Introducción
La degradación de la dentadura de la población actual es evidente (1). El aumento del consumo de bebidas y alimentos procesados, la disminución de la calidad y cantidad de saliva por medicamentos o respiración oral, las parafunciones generadas por el estrés, el envejecimiento de la población y el aumento de la disparidad económica han incrementado la necesidad y uso de implantes. Estas situaciones requieren de un enfoque integrativo y razonado, puesto que surgen dilemas como si aumentar el espacio intermaxilar protésico, el número de implantes necesarios en el tramo edéntulo, tipo y diseño de cantilévers y piezas pónticas, uso o no transepiteliales, y otros factores.
Además, una vez finalizado el trabajo restaurador, hay que asegurar su éxito y supervivencia a largo plazo con una buena estabilidad oclusal y función masticatoria, además de una estética natural, tanto de las prótesis dento como implantorretenidas.
A continuación, describimos cuatro situaciones clínicas frecuentes que implican el uso de implantes y exponemos el porqué de nuestras elecciones. Es importante aclarar que, en todas las situaciones, el primer paso siempre ha sido siempre decidir una posición intermaxilar inicial. En rehabilitación total hemos buscado la relación céntrica del paciente con un desprogramador KOIS (2), aunque también se podrían usar otros métodos similares; cuando la prótesis a realizar era parcial, hemos optado por respetar la posición de máxima intercuspidación (PIM) que presentaba el paciente previamente (3).