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Dra. Inmaculada Tomás, académica de número de la Academia de Ciencias Odontológicas de España

Con una larga trayectoria académica y profesional a sus espaldas, la Dra. Inmaculada Tomás tiene un objetivo claro dentro de la institución en la que ha ingresado este año: dar una visión innovadora y multidisciplinar en la investigación en Ciencias Odontológicas.

El pasado mes de abril tomó posesión en la Academia Nacional de Ciencias Odontológicas como reconocimiento a su trayectoria académica y profesional, ¿qué se siente al ser la primera mujer odontóloga en conseguirlo?

—La noticia fue una gran sorpresa para mí porque no me la esperaba en absoluto. Ahora que formo parte de la Academia, me siento muy contenta y satisfecha con el hecho de que, reflejada en mi persona, la Universidad de Santiago de Compostela pueda enorgullecerse de este hito histórico para las mujeres en el ámbito académico.

Además de mi propio esfuerzo personal, indudablemente, sin el respaldo de la propia universidad y también del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS), este logro no se hubiese alcanzado.

También me gustaría agradecer a todas las personas que forman parte de mi grupo clínico y de investigación, desde hace más de una década, su compromiso y apoyo incondicional que ha impulsado nuestro avance en los últimos años.

—¿Queda algún tipo de sensación agridulce por no ser mayor el número de mujeres que forman parte de la misma?

—Esta situación de desequilibro en la Academia no deja de ser consecuencia del propio desequilibro que, por ejemplo, podemos apreciar en el ámbito universitario español ya que, en nuestro caso, en Odontología, el ratio Catedráticos/Catedráticas sigue siendo muy favorable hacia los hombres.

—¿Cuál será su contribución dentro de esta organización?

—Contribuiré a la institución dando una visión innovadora y multidisciplinar en la investigación en Ciencias Odontológicas, aportando como ejemplo, la aplicación de las tecnologías ómicas y de Inteligencia Artificial (IA) en las enfermedades relacionadas con el microbioma oral, el cual llevo estudiando desde el inicio de mi carrera. Por otro lado, será un objetivo prioritario para mí, como miembro de la Academia, trabajar intensamente para alcanzar la paridad entre sus miembros, siempre bajo el prisma de la excelencia.

«Los sistemas de IA nos van a permitir determinar con precisión características clínicas relevantes, establecer el diagnóstico o tratamiento de una enfermedad e, incluso, anticipar la presencia de la patología oral»

—¿Qué recuerda de su paso por la Facultad de Odontología? ¿Qué le motivó a dedicarse a la investigación en Odontología?

—Las buenas notas obtenidas en el Bachillerato y el COU junto a la Selectividad me permitieron acceder sin problemas a la Facultad de Odontología de Granada. En mi época, los dos primeros años se estudiaban en la Facultad de Medicina, y los tres últimos, se hacían en el Campus de la Cartuja, en la Facultad de Odontología, ubicada en un bonito edificio de estilo neomudéjar construido a finales del siglo XIX.

En mi clase, la promoción 92-97, éramos sobre 90 personas, se respiraba un «buen ambiente de compañerismo» y tengo muy buenos recuerdos de todos ellos. Francamente, recuerdo una carrera bien organizada y planificada con un alto contenido de actividad práctica, y en general, un elenco de profesores (los de
Odontología, la mayoría muy jóvenes) muy bien formados, con conocimiento, y algunos de ellos, unos grandes oradores. Probablemente, este ambiente, junto a mi personalidad estudiosa, hizo que sintiera en los últimos años, mi verdadera vocación docente e investigadora, lo que me impulsó al poco tiempo de finalizar la carrera a trasladarme a la Universidad de Santiago de Compostela para iniciar mi trayectoria académica en esta universidad.

—Usted lidera el grupo de investigación «Oral Sciences Research Group» en la USC, perteneciente a la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (FIDIS). ¿En el desarrollo de qué líneas de investigación está centrado actualmente dicho grupo y qué expectativas manejan sobre sus posibles aplicaciones?

—Bajo la creencia absoluta en la importancia de llevar a cabo una «investigación multidisciplinar», los investigadores clínicos de mi grupo estudian y se esfuerzan por adquirir conocimientos de otras áreas científicas con el propósito de aplicarlos en el ámbito de las Ciencias Odontológicas, demostrando que es posible liderar y hacer una investigación traslacional de alta calidad en Odontología. Desde hace más
de 10 años, estamos centrados en el avance de dos principales líneas de investigación:

1) Patogénesis y diagnóstico de las enfermedades orales, especialmente las periodontales, mediante la aplicación y desarrollo de técnicas bioinformáticas y de IA en tecnologías ómicas.

