El absceso dental, o más comúnmente conocido como flemón, surge a causa de una infección bacteriana que provoca la acumulación de pus en la zona que rodea la zona de un diente.
Es una afección dental bastante frecuente, ya que puede producirse por muchos y variados motivos. Que sea frecuente no quiere decir que no sea importante, incluso grave: un absceso dental sin tratar puede provocar complicaciones graves en la salud. En algunos casos puede llegar a provocar incluso el fallecimiento de quien lo padece.
Causas del flemón dental o absceso
Los motivos para que se forme un flemón, como se ha mencionado, son varios. Pero los más frecuentes suelen ser:
- Una caries no tratada.
- Un traumatismo dental o lesión.
- Una enfermedad periodontal.
- Una pulpitis.
A través de cualquiera de esas situaciones, es como las bacterias pueden entrar y llegar hasta los tejidos del diente, encías y hueso, infectándolos y pudiendo formar pus, provocando dolor de muelas, inflamación de los tejidos e incluso fiebre.
Factores de riesgo
Para no llegar a ninguno de los cuatro puntos anteriores, hay ciertos factores de riesgo que podemos evitar, y de esta manera, evitar la formación de un absceso dental:
- Descuidar la higiene dental. Es decir, no cepillarnos los dientes cada día o no usar hilo dental, ya que esto favorece la aparición de afecciones bucales que pueden ir acompañadas de flemones.
- Ingerir demasiada azúcar. Comer y beber frecuentemente productos con alto contenido de azúcar, como dulces refrescos, ya que pueden provocar caries, que a su vez pueden desembocar en un absceso
- Boca seca. La saliva protege contra la caries y otras afecciones de la boca, por lo que es una parte muy importante en nuestra salud bucal.
Prevención
- Hay que cepillarse los dientes al menos dos veces al día para evitar la formación de placa y sarro. Además, se recomienda sustituir el cepillo cada 3 meses.
- Es conveniente usar hilo dental para limpiar entre los dientes. En pacientes portadores de prótesis o que presenten enfermedad periodontal, el uso de irrigadores y cepillos interproximales son una herramienta eficaz para mantener una correcta higiene oral.
- El uso de enjuagues bucales también puede ser de ayuda. Consulta con tu dentista el más adecuado para tu caso.
- Es importante llevar una dieta saludable y limitar la ingesta de productos azucarados.
- Hay que acudir a las revisiones periódicas en el dentista, pues ayudarán a mantener una perfecta salud bucal.
Síntomas del absceso dental o flemón
- Dolor de muelas ante estímulos de frío y calor o al masticar. Muchas veces intenso y continuo.
- A veces el dolor de los dientes puede extenderse hasta la mandíbula, el cuello o el oído.
- Inflamación de la cara, mejillas o cuello. Puede llegar a provocar dificultad para respirar o tragar.
- Pueden llegar a inflamarse los ganglios linfáticos debajo de la mandíbula o en el cuello.
- Enrojecimiento en las encías.
- Sensibilidad dental.
- Mal sabor de boca y mal aliento (halitosis).
- Fiebre que a veces cursa con sensación general de malestar.
Ante la persistencia de cualquiera de estos síntomas y en caso de detectar un flemón o absceso, es recomendable acudir al dentista cuanto antes, para poder controlar el avance del absceso, minimizar los dolores, evitar la destrucción de los tejidos y por supuesto, eliminar el absceso dental.
Diagnóstico
Para poder realizar un diagnóstico correcto, el dentista debe examinar el diente, la boca y las encías, pudiendo necesitar además la realización de una tomografía computerizada para comprobar la extensión de la lesión y posible afectación a tejidos adyacentes.
Cómo quitar el absceso dental
El tratamiento a realizar dependerá del causante del absceso y de la gravedad o alcance del mismo. Por lo tanto un buen diagnóstico es crucial. Teniendo esta información, se podrá trabajar en evitar complicaciones, eliminar la infección y en conservar la pieza dental si fuera posible.
Pasos que se siguen en el tratamiento
Si bien los enjuagues bucales con agua tibia y sal pueden ayudar a calmar el dolor, así como los analgésicos de venta libre pueden aliviar el dolor y la fiebre, es importante acudir al dentista para, como hemos mencionado, evitar complicaciones.
- Es posible que lo primero que tengas que hacer es tomar los antibióticos prescritos por tu dentista, y que se encargarán de destruir las bacterias que causan la infección.
- A continuación, si así lo requiere el caso, hay que drenar el absceso dental a través de un pequeño corte por donde sacar el pus de la zona infectada, irrigando la zona abundantemente con suero salino
- Como mencionamos anteriormente, es importante detectar la causa que ha originado el absceso y tratarla:
- Si ha sido por una enfermedad de las encías, hay que valorar el estado de avance de la enfermedad y proceder al tratamiento, que puede requerir desde una limpieza profunda de encías, un curetaje o una cirugía de encías.
- Si el flemón es de origen dental, a causa de una caries o un diente fracturado, se debe valorar si realizar un empaste, reconstrucción o una endodoncia. Incluso una extracción dental, en caso de que el diente no se pueda salvar.
¿Cuánto tiempo tarda en curar un flemón?
El tiempo de curación dependerá de la gravedad y extensión del flemón, de las condiciones particulares de cada paciente y de la premura en instaurar el tratamiento adecuado.
Una vez tratado la zona suele cicatrizar en un par de semanas.
Complicaciones
En ocasiones las complicaciones llegan porque el absceso dental “desaparece” y entonces creemos que ya ha pasado todo. Pero no es así, aunque un absceso drene y con ello desaparezcan el dolor y la inflamación, es importante averiguar la causa que generó el absceso y recibir el tratamiento dental adecuado.
En ocasiones, las infecciones bucales no tratadas pueden extenderse a los maxilares y a otras áreas de la cabeza y el cuello, generando problemas más graves, como obstrucción de las vías respiratorias.
De hecho, la propagación de la infección a otras áreas del cuerpo puede ser motivo de absceso cerebral, inflamación en el corazón, neumonía u otras complicaciones.
Además, si tienes un sistema inmunitario debilitado y no tratas el absceso, el riesgo de que se propague la infección es aún mayor, por lo que hay que prestar incluso más atención.