La función oclusal estimula diferentes áreas de la corteza cerebral. Así lo afirma un estudio publicado en el Saudi Dental Journal, el cual explica que los métodos de neuroimagen han demostrado que la masticación activa partes de las cortezas somatosensorial, motora suplementaria e insular del cerebro, y sin embargo, hay poca evidencia sobre la relación existente entre el sistema estomatognático y la actividad cerebral.
Relación entre el sistema estomatognático y la actividad cerebral
Los estudios mencionados en el artículo parecen indicar que cuando existe ausencia dental, prótesis mal adaptadas o disminución de la fuerza de mordida, se producen alteraciones en el transporte de oxígeno a la corteza prefrontal, por lo que dichas afecciones se consideran factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer, la demencia senil, la ansiedad y el estrés. No es la primera vez que se habla de la relación entre la boca y la salud mental. Por ejemplo, una buena salud oral podría retrasar el avance del Alzheimer.
Estos hallazgos, continúan los autores, sugieren que las alteraciones en la función cerebral pueden ser desencadenadas por cambios estructurales en el sistema estomatognático. Y por lo tanto, el tratamiento dental podría mejorar potencialmente la salud mental.
Para corroborar, el equipo de investigadores ha analizado 12 estudios de casos y controles relevantes, ensayos clínicos y revisiones sistemáticas de bases de datos online, con el objetivo de identificar la relación entre la oclusión y la actividad cerebral. De esta manera, escribían, “queremos proporcionar un sustento teórico que permita futuros estudios sobre el tema, examinando estas relaciones y los trastornos recíprocos evidentes en las patologías estomatognáticas y del sistema nervioso”.
En los 12 estudios incluidos en su investigación han analizado varias casuísticas, que desarrollan ampliamente en su publicación, y que son las siguientes:
- Oclusión dental y actividad cerebral.
- Efectos de la falta de armonía oclusal en la actividad cerebral.
- Efectos de la pérdida dental en la actividad cerebral.
- Trastornos temporomandibulares y actividad cerebral.
- Efecto de las férulas oclusales sobre la actividad cerebral.
Resultados y conclusiones
Según los autores del estudio, dirigidos por Sebastián Silva Ulloa de la Universidad de Cuenca (Ecuador), los hallazgos indican que los cambios en la oclusión afectan a la corteza sensoriomotora, la cual controla el movimiento en el lado contralateral del cuerpo.
Una forma en que la mordida y la función cerebral están vinculadas, explican, es a través de mecanorreceptores en el ligamento periodontal. Estos receptores cierran la brecha de comunicación entre los dientes y el cerebro y a nivel orofacial, los mecanorreceptores tienen dos propósitos principales: transmitir información para el control de las funciones motoras, y dos; transmiten información sobre la textura de los alimentos.
«Las alteraciones en la estimulación de los mecanorreceptores dan como resultado una reducción de las fuerzas de masticación y una falta de control de los movimientos mandibulares«, afirmaron los autores.
Masticar, en particular, es un vínculo importante entre la boca y la mente, y puede mejorar la capacidad cognitiva. Además, es beneficioso para la memoria, porque activa la corteza somatosensorial, el área motora suplementaria, la corteza insular, la corteza prefrontal y el hipocampo.
Estudios previos, continúan, también han demostrado que tras la pérdida de molares se detecta, por un lado, proliferación celular en la circunvolución dentada; y por otro, cambios morfológicos en el hipocampo, los cuales son similares a los que se observan a medida que avanza nuestra edad.
Incluso tras una terapia con férula se observa que los movimientos durante la oclusión muestran un control cerebral alterado, y los investigadores creen que una de las principales razones por las que esto sucede es el entrenamiento cerebral inducido por los protectores oclusales.
La conclusión del estudio, por tanto, es que la corteza sensoriomotora se ve afectada por cambios en la oclusión y esto podría jugar un papel importante en el desarrollo de enfermedades, desde la ansiedad y el estrés hasta el mal de Alzheimer y la demencia senil.
Y su significación clínica, añaden los autores, es que los odontólogos, a la hora de trabajar la oclusión en los tratamientos, deben considerar que las alteraciones en el patrón oclusal durante la masticación pueden generar cambios en la activación de diferentes regiones cerebrales relacionadas con la memoria, el aprendizaje, el dolor anticipatorio y la ansiedad.
Añaden, sin embargo, que se necesitan más investigaciones sobre las interacciones entre la oclusión y la función cerebral para dilucidar exactamente las partes del cerebro que se ven afectadas cuando se altera la oclusión y determinar si son las que alteran la función cerebral.
Fuente: Sebastian Silva Ulloa, Ana Lucía Cordero Ordóñez, Vinicio Egidio Barzallo Sardi.
Relationship between dental occlusion and brain activity: A narrative review.
The Saudi Dental Journal, 2022, ISSN 1013-9052.
https://doi.org/10.1016/j.sdentj.2022.09.001.
Dr. Bicuspid.