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Notas sobre seguridad del paciente odontológico en la prescripción de fármacos

La prescripción de fármacos es un acto terapéutico restringido a muy pocas profesiones sanitarias. Hasta hace poco tiempo, sólo los médicos y los odontólogos podían prescribir fármacos a sus pacientes. Actualmente, también pueden los podólogos y, con restricciones, el personal de enfermería. Por todo ello, prescribir fármacos implica una gran responsabilidad profesional y legal.

Los dentistas habitualmente no prescribimos muchos tipos de fármacos. Realmente los analgésicos, los antiinflamatorios no esteroideos, y los antibióticos, constituyen la base de nuestra prescripción. Pero estos fármacos se prescriben varias veces al día en las miles de consultas dentales que hay en España. Puntualmente también se recurre a otros fármacos como ansiolíticos, analgésicos opiáceos, corticoides, etc. Y todavía más raramente a fármacos indicados para el tratamiento de urgencias vitales como la adrenalina, la atropina, el salbutamol, u otros.

Los eventos adversos ligados a la prescripción y dispensación de fármacos son muy frecuentes en la práctica médica. En la práctica odontológica no parecen serlo tanto. Pero también es cierto que el índice de notificación de eventos adversos farmacológicos es prácticamente nulo entre los dentistas, y ello nos impide tener datos reales. Algunos de los fármacos «habituales» de los dentistas están entre los que más efectos adversos provocan. Por ejemplo, los antiinflamatorios no esteroideos son los medicamentos que causan el mayor número de ingresos hospitalarios por causa farmacológica. Y las alergias a los betalactámicos están también entre las reacciones adversas a medicamentos potencialmente más peligrosas.

Los eventos adversos relacionados con la prescripción de fármacos que aparecen en la práctica odontológica (generalmente en reclamaciones legales), no son muy frecuentes, pero en algunos casos son muy graves. Y una parte importante de ellos se ven agravados por el hecho de que la prescripción se realiza en un formato de receta «no oficial».

No tenemos datos fiables sobre los eventos adversos de causa farmacológica que aparecen más frecuentemente en Odontología. Pero conocemos algunos de ellos por las reclamaciones y problemas legales que provocan.

Algunos ejemplos significativos, acompañados de unas recomendaciones simples, serían:

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• Eventos adversos relacionados con los pacientes polimedicados.

Un elevado porcentaje de los pacientes mayores toman un importante número de fármacos. Y en ocasiones, si no tenemos presente las interacciones o los «efectos acumulativos», el fármaco prescrito por el dentista acaba desequilibrando la situación. Esto ocurre con cierta frecuencia con los antiinflamatorios no esteroideos. La recomendación es clara: salvo que tengamos muy claro nuestro conocimiento sobre las interacciones y las reacciones cruzadas con el resto de fármacos, debemos remitir al paciente a su médico de cabecera (junto con nuestra recomendación terapéutica), y que él decida la dosis y el tiempo de tratamiento.

• Eventos adversos derivados de la prescripción de antibióticos betalactámicos a pacientes alérgicos.

Están reportados varios casos graves de eventos adversos por esta causa y, al menos, un fallecimiento. Es evidente que si el paciente no conoce su condición de alérgico, la aparición de este evento adverso no es prevenible por el profesional. Pero el dentista debe poder acreditar mediante la historia clínica que ha preguntado por los antecedentes alérgicos y que los pone al día con frecuencia.

• Errores en la dosificación o en la duración de los tratamientos pautados.

Esto suele deberse a un mal conocimiento de la farmacología. Un tratamiento corto o a dosis insuficientes no es efectivo, y en algunos casos como el de los antibióticos, fomenta la aparición de resistencias. Por el contrario, un tratamiento demasiado largo o a dosis elevadas aumenta las posibilidades de aparición de eventos adversos graves. Con cierta frecuencia, estos errores en la dosificación o en la duración de los tratamientos, son provocados por el formato de receta utilizada. Si sólo realizamos la prescripción en una única hoja (sin «volante de instrucciones»), que se debe quedar en la farmacia, el paciente sale con el fármaco, pero sin nuestra información sobre la posología ni sobre la duración del tratamiento.

