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Dr. José Vicente Bagán, Premio Santa Apolonia 2022

Por su contribución al prestigio y desarrollo de la Odontología a lo largo de toda su trayectoria profesional, el Consejo General de Dentistas ha otorgado al Dr. José Vicente Bagán este significativo reconocimiento. Un premio que recogerá el próximo mes de diciembre y que representa «una de las mayores satisfacciones y, por supuesto, el mayor orgullo».

El Consejo General de Dentistas de España le ha otorgado el Premio Santa Apolonia 2022. ¿Qué supone para usted recibir este reconocimiento tras una larga trayectoria profesional dedicada en cuerpo y alma a la Odontología? 

—Para mí obtenerlo representa una de las mayores satisfacciones; y, por supuesto, el mayor orgullo que se pueda imaginar. La alegría y la satisfacción que he experimentado con este premio es difícil de describir.

—El Premio Santa Apolonia reconoce toda su trayectoria profesional dentro del sector. ¿Cómo cree que ha contribuido usted al desarrollo de la Odontología? ¿Se siente satisfecho con todo lo conseguido hasta el momento o considera que le queda mucho aún por hacer?

—De forma sincera y humilde diré que mi contribución ha sido, sobre todo, intentar desarrollar, en lo que he podido, el área de la Medicina Bucal dentro de la Odontología,  habiendo formado durante tiempo y muchos años a gran cantidad de odontólogos a través del máster universitario que he dirigido durante casi 30 años, así como a las numerosas promociones de odontólogos a los que hemos impartido nuestra docencia en la Universidad de Valencia, intentado transmitir lo que conocemos de esta área tan interesante y apasionante que es la Medicina Oral. Si me pregunto si me siento satisfecho por lo realizado hasta este momento, tengo que decir con sinceridad que sí, pero, al mismo tiempo, y siendo riguroso en mis planteamientos, comprendo y reconozco que todavía queda mucho por hacer. Estoy seguro que las próximas generaciones continuarán y mejorarán todo lo que nosotros hemos hecho e iniciado como pioneros en la Medicina Oral.

—¿Quiénes han sido sus grandes referentes en su trayectoria profesional y qué lecciones ha aprendido de cada uno de ellos?

—Tengo que decir que han sido muchos los profesionales que me han ayudado y que me han servido como guía, siendo los referentes en mi trayectoria profesional. Inicialmente hablaría de personas con un gran conocimiento de la Odontología y que, allá por el año 78, se brindaron desinteresadamente a ayudarnos o formarnos a los que, en aquel momento, empezábamos. 

Estoy hablando de personas que nunca olvidaré por su interés, su ayuda y, por supuesto, por cómo nos marcaron el camino en la Odontología. Son tantos que seguramente me dejaría muchos si empezara a nombrarlos, pero no quiero dejar de mencionar a algunos como José María Casal, el profesor Canut o el profesor Peydro, entre las personas que más me ayudaron en mis inicios. 

Si me refiero ahora, a la Medicina Oral, mi gran referente ha sido el profesor Crispian Scully, de la Universidad de Londres, quien me ayudó muchísimo y me indicó el camino a seguir para desarrollar lo que yo quería hacer dentro de la Medicina Oral.

«Nuestra misión es demostrar a los profesionales de otras ramas de la salud la importancia que tiene la Medicina Oral»

—En su larga trayectoria profesional, ha tocado varias “derivadas” de la profesión: clínica, hospitalaria, investigación, docencia, miembro activo de sociedades y organizaciones profesionales… ¿Con qué faceta se ha realizado más profesionalmente y qué le han aportado cada una de las mismas?

—Efectivamente, durante mi trayectoria he desarrollado o he intentado desarrollar diversas facetas de un modo lo más equilibrado posible, pero todo enfocado siempre a lo que es la ayuda que tenemos que ofrecer a nuestros pacientes. Si hablamos de la docencia, me apasiona, y ya desde 1990 que obtuve la cátedra en la Universidad de Valencia es algo que me ha mantenido constantemente próximo a lo que representa la vida universitaria, a los estudiantes, los cuales enriquecen de forma notable a cualquier profesional: el contacto con ellos, la transmisión que te hacen de sus inquietudes y la necesidad que tienes de estar al día para poder ayudarles. 

«La ética en la investigación es fundamental y es otro de los aspectos en los que el odontólogo que pretende hacer investigación debe estar formado y conocedor», comenta el Dr. Bagán.

