Presentamos un caso clínico de una paciente clase III esqueletal por falta de desarrollo del maxilar superior de 8 años de edad y de género femenino. Sus padres
relatan haber tenido un tratamiento ortopédico ortodóncico anterior sin los resultados deseados. Se solicitan de inmediato registros clínicos fotográficos, imagenológicos, los cuales incluyen radiografía lateral de cráneo y CBCT bimaxilar (Planmeca
ProMax 3D FOV 90 mm x 90 mm).
Palabras claves: clase III esqueletal, deficiencia maxilar superior, protracción maxilar, Marpe, máscara de tracción frontal, anclaje esqueletal.
INTRODUCCIÓN
Habitualmente llamamos tratamiento temprano o de primera fase a aquel tratamiento ortodóncico y/o ortopédico comprendido entre los 5 y 10 años promedio en dentición temporal o mixta, que tiene por objetivo disminuir las discrepancias dentomaxilares y, así, permitir evitar un tratamiento definitivo o mejorar el pronóstico de la segunda fase o tratamiento definitivo.
Las ventajas de un tratamiento ortodóncico temprano o interceptivo son indiscutibles. Sin duda, como especialistas, y dependiendo de la línea de ortodoncia que sigamos, tenemos, desde hace años, una gran batería de herramientas para
redireccionar, corregir o interceptar alteraciones esquelético dentarias en edades tempranas. Pacientes clases II, clases III, mordidas abiertas y pacientes con malos hábitos se verán muy beneficiados con algún tipo de tratamiento que logre aminorar su alteración para lograr un mejor pronóstico en su tratamiento definitivo posterior.
Dentro de los tratamientos tradicionales de pacientes clases III en edades tempranas se posiciona, como referente bibliográfico y clínico, el uso de la máscara de tracción
frontal acompañado de algún sistema de expansión dentosoportado (1). Los efectos de la máscara de tracción frontal se describen como esqueletales, dentoalveolares y
faciales. También se describen ciertos efectos no deseados en este tipo de tratamiento, como son el descenso del plano palatino posterior (giro antihorario) y el aumento de la inclinación en sentido horario del plano mandibular, quienes juntos
contribuyen a la corrección de las maloclusiones de clase III a través de un efecto ortopédico pequeño y un moderado efecto dentoalveolar (2). También se describe en la literatura que el avance promedio del punto esqueletal A, a través de una protracción tradicional dentosoportada, es de no más allá de 1 a 3 mm (3).