2) Diagnóstico odontológico sobre imágenes de la cavidad oral mediante la aplicación y desarrollo de técnicas de IA.

Indudablemente, las tecnologías ómicas y de IA han llegado a la Odontología en los últimos años, y se espera que la revolucionen mucho más en las próximas décadas.

En nuestro ámbito, al igual que en el resto de la Ciencias de la Salud, los sistemas de IA nos van a permitir determinar con precisión características clínicas relevantes, establecer el diagnóstico o tratamiento de una enfermedad e, incluso, anticipar la presencia de la patología oral o su pronóstico mediante el análisis de genes, la priorización de factores de riesgo o la predicción de resultados.

Acto de nombramiento como Académica de Número en la Academia de Ciencias Odontológicas de España celebrado el día 14 de abril de 2023 en el Salón Noble de la Universidad de Santiago de Compostela.

—Tras centrar sus primeras investigaciones en el campo de la microbiología oral, en los últimos diez años, ha incorporado a dicha actividad las tecnologías ómicas y las técnicas de Inteligencia Artificial, ¿qué puede contarnos al respecto?

—Francamente, considero fascinante e inimaginable el futuro que nos depara la aplicación de las tecnologías ómicas y de IA en las Ciencias de la Salud y, específicamente, en las Ciencias Odontológicas, y cómo esos avances revertirán en el progreso de la humanidad. Sin embargo, este extraordinario auge de la IA va acompañado, sin duda, de nuevos retos en cuanto a responsabilidades morales que van mucho más allá de los requisitos técnicos y jurídicos, y debemos ser absolutamente conscientes de ello.

En 2021, la Organización Mundial de la Salud estableció seis principios consensuados para garantizar que la IA redunde en un beneficio a la humanidad, siendo el primero de ellos, el de proteger la autonomía humana, confirmando que los profesionales deben seguir controlando el sistema sanitario y las decisiones médicas.

—¿Y sobre su labor como Coordinadora de la Unidad Clínica y de Investigación en Odontología para Pacientes con Necesidades Especiales?

—Desde su creación, el trabajo diario en la Unidad me ha permitido descubrir mi verdadera vocación clínica, la «Odontología en Pacientes con Necesidades Especiales», un ámbito clínico desafiante que me plantea retos diarios, pero también me aporta grandes satisfacciones y experiencias inolvidables con nuestros pacientes y sus familias, sus cuidadores y otros profesionales maravillosos.

Siendo centro de referencia en nuestra comunidad autónoma, el perfil médico de los pacientes que acuden a la Unidad es muy diverso, abarcando desde las discapacidades físicas, psíquicas o sensoriales hasta la patología sistémica. En la Unidad trabaja un equipo dinámico de jóvenes odontólogos, bien formados, con valores éticos y personales, con espíritu de trabajo en equipo, que contribuyen al avance de nuestro Servicio Clínico con el fin último de satisfacer lo mejor posible las necesidades de nuestros pacientes.

Aparte de la importante acción social, la Unidad representa un pilar docente fundamental en la vertiente práctica de la materia que imparto desde hace más de 15 años, «Odontología en el Paciente Médicamente Comprometido» y una fuente de conocimiento que nutre y enriquece todo el material didáctico que preparamos sobre la temática.

«Hay que seguir trabajando para demostrarle a las instituciones públicas españolas y europeas que la investigación en Odontología es totalmente necesaria y útil»


—¿En qué consisten Dentius Deep Plaque y Dentius Age y en qué punto de su desarrollo se encuentra?

—Ambas aplicaciones informáticas las desarrollamos en 2020 en colaboración con investigadores del Centro de Investigación en Tecnologías Inteligentes de la Universidad de Santiago de Compostela (CITIUS). Dentius Deep Plaque es la primera aplicación web a nivel mundial que permite la visualización/cuantificación de los niveles de placa bacteriana dental mediante un tratamiento automatizado de imágenes fotográficas, utilizando técnicas de IA. Esta herramienta informática ya la estamos aplicando en la actualidad para testar la eficacia antiplaca de nuevos productos de higiene oral, como el colutorio a base de cymenol. Por otra parte, Dentius Age es un software basado en Deep Learning para el cálculo automatizado de la edad cronológica de un individuo a través de una ortopantomografía.

En estos momentos, estamos realizando mejoras en los algoritmos de procesamiento en el software Dentius Deep Plaque y construyendo un dispositivo electrónico de luz ultravioleta LED para su uso en el sillón odontológico. Respecto a Dentius Age, esta herramienta informática la estamos aplicando a distintas poblaciones para efectuar el cálculo automatizado de la edad cronológica y determinar su grado de precisión diagnóstica en comparación con métodos tradicionales.