• Errores en la dosificación pediátrica o de pacientes con déficits de metabolización o eliminación de fármacos.

Los hemos destacado por su especial frecuencia. Las dosis farmacológicas deben estar en relación, sobre todo, con el peso del paciente y con su capacidad para metabolizar y eliminar los fármacos.

Dentro de la categoría «niños» se incluye un gran rango de pesos, y en ocasiones los dentistas no calculamos adecuadamente las dosis correctas. Lo mismo cabe decir de los pacientes con insuficiencias en las funciones hepática y/o renal.

• Errores debidos a «despistes» en la cumplimentación de la receta, a la mala letra y a la utilización de abreviaturas.

La mala caligrafía es algo desgraciadamente muy frecuente en las recetas. Y, en ocasiones, ha dado lugar a confusiones en la farmacia. La utilización de abreviaturas es algo a evitar. Y es preferible no utilizar dígitos en las recetas. Para evitar los «despistes» (que se producen más frecuentemente después de interrupciones imprevistas), lo mejor es repetir al paciente verbalmente lo que previamente hemos escrito en las recetas. Es una buena «barrera» que nos puede hacer conscientes de las equivocaciones cometidas.

Queremos terminar esta nota recordando dos cosas. La primera es que el dentista es el primer responsable de los efectos adversos producidos por los fármacos que ha prescrito. Y esto implica que no debemos utilizar medicamentos que no conozcamos perfectamente (incluyendo sus posibles interacciones). Y también implica que la prescripción se ha de realizar en un formato de receta correcta, y se ha de anotar en la historia clínica el medicamento utilizado, su posología, y la duración del tratamiento. El segundo aspecto que debemos recordar es la obligación de todos los dentistas de notificar los eventos adversos ocurridos con fármacos a la Agencia Española del Medicamento, utilizando para ello las «tarjetas amarillas» de los centros de fármacovigilancia.

NOTIFICACIÓN DE EFECTOS ADVERSOS

• Notificación de eventos adversos Compartir nuestras experiencias (de forma anónima) es uno de los pilares básicos en seguridad del paciente. Además, permitir aprender a los demás de los eventos adversos que nos han ocurrido en nuestra vida profesional, es un valor ético indiscutible. A través del correo electrónico mailoespo@gmail.com, te invitamos a compartir tu experiencia.

Los eventos adversos que se deben notificar son aquellos problemas clínicos que hayamos tenido con pacientes y que cumplan los siguientes requisitos:

1. Que hayan producido un daño importante al paciente (incluyendo pérdidas dentarias, pérdidas óseas, daños en troncos nerviosos, daños sinusales, daños funcionales permanentes, fallecimiento, etc.), o que hayan requerido atención y/o ingreso hospitalario.

2. Que se hayan originado o desencadenado debido al propio tratamiento. Incluiríamos aquí tres posibles causas del evento adverso: error profesional (del dentista o del personal auxiliar); accidente ocurrido durante el tratamiento o durante la estancia del paciente en la consulta (caídas, golpes, cortes, quemaduras, etc.); complicaciones importantes debidas a los tratamientos odontológicos (ya sean complicaciones evitables o inevitables). Por importantes entendemos lo descrito en el punto 1; patologías previas del sujeto pero que se hayan manifestado de forma aguda durante su estancia en la consulta (infartos de miocardio, accidentes cardiovasculares, ataques de asma importantes, etc.).

3. Que tengamos conocimiento directo de dicho evento adverso (que nos haya ocurrido a nosotros o en nuestro centro de trabajo).

• Para contactar con el OESPO mailoespo@gmail.com.

¿QUÉ ES EL OESPO?
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El Observatorio Español para la Seguridad del Paciente Odontológico (OESPO) es un organismo creado por el Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos de España y la Universidad Complutense de Madrid para «fomentar la seguridad del paciente odontológico y prevenir cualquier tipo de riesgo derivado de la asistencia dental».

