar ciertas técnicas, porque no tiene la formación o la cualificación necesaria, tiene que saber derivarlo. Un dentista no está obligado a saber hacer una técnica estética de relleno, pero sí debe proporcionar a su paciente todas las opciones que le permitirán conseguir la imagen deseada».

La Dra. Mª Angustias Palomar enfatiza sobre la importancia de saber derivar y añade que, «al igual que un médico estético debe enviar a un paciente al implantólogo cuando ve que le falta una pieza dental y que la depresión de tejido que presenta no se puede resolver con ácido hialurónico, el odontólogo tiene que saber derivar a las personas que requieren un tratamiento que se escape a sus competencias. Yo creo –prosigue Palomar– que si eres un buen profesional sabrás hasta dónde puedes llegar y te apoyarás en el resto de compañeros cuando sea necesario. Ha habido un cambio en todas las especialidades, desde el dermatólogo, que antes solo curaba la psoriasis y ahora pone toxina; hasta el cirujano plástico, que antes hacía liftings y hoy rellenos; pasando por el odontólogo, que ha visto que puede ir más allá. Pero, seamos realistas, todas las profesiones tienen límites y este profesional no conoce la dermis. Yo creo que cada tratamiento tiene su profesional y debemos complementarnos unos a otros», finaliza.

Sobre qué pasará en el futuro, la Dra. Ana Mª Sanz lo ve muy claro: «Al igual que muchos médicos estéticos han incorporado un sillón dental con un dentista en sus consultas, el odontólogo tiene que incluir tratamientos faciales en su clínica. Es fundamental alcanzar una visión multidisciplinar y que la estética se integre de la misma forma que lo han hecho otras disciplinas como la Implantología, la Ortodoncia, la Periodoncia…». Para esta profesional hay dos vías que nos permitirán alcanzar esta simbiosis: «en el caso de los médicos, sacándose la licencia de Medicina Estética y formándose en este campo; y en el de los odontólogos, asociándose con otros profesionales que puedan trabajar en el tercio superior de la cara con la finalidad de poder ofrecer una belleza completa a sus pacientes. Nos dirigimos a una integración de la belleza y la Odontología, y me parece una evolución muy positiva».

Su visión no dista de la ofrecida por la Dra. Ana Roces, quien añade, a modo de conclusión del encuentro, que «la estética facial y la oral van unidas de la mano con un objetivo común: prolongar la juventud. Así que es fundamental que médicos estéticos y odontólogos nos unamos para conseguir una estética integral».

 Laura D. Montalvillo

Los invitados, uno a uno

• Dr. Bernardo Perea Pérez. Doctor en Medicina y Cirugía y en Odontología por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Médico especialista en Estomatología y en Medicina Legal y Forense. Director de la Escuela de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense de Madrid.

• Dr. Antonio Bowen Antolín. Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Licenciado en Odontología. Especialista en Cirugía Bucal (FEBOS), en Implantología (UCLA) y en Láser Médico (UB).

• Dra. Ana Roces Menéndez. Licenciada en Medicina y Cirugía. Especialista en Medicina Estética y Antienvejecimiento. Médico de Industria Sanitaria.

• Diego Vargas. Gerente de área zona centro de Inibsa Dental.

• Dr. Ignacio Corral Pazos de Provens. Doctor en Medicina y Cirugía. Estomatólogo especialista en rellenos faciales. Máster en Periodoncia e Implantología por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

• Dra. Ana María Sanz Cerezo. Doctora en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid. Médico estomatólogo en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Especialista en Ortodoncia y en Medicina Estética y Cosmética.

• Dra. Mª Angustias Palomar Gallego. Doctora en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada. Máster en Medicina Estética. Catedrática universitaria de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), donde es directora del Máster de Medicina Estética.

• Isabel Torrevejano. Directora general y jefe de ventas de Schmidt Pharma.

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