La apnea obstructiva del sueño se caracteriza por la dificultad para respirar mientras se duerme, lo cual puede llegar a causar hipoxia (niveles bajos de oxígeno en el cuerpo), inflamación, estrés oxidativo y patrones de respiración más cortos. Y cada uno de estos síntomas puede tener un efecto negativo crónico en el metabolismo óseo y, en última instancia, en la densidad ósea.
Por eso los hallazgos de este estudio, publicado en noviembre en CRANIO: The Journal of Craneomandibular and Sleep Practice, son de interés para las personas con apnea, ya que la baja densidad mineral ósea es un indicador de osteoporosis, una afección en la que los huesos se vuelven débiles y quebradizos.
Además de aumentar el riesgo de fracturas, la baja densidad mineral ósea también afecta la salud bucal, lo que hace que los dientes se aflojen y los implantes dentales fallen. Así lo explica el autor principal de la investigación, Thikriat Al-Jewair, DDS, profesor asociado de ortodoncia en la Facultad de Medicina Dental de la UB.
Metodología y resultados
Los investigadores utilizaron tomografía computarizada de haz cónico (CBCT) para medir la densidad ósea en la cabeza y el cuello de 38 participantes adultos, la mitad de los cuales tenía apnea obstructiva del sueño. Revelando que los participantes con apnea obstructiva del sueño tenían una densidad mineral ósea significativamente más baja que los participantes que no la padecían.
«Si bien el vínculo entre la apnea obstructiva del sueño y la baja densidad mineral ósea aún no se ha explorado por completo, este estudio ofrece una nueva evidencia sobre su conexión que podría tener varias implicaciones para el tratamiento de ortodoncia», dice Al-Jewair, también vicedecano de equidad y diversidad e inclusión en la Facultad de Odontología de la UB.
«Si a un paciente se le ha diagnosticado apnea del sueño, esto puede influir en la planificación y el manejo del tratamiento. Las imágenes CBCT se han convertido en una parte integral de la práctica diaria de ortodoncia y podrían usarse como una herramienta de detección de baja densidad mineral ósea», dijo. «Los ortodoncistas podrían entonces informar a sus pacientes sobre su propensión a tener una baja densidad mineral ósea y alentarlos a que acudan a más consultas con su médico, así como advertirles sobre posibles resultados adversos, mayores riesgos y efectos sobre el tiempo de tratamiento«.
Para terminar, Al-Jewair informa que se necesita continuar investigación con tamaños de muestra más grandes.