Los procedimientos de diagnóstico radiológico dental han evolucionado de forma espectacular en los últimos años. Los aparatos son mucho más fiables, radian menos al paciente y han reducido su coste económico. Hace relativamente pocos años era infrecuente encontrar un ortopantomógrafo en una consulta, hoy no es extraño encontrar un TAC.
Esta evolución de los procedimientos de radiodiagnóstico ha disparado su utilización. En una primera visita es muy frecuente la realización de una ortopantomografía, ante cualquier problema es habitual la realización de otra ortopantomografía (y así, de paso, vemos el resto de la boca), y parece que no se puede poner un implante osteointegrado sin un TAC previo. Esto nos aporta mucha seguridad diagnóstica. Y también, por qué no decirlo, mucha seguridad legal. Es frecuente que en los procedimientos legales se reproche al dentista la falta de pruebas radiográficas «suficientes».
Pero este aumento de utilización de los procedimientos radiológicos parece que nos ha hecho olvidar su peligrosidad. Las radiaciones ionizantes no sólo son peligrosas para las mujeres embarazadas y los niños. Y, en este sentido, el reciente artículo de Elizabeth B. Claus, de la Universidad de Yale, en la revista «Cancer», nos alerta de la potencial peligrosidad de nuestras pruebas diagnósticas radiológicas.
Claus y sus colaboradores estudian la asociación entre la realización de procedimientos de diagnóstico radiológico dental y la aparición de meningiomas en estos pacientes. El meningioma es el tumor cerebral primario más frecuente en adultos. En el citado artículo se estudiaron retrospectivamente 1.433 pacientes con meningioma y se concluyó que el riesgo de sufrir este tumor está asociado con la realización de pruebas radiográficas (especialmente ortopantomografías) antes de los 10 años, o con la repetición frecuente de pruebas radiológicas bucodentales.
Este estudio está en oposición relativa con múltiples estudios clínicos que señalan la poca relevancia de la radiación recibida en los procedimientos radiológicos dentales, en relación con otras fuentes de radiaciones ionizantes, artificiales o naturales. El National Council on Radiation Protection and Measurement (NCRP) estima que cada adulto en Estados Unidos recibe una dosis de radiación anual de 3,6 mSv. De esta dosis, 3 mSv provendrían de fuentes naturales, y 0,6 mSv, de fuentes artificiales (y entre ellas las radiografías dentales). La ADA estima que sólo el 0,2% de la radiación recibida al año por un adulto se debe a procedimientos diagnósticos dentales.
No obstante, y a expensas del estudio metodológico del artículo, hay que ser cautos. Los estudios retrospectivos tienen muchos sesgos y se precisarán más datos para afianzar la hipótesis expuesta en el artículo. Pero parece razonable que en nuestra práctica dental sigamos las recomendaciones sobre la indicación de pruebas radiográficas ofrecidas por instituciones prestigiosas. En este sentido las «Guías para la prescripción de radiografías dentales» de la Asociación Dental Americana son una referencia fiable. En lo referente a niños y adolescentes, las recomendaciones de la American Academy of Pediatric Dentistry también son útiles.
Por último, y como conclusión, debemos ser siempre conscientes de la potencial peligrosidad de las radiaciones ionizantes utilizadas con fines diagnósticos, y limitarlas a los casos en los que las consideremos imprescindibles. No se debe prescindir de una exploración física cuidadosa y sustituirla por pruebas radiológicas diagnósticas sin justificación.
NOTIFICACIÓN DE EFECTOS ADVERSOS |
– Notificación de eventos adversos Compartir nuestras experiencias (de forma anónima) es uno de los pilares básicos en seguridad del paciente. Además, permitir aprender a los demás de los eventos adversos que nos han ocurrido en nuestra vida profesional, es un valor ético indiscutible. A través del correo electrónico mailoespo@gmail.com, te invitamos a compartir tu experiencia.