• Finalidad. La vigilancia de los eventos adversos ocurridos durante la práctica odontológica. En base a los datos recogidos, se elaborarán estudios descriptivos y recomendaciones clínicas para evitar en lo posible la aparición de estos eventos adversos o, al menos, limitar sus consecuencias.

• ¿Cómo unirse al OESPO? Registrarse en el OESPO te facilitará el conocimiento de las alertas sanitarias relacionadas con la atención odontológica y los nuevos recursos y estudios que el OESPO pone a disposición de los dentistas. Estas alertas sanitarias, o disponibilidad de nuevos recursos del OESPO, serán comunicadas mediante correo electrónico inmediatamente a los dentistas registrados.

Para registrarte, cumplimenta el formulario publicado en nuestra página web: www.ucm.es/centros/webs/se5119/index.php y envíalo a: mailoespo@gmail.com o al número de fax 91 394 16 06. También puedes seguirnos en Facebook en la página del OESPO.

¿QUÉ ES UN EVENTO ADVERSO Y QUÉ TIPOS DE EVENTOS ADVERSOS EXISTEN?

Un evento adverso es un daño indebido sufrido por un paciente a consecuencia del proceso asistencial, independiente de la patología subyacente.

El concepto de evento adverso es el eje central en torno al cual gira toda la moderna corriente de «seguridad del paciente». El objetivo es intentar evitar los eventos adversos evitables, y mitigar los daños derivados de los eventos adversos inevitables.

Existen muchas clasificaciones de eventos adversos en función del aspecto que se considere. Se pueden clasificar en función del área odontológica que los origine, de los daños que produzcan, o de las propias características del evento adverso.

Según este criterio, existen tres tipos básicos de eventos adversos:

1. Errores asistenciales (diagnósticos o terapéuticos).

2. Complicaciones de los tratamientos (evitables o inevitables).

3. Accidentes (durante el tratamiento o durante la estancia del paciente en la consulta).

RESEÑA DE ARTÍCULOS EN SEGURIDAD DEL PACIENTE

«Proposal for a surgical checklist for ambulatory oral surgery». Perea-Pérez B, Santiago-Sáez A, García-Marín F, Labajo-González E. Int J Oral Maxillofac Surg. 2011; 40:949-954.

En este artículo, los autores, miembros del OESPO, proponen un «checklist» para la cirugía oral ambulatoria. Un «checklist» es una lista de verificación. Su función es evitar errores debidos a despistes, confusiones, o exceso de confianza durante los procedimientos quirúrgicos. Una de las iniciativas más importantes de la «Alianza mundial para la seguridad de los pacientes» de la Organización Mundial de la Salud, es introducir los «checklist» en todos los procedimientos quirúrgicos realizados en el mundo. Esta utilización de las «listas de verificación» tendrá importantes ventajas para la seguridad clínica de los pacientes, pero también para la seguridad legal de los profesionales. En este artículo se adapta al ámbito odontológico el modelo general de «checklist» propuesto por la Organización Mundial de la Salud.

BIBLIOGRAFÍA:

1. Calatayud Sierra J: Fármacos esenciales en Odontología. Ed. Pues. Madrid, 2010.

2. Ag. Española del Medicamento y Productos Sanitarios. www.aemps.gob.es

3. Otero López MJ. Errores de medicación y gestión del riesgo. Rev Esp Salud Pública 2003; 77: 527-540

ARTÍCULO ELABORADO POR:

Dr. Bernardo Perea, Director del Observatorio Español para la Seguridad del Paciente Odontológico, Director de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense de Madrid.

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1 COMENTARIO
  1. He quedado muy satisfecha con la publicación de este artículo en el que abordan la seguridad de los pacientes odontológicos en cuanto a la medicación y otros aspectos a tener en cuenta para la satisfacción de los mismos y la seguridad en los servicios,asì como llevar cada aspecto de forma ordenada para su posterior evolución. Es importante que todo se escriba de forma clara y concisa en las historias clinicas sin importar la urgencia que debuten los mismos,siempre recoger todos los datos de los pacientes,para un diagnòstico y tratamiento certero

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