Si hablamos de investigación, yo lo considero un pilar fundamental de cualquier profesor universitario. En mi caso siempre ha sido una investigación clínica que se trasladaba del recorrido que hacía visitando y tratando a mis pacientes con afecciones de lo que tendemos Medicina Bucal. Mi área de investigación fundamental ha sido y lo es en este momento el área del precáncer y el cáncer oral, desde el punto de vista médico. Así llevo más de 30 años; centrado en esa línea de investigación, pretendiendo conseguir subvenciones, para, a través de convocatorias públicas, sufragar lo que representa el elevado coste de los materiales, sobre todo fungibles, que necesitas para aplicar y desarrollar tu investigación. En este momento, es imposible hacer una investigación de un nivel elevado sin esas aportaciones públicas o privadas. Necesitas estos apoyos para poder desarrollar los objetivos que te marcas e intentar resolver las grandes dudas y grandes lagunas que tenemos todavía en las muchas enfermedades que vemos en nuestros pacientes.

Si lo que me pregunta también es mi implicación en las sociedades científicas, tengo que decir por qué fue mi gran satisfacción y un tremendo reto el ocupar la presidencia de la Academia Europea de Medicina Oral. Esto ocurrió en el año 2010 y me ayudó a contactar con un gran número de profesionales de otros países que pertenecen a dicha Academia, personas con gran nivel científico y de los que, sin duda, aprendí mucho. Representó un gran esfuerzo, pero me siento muy orgulloso de haber sido el primer español que ha ocupado el cargo de presidente en dicha Academia Europea de Medicina Oral.

«Hay que ilusionar, transmitir una constante inquietud por aportar, progresar e innovar»

—Hace unas semanas, el nuevo presidente de SEMO, el Dr. Blanco, aseguraba que era necesario que se divulgue la Medicina Oral y que aumenten los cursos de formación en esta disciplina. ¿Comparte su valoración, Dr. Bagán? ¿Está suficientemente considerada la Medicina Oral a nivel formativo y profesional?

—Por supuesto, comparto totalmente su valoración y la importancia que la Medicina Oral tiene en estos momentos en lo que es la Odontología moderna, si bien y como podemos comprobar, a veces no está suficientemente valorada o considerada a nivel formativo y profesional, así como en las instituciones estatales. Es nuestra misión, y así lo he dicho siempre, el demostrar a los profesionales de otras ramas de la salud la importancia que tiene esta área que llamamos Medicina Oral. Estoy hablando desde el necesario contacto con los médicos de familia hasta médicos de otras especialidades que puedan tener una relación con la boca, como los dermatólogos, por ejemplo.

—Usted tiene también la experiencia hospitalaria, ¿existe poca comunicación entre el dentista y el resto de profesionales sanitarios? ¿Cómo valoraría una mejor conexión o la existencia de protocolos de trabajo conjuntos?

—Efectivamente, yo llegué al Hospital General Universitario de Valencia, donde obtuve la plaza de jefe de Servicio, ya en estos momentos hace 30 años. Cuando te incorporas a un Hospital General te corresponde demostrar a otros profesionales de especialidades diferentes que puedes aportar y ayudar mucho en lo que es el manejo de pacientes. Sin embargo, es un recorrido largo y a mí, personalmente, me costó tiempo hasta que, en los servicios hospitalarios del hospital donde trabajo, se viera la aportación que nosotros hemos demostrado que puede ofrecer un estomatólogo o, bien, un odontólogo.

Como consecuencia, al final se nos respeta y valora como cualquier otra especialidad, pero, como digo, es una tarea difícil debiendo demostrar, día a día, nuestra implicación con los pacientes y, por supuesto, visualizándose el conocimiento que debemos tener del área donde estamos trabajando.

«La saliva puede aportarnos grandes conocimientos y ayudarnos sobre numerosas enfermedades de la cavidad oral de nuestros pacientes»

«Durante mi trayectoria he desarrollado o he intentado desarrollar diversas facetas de un modo lo más equilibrado posible», señala el Dr. Bagán.

—Asimismo, tiene una acreditada producción científica a nivel nacional e internacional. ¿Qué líneas de investigación están siendo más prometedoras en el campo de la Medicina Oral? 

—Mi área fundamental o línea de investigación es el diagnóstico precoz de las lesiones potencialmente malignas y del cáncer oral desde un punto de vista clínico y patológico; sin embargo, últimamente estamos desarrollando líneas de investigación también en cáncer oral, utilizando la saliva como medio diagnóstico y pronóstico de lo que es este proceso. Nos queda muchísimo por hacer, pero quiero resaltar la importancia de la saliva, ya que nos puede aportar grandes conocimientos y ayudarnos sobre numerosas y variadas enfermedades que acontecen en la cavidad oral de nuestros pacientes.