Los eventos adversos que se deben notificar son aquellos problemas clínicos que hayamos tenido con pacientes y que cumplan los siguientes requisitos: 1. Que hayan producido un daño importante al paciente (incluyendo pérdidas dentarias, pérdidas óseas, daños en troncos nerviosos, daños sinusales, daños funcionales permanentes, fallecimiento, etc.), o que hayan requerido atención y/o ingreso hospitalario. 2. Que se hayan originado o desencadenado debido al propio tratamiento. Incluiríamos aquí tres posibles causas del evento adverso: error profesional (del dentista o del personal auxiliar); accidente ocurrido durante el tratamiento o durante la estancia del paciente en la consulta (caídas, golpes, cortes, quemaduras, etc.); complicaciones importantes debidas a los tratamientos odontológicos (ya sean complicaciones evitables o inevitables). Por importantes entendemos lo descrito en el punto 1; patologías previas del sujeto pero que se hayan manifestado de forma aguda durante su estancia en la consulta (infartos de miocardio, accidentes cardiovasculares, ataques de asma importantes, etc.). 3. Que tengamos conocimiento directo de dicho evento adverso (que nos haya ocurrido a nosotros o en nuestro centro de trabajo). • Para contactar con el OESPO mailoespo@gmail.com |
¿QUÉ ES EL OESPO? |
El Observatorio Español para la Seguridad del Paciente Odontológico (OESPO) es un organismo creado por el Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos de España y la Universidad Complutense de Madrid para «fomentar la seguridad del paciente odontológico y prevenir cualquier tipo de riesgo derivado de la asistencia dental».
• Finalidad. La vigilancia de los eventos adversos ocurridos durante la práctica odontológica. En base a los datos recogidos, se elaborarán estudios descriptivos y recomendaciones clínicas para evitar en lo posible la aparición de estos eventos adversos o, al menos, limitar sus consecuencias. • ¿Cómo unirse al OESPO? Registrarse en el OESPO te facilitará el conocimiento de las alertas sanitarias relacionadas con la atención odontológica y los nuevos recursos y estudios que el OESPO pone a disposición de los dentistas. Estas alertas sanitarias, o disponibilidad de nuevos recursos del OESPO, serán comunicadas mediante correo electrónico inmediatamente a los dentistas registrados. Para registrarte, cumplimenta el formulario publicado en nuestra página web: www.ucm.es/centros/webs/se5119/index.php y envíalo a: mailoespo@gmail.com o al número de fax 91 394 16 06. También puedes seguirnos en Facebook en la página del OESPO. |
EL ERROR EN ODONTOLOGÍA |
La Organización Mundial de la Salud define el error como «el hecho de no llevar a cabo una acción prevista según se pretendía o de aplicar un plan de tratamiento incorrecto». Por tanto, los errores pueden ser, en principio, por planificación o por ejecución, aunque en muchas ocasiones se combinan ambas posibilidades.
Dentro de los errores por ejecución se distinguen a la vez dos tipos: los errores por acción (cuando se comete una acción incorrecta durante un tratamiento) y los errores por omisión (cuando no se realizan las medidas terapéuticas necesarias). Los errores en la planificación (por ejemplo, programar una intervención implantológica en una localización que no lo permite) serían evitables mediante una formación adecuada del profesional. Los errores de ejecución, tanto por acción como por omisión, que son un grupo muy amplio, tienen distinto grado de evitabilidad. Algunos errores serían evitables con un grado adecuado de conocimiento y habilidades, pero siempre queda un importante porcentaje de errores debidos a descuidos o a exceso de confianza, que son muy difícilmente evitables. Por ello, en seguridad del paciente, no sólo nos ocupamos de intentar evitar errores, sino también de detectar los errores cometidos (muchos de ellos inevitables) lo antes posible para limitar sus consecuencias. |
Wilson RM et al. «Patient safety in developing countries: retrospective estimation of scale and nature of harm to patients in hospital». BMJ 2012; 344: 832e.
Magnífico y reciente artículo que pone de manifiesto lo distintos que pueden ser los escenarios en seguridad del paciente. Recibir atención sanitaria en un país en vías de desarrollo entraña importantes riesgos clínicos para los pacientes. En este trabajo se comparan diversos parámetros en seguridad del paciente observados y medidos en distintos países africanos, y se comparan con los mismos parámetros en países desarrollados. |
BIBLIOGRAFÍA:
1. Americam Academy of Pediatric Dentistry.Guidelines on prescribing dental radiographs for infants, children, adolescents, and persons with special health care needs. Revisada en 2009.
2. American Dental Association, US Dept of Health and Humans Services. The selection of patients for dental radiographic examinations—2004. Available at: «http://www.ada.org/prof/resources/topics/radiography.asp». Accedido 26 de abril de 2012.
3. Claus BE et al. Dental X-Rays and Risk of Meningioma. Cancer 2012; 1: 1-8.
ARTÍCULO ELABORADO POR:
– Dr. Bernardo Perea, Director del Observatorio Español para la Seguridad del Paciente Odontológico, Director de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense de Madrid