Grupo clínico y de investigación de la Unidad de Pacientes con Necesidades Especiales coordinado por la Dra. Tomás en la Universidad de Santiago de Compostela.

—¿Qué importancia tiene para usted la investigación multidisciplinar? ¿Se promueve lo suficiente por parte de los organismos públicos y privados? ¿Cómo potenciarlo?

—Francamente, en mi opinión, la dificultad en el ámbito de la investigación ha crecido exponencialmente en los últimos 15-20 años, por lo que considero que, para realizar una investigación de alta calidad en el ámbito de las Ciencias Odontológicas, es totalmente imprescindible llevar a cabo investigaciones multidisciplinares, que supongan la implicación de otras áreas científicas, como, por ejemplo, la bioinformática.

Por otra parte, en líneas generales, los investigadores españoles somos totalmente conscientes de que la inversión pública en investigación que realiza nuestro país es muy inferior a la realizada por otros países europeos y, bajo este contexto, lamentablemente los proyectos otorgados a temáticas de Ciencias Odontológicas son mínimos. Creo que hay que seguir trabajando intensamente para demostrarle a las instituciones públicas españolas y europeas que la investigación en Odontología es totalmente necesaria, útil e igualmente interesante que la realizada en otras Ciencias de la Salud.

Por otro lado, considero muy importante destacar la conveniencia de afianzar las relaciones entre los grupos de investigación y el sector empresarial, potenciando ambos sus fortalezas en la búsqueda de intereses comunes.

—¿Cómo logra compaginar su faceta docente y clínica con sus proyectos de investigación? ¿Con cuál se quedaría de tener que elegir una sola?

—Bueno, intento ser organizada y dedicarle el 40% de mi tiempo profesional a la faceta docente y clínica, y el 60% a la faceta investigadora, aunque confieso que, en numerosas ocasiones, esto es muy complicado de cumplir. Respecto a la segunda pregunta, al ser una docente e investigadora clínica, para mí, ambas facetas están absolutamente entrelazadas. No se puede realizar investigación clínica sobre pacientes sin tener contacto con la clínica; y, por otro lado, las facetas docente y clínica son indudablemente mejorables si se nutren de resultados de investigación.

—¿Cuáles son los mayores desafíos que ha enfrentado en su carrera como odontóloga investigadora? ¿Veremos su cuarta patente?

La Dra. Inmaculada Tomás vestida de Académica el día 14 de abril de 2023.

—Pues creo que uno de los mayores desafíos a los que me he enfrentado como odontóloga investigadora es obtener desde hace más de 10 años de forma continuada proyectos de investigación competitivos a nivel nacional del Instituto Carlos III con temáticas relacionadas con las Ciencias Odontológicas y liderar estos proyectos como investigadora principal. Por supuesto, que este desafío continúa «vivo» e intentaré conseguir nuevos proyectos competitivos de diferente índole, no solo nacionales, sino también europeos.

Y sí, claro, habrá una cuarta y probablemente una quinta patente. ¿Por qué no? Pero me gustaría aclarar que, para mí, lo más importante no es la fase de patentado, sino la posibilidad de realizar o crear cosas, patentables o no, realmente útiles y aplicables en el ámbito clínico odontológico, y esto es lo realmente difícil.

«Es posible liderar y hacer una investigación traslacional de alta calidad en Odontología»

—¿Cuál es su enfoque sobre la formación de nuevos investigadores en Odontología en España?

—Pongo el ejemplo con mi propio grupo de investigación, donde hay varias jóvenes investigadoras en formación, a las que les exijo una perspectiva formativa dual basada en compaginar su formación clínica odontológica integral (en nuestro caso, en el ámbito de los pacientes con necesidades especiales) con una formación sólida en metodología de la investigación, aprendiendo y entendiendo los fundamentos de los métodos tradicionales y las nuevas tecnologías para aplicarlos en las Ciencias Odontológicas.

—Por último, y teniendo en cuenta su experiencia, ¿qué consejos o pautas les daría a los estudiantes interesados en seguir su ejemplo como investigadores?

—Lo primero que me gustaría decirles es que la carrera investigadora en el ámbito académico es una «carrera de fondo» donde prevalece la perseverancia y el tesón. Se me ocurren varios consejos: elegir muy bien el grupo de investigación donde uno quiere iniciarse, optar desde el principio a contratos competitivos de investigación, practicar una investigación honesta y responsable, realizar estancias de investigación en otros grupos nacionales e internacionales, y para mí, sin duda, lo más importante, mantener siempre la ilusión por aprender e investigar.

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