Aunque cada vez hay más gente que pide ayuda para tratar su salud mental, son muchos los profesionales de la Odontología que lo hacen tarde, cuando el problema ya está cronificado y es más difícil de gestionar. Entonces, ¿cuándo hacerlo? ¿Cómo identificar que algo no va bien? ¿Quién es más proclive a padecer un problema de salud mental?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 25% de la población mundial tiene o tendrá algún trastorno de salud mental a lo largo de su vida. Los profesionales sanitarios, en concreto, son uno de los colectivos más vulnerables a padecerlos, siendo la ansiedad y la depresión dos de los trastornos más frecuentes.
En el caso de los dentistas, Silvia Álava, doctora en Psicología, empieza por el principio, destacando la importancia de conocer las particularidades de la carrera de Odontología. Como indica la experta, «es una carrera sanitaria muy técnica y con características muy específicas. Tú sales de ella preparado para saber cómo tiene los dientes una persona y qué es lo que tienes que hacer, sin embargo, el odontólogo luego no trabaja en el Sistema Nacional de Salud, sino que la mayor parte van a tener que trabajar en un centro privado, ya sea emprendiendo o trabajando para otras personas. Entonces, ese conocimiento de gestión, que no se estudia en la carrera, empieza a generar mucha ansiedad y falta de control, porque lo necesitan en su día a día».
«¿Y cómo lo tengo que ir aprendiendo? Pues autoformándome sobre la marcha, teniendo en cuenta que hay cosas en las que, si te equivocas, pueden tener consecuencias económicas muy altas. Entonces, eso genera una ansiedad y un estrés muy específico. Luego sabemos que todas las personas que trabajan de cara al público, es mucho más probable que desarrollen Síndrome de burnout», detalla Silvia Álava.
«En el momento en el que empiezas a notar que hay cosas que no sabes cómo manejar o gestionar y que te pueden estar afectando en tu día a día y en tu trabajo, hay que pedir ayuda»
Silvia Álava
«El Síndrome de burnout es uno de los riesgos más peligrosos que acechan a los dentistas a día de hoy. Este se aplica a aquel profesional que está literalmente ‘quemado’ de y en su trabajo. Por muchos y diversos motivos, los profesionales se ven envueltos en una presión asistencial debido a las exigencias de los centros donde llevan a cabo su ejercicio profesional, los cuales les hacen ir a un ritmo de trabajo no deseado generando un estrés que afecta a su situación laboral, personal y familiar», destaca el Dr. Pedro J. Alomar, jefe de estudios de la Facultad de Odontología de la Escuela Universitaria ADEMA-UIB, en el reportaje «Los nuevos riesgos laborales en Odontología» publicado en Gaceta Dental.
Por su parte, el Dr. Simón Pardiñas, odontólogo y divulgador científico en Dentalk.tv., coincide con Silvia Álava y añade, además, que «nosotros, en la carrera de Odontología, sí es cierto que tenemos una asignatura de Psicología, pero más enfocada a cómo tratar al paciente, y no a ti mismo para saber cómo prevenir y gestionar tus emociones. Entonces, tenemos que ir aprendiendo sobre la marcha, sobre todo en lo que se refiere a la gestión de personal, que es un tema muy importante. Y es que, aunque seamos dentistas, los que tenemos clínica propia tenemos que gestionarla como si fuera cualquier otra parte de nuestro trabajo. Entonces, por un lado, tienes que estar muy concentrado tratando a tu paciente, atendiendo a su psicología, ya que cada uno es un mundo; y, por otro, tienes que gestionar la clínica, a los empleados, gestionar la página web o el marketing…».
Los síntomas a detectar y la importancia de pedir ayuda
Pero, ¿cómo detectar que algo no va bien? ¿Cuáles son los síntomas más frecuentes? «La persona que empieza a sentirse incómoda con su cuerpo, es muy habitual que tenga taquicardias, que le cueste respirar, que tenga opresión en el pecho, un nudo en el estómago y mucha tensión muscular. Son sensaciones que, además, cuando no sabes que son respuesta a la ansiedad, te empiezas a preocupar porque piensas que te va a pasar algo», explica Silvia Álava.
Luego, además, está toda la parte del componente cognitivo. «Entramos en un bucle de pensamientos, que los psicólogos llamamos de «rumiación»; es decir, no podemos dejar de darle la vuelta a determinados temas y eso empieza a ser un problema porque afecta a la capacidad de concentración, sobre todo a la hora de tratar a un paciente».
Una vez que conocemos los síntomas, ¿cuándo pedir ayuda a un profesional? «En el momento en el que empiezas a notar que hay cosas que no sabes cómo manejar o gestionar y que te pueden estar afectando en tu día a día y en tu trabajo», añade Silvia Álava. Y es que, como cuenta la psicóloga, «aunque cada vez hay más gente que pide ayuda, es cierto que muchas veces se pide tarde, cuando la persona ya está muy mal, ha sufrido muchísimo y, en ocasiones, el problema está cronificado».
Programas de atención a los sanitarios
Es en este aspecto donde entra en juego el papel de programas específicos para el cuidado de la salud mental de los profesionales sanitarios, como el firmado hace unos meses por el Consejo General de Médicos junto a los Consejos de Dentistas, Farmacia y Veterinaria, para el apoyo e impulso en la creación, coordinación e implementación de un Programa de Atención Integral al Profesional Sanitario Enfermo, que favorecerá el acceso voluntario y la rehabilitación del profesional afectado con problemas o dificultades en materia de salud mental.
Para el Dr. Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas de España, con este acuerdo «queremos reconocer y valorar la importancia de la salud mental en el bienestar general de los profesionales sanitarios. En nuestro caso, los dentistas desempeñan un papel fundamental en el cuidado de la salud bucodental de la población y a menudo tienen que afrontar mucha presión en su práctica diaria, pues su actividad implica realizar trabajos muy delicados manteniendo altos estándares de calidad. Asimismo, es frecuente atender a pacientes que acuden a la consulta con miedo o ansiedad, lo que dificulta el tratamiento. Estas situaciones generan altos niveles de estrés en el dentista, que pueden derivar en el Síndrome de burnout e incluso en depresión. Por tanto, formar parte de un programa específico de salud que facilite el acceso a terapeutas o psicólogos es fundamental para promover su bienestar general».
Ansiedad en pacientes y profesionales
Otra casuística importante es cuando los profesionales se enfrentan a pacientes con problemas de salud mental o miedo al dentista. ¿Cómo actuar en este caso? «Tenemos que empezar por validar sus emociones. Decirle que entendemos sus nervios y preocupación, para que se sienta comprendido. Una vez hecho eso, le explicamos lo que le vamos a hacer, sin entrar en tecnicismos. Si tú no validas sus emociones, ese paciente puede ponerse, incluso, a la defensiva, y empezar a cuestionarte como profesional», cuenta Silvia Álava.
«En mi caso, tuvimos un paciente que no había ido al dentista en su vida y tenía la boca destrozada. El solo hecho de entrar por la puerta del dentista le generaba una ansiedad terrible y no era capaz de afrontarlo. Entonces, ¿qué pasa? Que cuando tienen que venir porque ya no soportan ese dolor, además de hacerlo con miedo, lo hacen con vergüenza por el aspecto de su boca. De esta forma, son unos pacientes muy complejos de atender y con los que hay que ir con mucho cuidado», detalla el Dr. Simón Pardiñas.
Llegados a este punto, ¿en qué momento hay que derivar a un paciente a terapia por este tipo de fobia? «Yo creo que cuando ves a un paciente con cara de preocupación, que está pensando en cuándo va a tener que volver al dentista, ahí habría que comentárselo. Decirle: «Oye, si lo estás pasando realmente mal, quizás sería importante que lo trabajaras con un psicólogo para que te dé herramientas y te genere menos ansiedad venir al dentista». Hay que tener en cuenta, eso sí, el nivel de confianza que tengas con ese paciente», apostilla Silvia Álava.
En el caso de los profesionales que sufren ansiedad al enfrentarse a un caso clínico, la experta en Psicología lo tiene claro: «Yo invitaría a trabajar, sobre todo, la parte del autoconocimiento. Es decir, saber muy bien cómo reacciono y qué determinados casos me pueden suponer un mayor trago a nivel emocional. Hay que reconocer muy bien por qué en un determinado momento reaccionamos de una forma y actuamos así».
También es importante, añade el Dr. Simón Pardiñas, «no aceptar a ciertos pacientes. Ya sea porque no podemos atender sus demandas o porque nosotros no somos capaces de afrontar su caso. De hecho, me ha pasado alguna vez que he tenido que decir que no a un paciente por falta de confianza y cuestionarme todo. Si no confías en mi diagnóstico, en lo que te voy a hacer, entonces yo no soy tu dentista. El problema es que algunos se lo toman mal porque no están acostumbrados a que les digan que no y entonces son los que más insisten en pedir otra cita y en querer volver».
En cuanto a las características de los profesionales y pacientes con problemas de salud mental, en palabras de Silvia Álava, «suelen depender de muchas variables: de personalidad, de circunstancias… Por ejemplo, las personas que tienen más necesidad de control y quieren tener todas las cosas organizadas, cuando algo no sale como les gustaría, son más propensas a generar ansiedad. Sin embargo, aquellas que se adaptan a la flexibilidad, es decir, que cuando surge una cosa que no estaba planeada, son capaces de adaptarse y ser flexibles, tienen menos probabilidad de desarrollar burnout. Por otra parte, también depende mucho de si trabajas en una clínica que no es tuya a si tú eres el dueño de esa clínica. En esta última situación, además del añadido de ver a tus pacientes, tienes el rol de gestionar la clínica», concluye.
La FDI, aliada en la salud mental de los dentistas
Con el objetivo de cuidar de la salud mental de los dentistas, la Federación Dental Internacional (FDI) dispone de una web con un kit de recursos para proporcionar a las Asociaciones Dentales Nacionales (NDA) la información y las herramientas adecuadas para brindar apoyo a los dentistas y equipos dentales dentro de sus países.
En este sentido, los objetivos de este kit son dos: brindar a los profesionales de la Odontología la información y las herramientas necesarias para manejar las dificultades de salud mental de todos los empleados en la práctica dental, incluidos ellos mismos; y, al mismo tiempo, mejorar la salud y el bienestar de los dentistas y otros miembros del equipo, para garantizar una atención dental de alta calidad a los pacientes.
Salud mental en GDentalk
El tratamiento de la salud mental en la clínica dental fue, precisamente, uno de los últimos temas tocados en el podcast de GDentalk. En este episodio, Patricia Merino, redactora de Gaceta Dental, y el Dr. Simón Pardiñas, se sentaron a charlar con Silvia Álava sobre cuáles son los principales problemas de salud mental que presentan los profesionales de la Odontología y qué medidas implementar en la clínica para evitarlos.
Además, la experta en Psicología ofreció algunas pautas para saber tratar a aquellos pacientes con problemas de ansiedad o miedo al dentista.
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