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IV Programa de Asistencia Odontológica a la población infantil de Aldeas Infantiles SOS en Guinea Ecuatorial

Durante los días del 2 al 18 de diciembre de 2010 volvimos a Bata (Guinea Ecuatorial) continuando con el Programa de Asistencia Odontológica a la población infantil ecuatoguineana dentro del Programa Médico-Quirúrgico que Aldeas Infantiles lleva desarrollando en este país africano desde hace más de 10 años.

El trabajo odontológico con los niños ecuatoguineanos que atendimos en Bata fue como en los años precedentes: ingente. Necesitaríamos estar el doble de tiempo para poder terminar lo que nos proponemos al principio de cada campaña. Porque es muy duro tener que decidir sobre la marcha «este niño puede aguantar otro año más sin empastar», «no le va a doler», «hay otros niños en peor situación», o desdentar a niñas de 7 o 9 años, ya que a veces tenemos que extraer todos los dientes anteriores permanentes porque hemos llegado demasiado tarde, con el problema estético que eso acarrea, o los molares permanentes, sin los que apenas podrán masticar. Hay que decidir, dentro de lo grave odontológicamente hablando, qué es lo peor o a qué niños vamos a dedicar más nuestros esfuerzos, sabiendo que dejamos a otros que también los necesitan. Es duro, muy duro.

Las jornadas este año fueron algo más maratonianas que en años precedentes, ya que empezábamos a las 8:30 de la mañana hasta las 13:30 o 14 horas, y a las 15:30 vuelta a comenzar hasta terminar a las 20, 21, 22 horas… Había días que no teníamos fuerzas ni para cenar. Llegamos un viernes por la mañana y hubo que montar los dos sillones dentales, que han sido «las joyas de la corona» de este año. Gracias al Dr. Ayuela y al Dr. Rodríguez se pudo llevar a cabo esta tarea. Con una profesionalidad fuera de lo común los dejaron a punto, y es muy diferente trabajar en condiciones más o menos normales, que hacerlo en las condiciones de años precedentes, en los que atendíamos a los niños en sillas. Es mejor para el paciente y para el profesional, así que hemos salido todos ganando con el cambio. El único problema es que al ser tres dentistas «nos pegábamos por los sillones», pero no hay comparación posible respecto a las condiciones de trabajo de otros años. Y eso que todo es mejorable, porque uno de los dos sillones dejó de moverse al segundo día, pero afortunadamente se quedó en una posición en la que se podía trabajar. Como dice un misionero claretiano español, el padre Carlos, «esto es Guinea y las cosas se solucionan de la manera más insospechada».

Empezamos por la tarde del día de la llegada a diagnosticar a los niños de secundaria y citar para sus empastes o extracciones. Seguimos dando un consentimiento, para que venga firmado por los padres, con el día y la hora del tratamiento. No sirve de mucho para recordar la cita, porque forma parte de la idiosincrasia guineana venir uno o dos días tarde a esa cita; ahora, eso sí, a su hora (¡aunque tampoco siempre!). Pero creemos que puede ser de alguna ayuda para los compañeros que se quedan allí, en caso de alguna complicación cuando ya no estamos que, de momento, no ha pasado nunca. Se pide que vengan los padres para el tratamiento, porque muchas veces nos ayudan con el manejo de la conducta de los niños muy pequeños.

Aldeas Infantiles SOS en Guinea
Aldeas Infantiles SOS lleva más de 10 años desarrollando el Programa de Asistencia Odontológica a la población infantil ecuatoguineana de Bata.

En el primer fin de semana atendimos y tratamos a los niños de la aldea y a los hijos y demás parientes de los trabajadores. A los niños de la aldea y del hogar se les realizó la siguiente actividad: se atendieron 120 niños con edades comprendidas entre los 2 y los 20 años, realizando 74 obturaciones y 38 extracciones. Respecto a los parientes de los trabajadores, se atendió a 146 pacientes con edades comprendidas entre los 20 meses y los 56 años, realizando 99 extracciones y 8 obturaciones. Todo esto, en dos días.

A partir del lunes, seguimos diagnosticando a los niños del jardín de infancia y primaria por las mañanas y a los de secundaria por las tardes, y empezamos los tratamientos. Sobre todo, obturaciones y extracciones, aunque también se hicieron limpiezas dentales y selladores.

Se dieron cinco charlas sobre prevención y salud bucodental, divididas de la siguiente manera: una para los padres y dos para los niños del jardín de infancia, dos para los de primaria y una para los de secundaria. Este año, con presentación informática gracias al Dr. Rodríguez y al cañón con que cuenta la Aldea desde este verano. Un gran paso, ya que los niños pueden ver tanto proyecciones educativas, como de otro tipo. Pero el entusiasmo que sí que constatamos otros años no se ha mantenido éste: a la charla de los padres (de casi 800 niños) vinieron aproximadamente unos 20 o 30. Eso sí, de los que preguntan mucho, y, entre ellos, la directora de una guardería que supuso que viéramos a unos 55 niños más. Por supuesto, las charlas de los niños estaban concurridas ya que se hacían en horario escolar y la mejor fue la de los pequeños, los de infantil, que cantaron y bailaron canciones africanas, entre ellas, el «Waka Waka (Esto es África)».