—¿Responden estas líneas de investigación a los grandes retos a los que se enfrenta la disciplina de cara al futuro?

—Yo particularmente considero que, efectivamente, estas líneas de investigación son uno de los grandes retos que la Odontología moderna tiene. Por supuesto, hay muchísimos más retos a los que se enfrenta la investigación en Odontología, pero tiene que ser siempre enfocada al paciente para que éste tenga un diagnóstico más apropiado y un tratamiento mejor.

—Mi siguiente pregunta giraba en torno a la financiación a la investigación odontológica, pero ya nos la contestó: hay una evidente escasez de ayudas. Si quiere añadir algún detalle más…

—Lamentablemente, en la investigación odontológica tenemos recursos muy limitados y es lo que nos está haciendo que nos dirijamos, como es mi caso, a participar competitivamente en las convocatorias tanto nacionales como europeas para conseguir recursos que nos puedan permitir los objetivos que nos planteamos y el poder realizarlos. La empresa privada también tiene un papel importantísimo en lo que representa la ayuda y la colaboración con los investigadores, que en el área de la Odontología pretenden o pretendemos progresar, aportar y, quizás, desarrollar nuevas perspectivas que pueden, incluso, beneficiarles a ellos a nivel empresarial, pero todo ello siempre dentro de lo que son condicionantes éticos muy estrictos para que nuestra investigación sea válida y respetada por todos. 

La ética en la investigación es fundamental y es otro de los aspectos en los que el odontólogo que pretende hacer investigación debe estar formado y ser conocedor. No me canso de repetir lo trascendente que es el seguir las normas que a nivel internacional y, por supuesto, nacional, cualquier investigación y cualquier investigador debe rigurosamente seguir para que los resultados obtenidos de lo que hace sean válidos.

—Como docente y como padre de una dentista, ¿ve un buen futuro para la profesión odontológica? ¿Qué consejos da en las aulas a estas futuras generaciones para que vivan, disfruten de la profesión y ayuden a sus pacientes?

—Hay que ilusionar, hay que transmitir una constante inquietud por aportar, progresar e innovar dentro de la Odontología. Esto es lo que tenemos que transmitir a nuestros alumnos en las facultades de Odontología. Como futuros profesionales de esta área de la salud hay que decirles que la Odontología es muy amplia, tiene muchísimas facetas en las que uno se puede sentir cómodo desarrollándola y, por supuesto, realizando una importante tarea. Tenemos la suerte de tener tantas facetas en la Odontología que es difícil que un profesional no encuentre alguna de ellas que le apasione y la desarrolle en su quehacer diario de forma prioritaria.


El diagnóstico precoz del cáncer oral, clave 

Para el Dr. Bagán, «uno de los aspectos más preocupantes y más relevantes en la Medicina Oral es el cáncer y, sobre todo, su diagnóstico precoz. Sabemos la importancia de lo que representa el diagnóstico precoz y qué es lo que va a condicionar, en gran parte, la supervivencia de ese paciente». Y es que, en palabras del Dr. Bagán, aunque hace unos años se pensaba que el cáncer oral iba a reducir su incidencia, por el contrario, se está incrementando notablemente».  

En este sentido, destaca, «la función del dentista, que es en muchas ocasiones el primer profesional que ve una lesión inicial de cáncer, y tiene y debe ocupar un papel importante en ese diagnóstico temprano, realizando, si así se considera, una biopsia en ese paciente. Una vez diagnosticado, ya será remitido a algún servicio o centro hospitalario, donde, de un modo multidisciplinar, sea tratado. Lo importante es que el dentista esté adecuadamente formado en el reconocimiento e identificación de estas lesiones iniciales, bien sean precancerosas o, incluso ya, cánceres establecidos. Eso es fundamental, por lo que cualquier acción de divulgación y de formación en el ámbito de la Odontología para el conocimiento del cáncer es, para mí, cada vez más imprescindible».

Otro aspecto no menos importante, añade el Dr. Bagán, «es el de las lesiones potencialmente malignas como la leucoplasia o, incluso, el liquen plano oral. La leucoplasia y, sobre todo, su variedad leucoplasia verrucosa proliferativa, constituye una lesión precancerosa con un alto nivel de transformación en cáncer. Es fundamental su conocimiento. A pesar de las grandes lagunas que tenemos todavía hoy en lo que ésta representa, la investigación la estamos centrando muy focalizada en entidades como ella».

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