Actualmente, la directiva europea prohíbe el trabajo infantil. De hecho, la legislación española referente al empleo de niños es aún más rigurosa que lo estipulado por dicha directiva europea: el artículo 6 del Estatuto de los Trabajadores establece de manera muy clara estas restricciones.
Sin embargo, en otros países es un tema que sigue vigente. Según datos proporcionados por UNICEF, aproximadamente 160 millones de niños y niñas de edades entre los 5 y los 17 años se ven involucrados en el trabajo infantil en todo el mundo a fecha de hoy.
Dicha explotación resulta perjudicial para el bienestar de los niños, afectando tanto su desarrollo físico como mental, pero además, ¿afecta de alguna manera a su salud dental? ¿Qué ocurre cuando aquellos niños que comenzaron a trabajar tempranamente llegan a la edad adulta?
Un estudio reciente, realizado en colaboración entre la Universidad de Especialidades Espíritu Santo y la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, ha proporcionado información importante sobre esta cuestión. Este estudio, basado en datos de la encuesta SABE (Encuesta de Salud, Bienestar y Envejecimiento), concretamente analizó la relación entre el trabajo infantil y la pérdida de dientes en adultos mayores ecuatorianos.
Variables claves para evaluar la salud bucal
En el estudio realizado, se empleó un diseño transversal, utilizando datos de encuestas en Ecuador. Estas se llevaron a cabo en 15 provincias ecuatorianas, excluyendo la Selva Amazónica y Galápagos, y tenían como objetivo investigar a la población de 60 años en adelante.
El estudio se centró en adultos mayores que habían tenido experiencia laboral durante su infancia. La variable de resultado clave para evaluar la salud bucal fue el número de dientes que faltaban en el momento de la encuesta.
Esta variable se considera un indicador importante de la salud bucal, ya que refleja aspectos como:
- La higiene oral.
- El acceso a servicios dentales.
- Creencias culturales de los individuos.
Para analizar la relación entre la edad de inicio del trabajo y la pérdida de dientes, se utilizó una regresión logística.
Además de la variable predictiva principal (edad de inicio laboral), se incluyeron varias variables de control, como:
- Edad
- Sexo
- Educación
- Etnia
- Estado civil
- Condiciones de vida
- Enfermedades
- Consumo de tabaco
- Situación socioeconómica de la infancia
- Tipo de seguro de salud
Estos aspectos se consideraron relevantes para aislar la relación entre la variable de resultado y la variable predictiva de otros factores potencialmente influyentes.
La pérdida de dientes y la edad de comenzar a trabajar
Dentro de los resultados de este estudio, se observó que existe relación entre el inicio a trabajar a temprana edad y la pérdida de dientes de más 4 dientes de la siguiente manera:
- Los adultos mayores que comenzaron a trabajar entre los 5 y 12 años tuvieron un 28% más de riesgo de perderlos que aquellos que comenzaron a trabajar entre los 18 y 25 años.
- Mientras que los que comenzaron a trabajar entre los 13 y 17 años “solo” tuvieron un 18% más de riesgo.
- Además, aquellos que informaron no haber tenido suficiente comida para consumir durante su infancia tuvieron un 26% más de riesgo de perder más de cuatro dientes.
Estos hallazgos sugieren que además de la nutrición deficiente durante la infancia, el inicio laboral desde una edad temprana también puede tener un impacto negativo duradero en la salud bucal en la edad adulta.
Otros factores de riesgo
El estudio identificó otros factores de riesgo para la pérdida de dientes en adultos mayores. Entre estos factores se encuentran el género, nivel educativo, tabaquismo, acceso a alimentos en la infancia, y el diagnóstico de diabetes y/o cáncer.
Estos datos del estudio señalan que la pérdida de dientes en la adultez es un fenómeno multifacético, influenciado por una serie de factores que van más allá del historial laboral de la infancia.
Según los autores, este estudio también tiene implicaciones importantes para la calidad de vida de los adultos mayores. Y es que la pérdida de dientes conduce a un deterioro funcional que puede afectar su capacidad para hablar, masticar y, en última instancia, verse relacionada con la salud mental, impactando su calidad de vida.
Como conclusión, los investigadores sugieren que podría considerarse el trabajo a una edad temprana como un factor de riesgo de la salud bucal futura(aunque se necesita el apoyo de otras investigaciones). De ser así, las políticas de atención médica deberían modificarse en consecuencia, para reducir el riesgo de pérdida de dientes en este grupo vulnerable a través de educación y beneficios de salud adecuados.
Fuente: PLoS ONE. Hallon C, Barrionuevo-León C, Gallardo-Bastidas JC, Robles-Velasco K, Cherrez-Ojeda I, Faytong-Haro M (2023) Association between age people started working and missing teeth in an elderly population in Ecuador: Evidence from a cross-sectional study. PLoS ONE 18(11): e0293635. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0293635.