Durante la campaña odontológica del 2010 se han atendido en total 1.419 pacientes ecuatoguineanos, realizando 645 obturaciones y 431 extracciones dentales. Se encontró que 198 pacientes no acudieron a su tratamiento.

Estamos moderadamente satisfechos porque consideramos un gran éxito que la actividad restauradora y conservadora sea más frecuente que la extractiva. En otras palabras, estamos consiguiendo lo que se hace en nuestro mundo occidental: evitar mutilar dentalmente a los niños africanos. Pero aún estamos lejos de ver que nuestros esfuerzos sirvan para mucho: los índices de caries siguen muy altos; no estamos consiguiendo concienciar de la importancia del cepillado y de una adecuada dieta, es decir, de la prevención entre los padres y los niños. El que los padres no acudieran a la charla fue una gran decepción para nosotros y para gran parte del personal ecuatoguineano de Aldeas Infantiles SOS. Tenemos un año por delante para intentar formular otras intervenciones, pero nuestros recursos son limitados. Es difícil luchar contra las chucherías y dulces si hay un puesto de golosinas en el recreo del colegio, o si en el propio jardín de infancia se venden helados con azúcar, a los que tienen como fuente de ingresos para poder realizar mejoras en los mismos, y que evidentemente no van a dejar. Y el azúcar no se puede sustituir por edulcorantes, porque son mucho más caros.

Que casi 200 niños no vengan a tratamiento supone que otros 200 se han quedado sin él, por la priorización de la que antes se ha hablado. Es una pena que malgasten así los pocos recursos que tienen, porque, como constatamos año tras año, acudir a la consulta odontológica que existe en el hospital de Bata es un acto de fe, que en ocasiones se vuelve muy peligroso.

En la figura 1 se aprecia la evolución de nuestro trabajo desde que empezamos a ir a este país como cooperantes en 2007. Se puede observar que a la vez que aumentan los recursos humanos y materiales, va variando la actividad, de tal manera que se incrementa el tratamiento restaurador y decrece el extractivo, lo que creemos que es indicativo de buena práctica odontológica.

Queremos agradecer a Aldeas Infantiles SOS España la puesta en marcha y el mantenimiento de este programa en aquellas tierras lejanas. Lejanas por la distancia que nos separa, aunque es mucho más lo que nos une.

Actividad Odontologica
Figura 1. Actividad odontológica Bata (2007-2010).

También agradecer a Laura Romero Colino, coordinadora del Programa de Cooperación médica, sus desvelos para con nuestro equipo. Así como a Susana Ortega Guíñez, coordinadora Nacional de Aldeas Infantiles SOS-Guinea Ecuatorial. Ambas nos ofrecieron todo su apoyo para que tanto nuestra estancia como nuestro trabajo concluyeran de la mejor manera posible. A Valeriano Ebang Mangué, por prestarnos toda su ayuda con los medios audiovisuales y poder realizar así, con éxito, las proyecciones de las charlas sobre prevención bucodental. Como siempre, a todo el profesorado del Jardín, por su cariñoso recibimiento y su apoyo a nuestro programa, sobre todo en la figura de Pilar, la directora del mismo.

Por supuesto, en Malabo siempre están colaborando con nosotros los padres claretianos José Ramón y Felipe. Gracias a ellos llegamos al hotel y al aeropuerto sin contratiempos y su ayuda en la facturación es crucial para que «no corra la sangre». Este año nos llevaron a una zona maravillosa de la isla, al pueblo de Felipe, Moka, y disfrutamos de la visita casi tanto como de los espectaculares paisajes.

También queremos agradecer a la dentista de Malabo, Mónica Dumitrescu, permitirnos atender en su clínica dental a seis pacientes que habían contactado con el padre José Ramón por dolores dentales, y a los que no hubiésemos podido atender de otro modo. De nuevo esas soluciones insospechadas que parecen existir sólo en Guinea. Gracias, para finalizar, al equipo odontológico por el ritmo de trabajo y la convivencia magnífica que hemos tenido. Es un trabajo duro, porque se trabaja muchas horas y las condiciones no son las ideales, pero es verdad que cada año son mejores y la experiencia siempre es muy positiva, tanto en lo profesional como en lo personal. Siempre se recibe más de lo que se da. Gracias, Javier, Elías, Laura y María.

«Akiba, abuy akiba». Gracias, muchas gracias.

Artículo elaborado por:

Dra. Carmen Martín Sanjuán, Médico-Odontopediatra.

Dr. Javier Ayuela Lobato, Médico-Estomatólogo.

Dr. Elías Rodríguez Alonso, Médico-Estomatólogo.

Laura Treviño Avellaneda, Higienista dental.

María Quinteiro Cousiño, Higienista dental.

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