Según los resultados de un nuevo estudio publicado en la revista científica npj Biofilms and Microbiomes, la diversidad del microbioma oral cambia significativamente con la edad. En el estudio, desarrollado por el equipo científico de «Saca la Lengua» del Centro de Regulación Genómica (CRG) y dirigido por el Dr. Toni Gabaldó con el apoyo de la Fundación «la Caixa», participaron 1.648 personas de entre 7 y 85 años de edad, repartidas por todo el territorio español.
Para ello, el equipo científico de «Saca la Lengua» visitó más de 30 centros educativos y centros cívicos en varias ciudades del territorio español. Además, habilitó una furgoneta con los equipos necesarios para el procesamiento inicial de las muestras de saliva, recorriendo más de 7.000 kilómetros entre Catalunya, Islas Baleares, Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Madrid, Galicia, País Vasco y Aragón.
Según los autores del estudio, los adolescentes tienen un microbioma oral muy biodiverso y varía mucho entre personas, lo que quizás esté relacionado con cambios hormonales y de hábitos durante esta fase. Por su parte, las personas de mediana edad tienen una biodiversidad más baja y además una composición más homogénea entre personas, representando una etapa de alta estabilidad. A partir de los 60 años, la biodiversidad y las diferencias entre personas aumentan de nuevo y de manera muy considerable.
Los autores postulan que la diferencia entre la edad media y avanzada puede deberse a diferencias en el sistema inmune, que al debilitarse con la edad hace que la cavidad bucal sea más susceptible a la colonización de especies oportunistas que serían normalmente rechazadas.
Desarrollo del estudio
Con el objetivo de entender los factores que influyen en el microbioma oral, los participantes del estudio rellenaron un cuestionario sobre 80 aspectos diferentes referentes al estilo de vida, la dieta, la higiene y la salud.
Los factores asociados a cambios importantes en el microbioma oral están vinculados a enfermedades crónicas como la fibrosis quística o en síndromes como el síndrome de Down, seguidos por los de estilo de vida como fumar. También influyeron, aunque en menor medida, la celiaquía, la hipertensión o el uso de antibióticos.
Tal y como destaca el estudio, las relaciones sociales y familiares también inciden sobre la composición del microbioma oral.
Así, miembros de la misma familia – por ejemplo, padres e hijos, o dos hermanos o hermanas – tienen un microbioma más parecido que entre dos personas de diferentes familias. Esta asociación existe incluso entre los miembros de la misma clase escolar. Este hallazgo hace que los autores postulen que compartir el mismo entorno, aunque sea unas horas al día, puede afectar significativamente al microbioma oral.
Los resultados, que son el primer estudio de los cambios de la diversidad del microbioma oral con la edad, podrían acelerar el desarrollo de técnicas que usen la saliva para informar sobre el estado de salud de las personas.
Y es que, según afirma Toni Gabaldón, profesor de Investigación ICREA y responsable científico del proyecto «Saca la Lengua», «la salud bucal está conectada con todo el cuerpo humano. Por esta razón, la saliva contiene mucha información útil que puede proporcionar información complementaria a otras analíticas como las de sangre. Los resultados de ‘Saca la Lengua’ proporcionan un diccionario que ayuda a interpretar el lenguaje del microbioma oral de tal manera que, puede que un día, la muestra de saliva sea tan rutinaria como los análisis de sangre u orina«.
Microbiomas muy diferentes
El estudio también ha descubierto que las personas con enfermedades crónicas como la fibrosis quística, o en síndromes como el síndrome de Down, tienen un microbioma oral diferente y característico. Y las diferencias encontradas tienen relación con problemas específicos en estas personas.
Por ejemplo, una mayor presencia de especies asociadas a periodontitis en personas con síndrome de Down, y una mayor presencia de patógenos oportunistas de las vías respiratorias en personas con fibrosis quística.
Proyecto «Saca la lengua»
El proyecto «se planteó desde un principio como un proyecto participativo, en el que la ciudadanía podía contribuir no solo con una muestra de saliva, sino también con las preguntas que debíamos explorar y la priorización de los datos a analizar», afirma la Dra. Elisabetta Broglio, coordinadora de Ciencia Ciudadana en el CRG. «Entre asociaciones de pacientes, bares, museos, escuelas, centros cívicos y aulas de la tercera edad, todos se volcaron para formar parte del estudio. Sin esta participación masiva hubiera sido imposible conseguir unos resultados con este nivel de resolución».
«La primera edición de ‘Saca la Lengua’ fue un éxito rotundo. Por eso lanzamos una segunda edición, para avanzar aún más nuestro conocimiento del microbioma. Cuando concebimos la idea no pudimos predecir el éxito del proyecto tanto a nivel de ciencia ciudadana como a nivel científico. Es un ejemplo de proyecto innovador en el que la ciudadanía ha tenido un papel esencial», afirma el Dr. Luis Serrano, director del CRG.
El proyecto «Saca la Lengua» cuenta con el apoyo y la contribución de las empresas Illumina, Eppendorf, miniPCR, y ThermoFisher Scientific. Los servicios de Genómica y Bioinformática del CRG, claves en el desarrollo del proyecto, están cofinanciados por la Unión Europea a través de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER).