Con motivo del Día Mundial sin Tabaco, que se celebra el 31 de mayo, varias organizaciones quieren recordar “la importancia de las revisiones odontológicas periódicas para detectar a tiempo cualquier lesión maligna y mejorar el pronóstico de la enfermedad”.
Como indica el Ilustre Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Aragón, “el tabaco es uno de los principales factores de riesgo de cáncer de cabeza y cuello, que se localizan, sobre todo, en la laringe, la cavidad oral, la orofaringe y la nasofaringe; tipos de cáncer que suponen el 5% de los tumores diagnosticados en toda España. De hecho, las personas que fuman y beben tienen 15 veces más posibilidades de desarrollar cáncer oral”.
Así, según la Sociedad Española de Oncología Médica, se estima que “para 2024 se diagnostiquen 7.603 casos de cáncer oral y faringe. Una enfermedad con alta mortalidad, en gran parte debido a su diagnóstico tardío, ya que un 75% de estos tumores son detectados en etapas avanzadas. La demora en pedir consulta profesional alarga un 40% el tiempo hasta que se recibe el tratamiento, por lo que el cáncer oral causa alrededor de 1.500 muertes al año”.
En este sentido, las cifras de mortalidad por esta patología podrían reducirse si se detectara a tiempo, elevando la tasa de supervivencia un 90%. El cáncer oral y de faringe afecta, sobre todo, a hombres mayores de 45 años, por lo que desde el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Aragón se recuerda que “es necesario que la población acuda una vez al año a revisión odontológica o siempre que se aprecie alguna anomalía en la cavidad oral, ya que el dentista podrá diagnosticar cualquier lesión potencialmente maligna”.
De hecho, el Dr. Jesús Frieyro, presidente del Ilustre Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Asturias (CODES), explica que “los dentistas tenemos un rol crucial en la detección precoz y en la intervención del daño bucal asociado al tabaquismo. Nuestra posición nos permite no solo tratar, sino también educar a los pacientes sobre cómo dejar de fumar y los significativos beneficios de hacerlo. Dejar de fumar ofrece beneficios inmediatos y a largo plazo para la salud bucodental. Los pacientes que abandonan el tabaco experimentan una rápida mejoría en la salud de sus encías, reducción en la incidencia de ulcera oral y un decrecimiento en el riesgo de cáncer oral. Además, la mejora en el aliento y la disminución de la decoloración dental son cambios estéticos positivos que refuerzan la autoestima y el bienestar psicológico”.
¿Cómo afecta el tabaco a los tratamientos de ortodoncia?
Desde la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEdO) se unen también a la campaña de concienciación sobre los efectos negativos del tabaco y subrayan “la importancia de la supervisión profesional y segura en ortodoncia, y destaca cómo el consumo de tabaco puede comprometer seriamente los resultados deseados”.
Asimismo, el presidente de la SEdO, el Dr. Juan Carlos Pérez Varela advierte que “el consumo de tabaco no solo provoca manchas visibles y el deterioro general de los dientes, sino que también afecta negativamente a la circulación sanguínea y la capacidad regenerativa de los tejidos bucales. Estos efectos sistémicos del tabaco reducen la eficiencia con la que los dientes pueden moverse a sus nuevas posiciones y prolongan el tiempo necesario para completar el tratamiento ortodóntico”.
Además, el tabaco incrementa el riesgo de reabsorción radicular, un proceso en el que las raíces de los dientes se debilitan o reducen durante el tratamiento de ortodoncia. “Esta complicación puede comprometer la estabilidad a largo plazo de los resultados del tratamiento, llevando a una movilidad dental incrementada que puede requerir intervenciones adicionales o incluso tratamientos correctivos más invasivos”, señala el presidente de la Sociedad.
La demora en pedir consulta profesional alarga un 40% el tiempo hasta que se recibe el tratamiento, por lo que el cáncer oral causa alrededor de 1.500 muertes al año
“Al fumar, se compromete la respuesta inmunológica y de cicatrización de los tejidos orales, lo cual es crucial durante el reajuste dental. Este compromiso puede conducir a una serie de complicaciones serias, tales como infecciones en las encías y problemas de cicatrización post-ajuste de los aparatos ortodónticos. Estas condiciones no solo son dolorosas y complican el tratamiento, sino que también pueden prolongar significativamente la duración del mismo”, advierte el Dr. Pérez Varela.
Del mismo modo, el tabaco está estrechamente vinculado con el desarrollo de enfermedades periodontales. En este sentido, desde la SEdO indican que “un paciente que está recibiendo tratamiento de ortodoncia, la presencia de enfermedad periodontal puede debilitar estos tejidos de soporte, comprometiendo la estabilidad de los dientes una vez reubicados y aumentando el riesgo de pérdida dental a largo plazo”.
“Asimismo, el flujo sanguíneo reducido en los tejidos bucales debido al consumo de tabaco disminuye la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y sanar, lo que puede afectar la salud oral general y retrasar aún más los progresos del tratamiento ortodóncico. Por lo tanto, el tabaquismo no solo afecta negativamente la estética dental y la función masticatoria, sino que también incrementa el riesgo de complicaciones serias que pueden tener consecuencias duraderas en la salud oral y general del paciente”, resume el presidente de la SEdO.
Para garantizar el éxito de un tratamiento de ortodoncia y maximizar su efectividad, desde la SEdO aconsejan a los pacientes que “consideren abandonar el hábito del tabaco. Dejar de fumar no solo favorece la eficacia del tratamiento ortodóncico al mejorar la respuesta de los tejidos al mismo, sino que también tiene un impacto positivo y directo en la salud general de las encías y el tejido bucal”.
El dentista y el tratamiento oncológico
Además del papel del dentista en el diagnóstico del cáncer oral, el Ilustre Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Aragón subraya que éste tiene un papel clave antes, durante y después de cualquier tratamiento oncológico, ya que puede ayudar a mitigar los efectos secundarios que la quimioterapia y la radioterapia provocan en el estado bucodental de los pacientes:
- Mucositis oral: inflamación y ulceración de las mucosas en la boca que puede causar dolor, dificultad para tragar y aumentar el riesgo de infecciones.
- Xerostomía (boca seca): la quimioterapia y la radioterapia pueden afectar las glándulas salivales, reduciendo la producción de saliva y aumentando el riesgo de caries.
- Infecciones orales: la disminución de la producción de saliva y los cambios en la mucosa oral pueden aumentar el riesgo de infecciones bucales, como candidiasis oral (infección por hongos).
- Sangrado: la quimioterapia puede afectar la capacidad del cuerpo para coagular la sangre, aumentando el riesgo de sangrado de las encías.