Durante las últimas décadas, nuestros pacientes demandan cada vez más tratamientos estéticos para mejorar tanto las alteraciones anatómicas como cambios de color, diastemas, troneras…; consiguiendo así mejorar la apariencia de su sonrisa y corrigiendo tanto la forma como el tamaño de los dientes.
Desde la aparición de la cerámica, las preparaciones dentales han ido evolucionando hasta llegar al punto de la mínima intervención, por lo que, actualmente, nuestro objetivo es conseguir la preparación dental más conservadora y, con ese mínimo desgaste, corregir el motivo de descontento por el cual nuestro paciente acude a la consulta. De esta manera, cumplimos tanto con la demanda estética como con la máxima conservación del tejido sano posible.
RESUMEN
El interés de las preparaciones verticales sigue en aumento dada la mínima cantidad de tejido dentario que debemos de tallar. Además, logramos salud en los tejidos blandos evitando las indeseadas recesiones gingivales (1). Hay múltiples variaciones de preparaciones dentales y, a pesar de que, clásicamente hemos preparado de manera horizontal, está creciendo el número de profesionales que realiza preparaciones con filo de cuchillo o BOPT, dado que las preparaciones son menos invasivas y consiguen un comportamiento clínico excelente (2).
Ser mínimamente invasivo implica valorar si es necesario hacer la preparación de todo el frente anterior (3), tal y como vemos en la mayoría de casos realizados, o si, por el contrario, como en este caso clínico, podemos mejorar la sonrisa de los pacientes solo realizando una correcta planificación restauradora, alcanzando la mimetización de la cerámica y preparando únicamente los incisivos laterales con la ayuda de un buen diagnóstico ortodóncico.