La gran mayoría de las enfermedades bucodentales se pueden prevenir con unas rutinas saludables desde la infancia, tales como mantener una buena higiene oral, llevar una dieta equilibrada y acudir a revisiones periódicas al dentista, tal y como apuntan desde el Consejo General de Dentistas.
Esto no impide que, en algunos casos, las rutinas no sean suficientes y sea necesario incorporar algunos tratamientos preventivos para combatir la caries dental, como los selladores de fisuras, el barniz y el gel de flúor. Se trata de técnicas preventivas que suelen aplicarse en pacientes con riesgo moderado o riesgo alto de caries.
Además, al ser tratamientos preventivos, no es necesario aplicar anestesia, son totalmente indoloros y se realizan en muy poco tiempo. Algo idóneo en el caso de los niños.
El sellador de fisuras en niños
Está principalmente indicado en la población infantil, ya que el mayor riesgo de caries se produce en los 4 primeros años tras la erupción de los molares. Gracias al sellado, se pueden proteger las superficies oclusales y prevenir la aparición de la caries.
El tratamiento consiste en una capa de resina que se coloca en la superficie de masticación de los molares. Tras su aplicación, la fisura se convierte en una superficie lisa en la que es más difícil que crezcan las bacterias. De hecho, con este tratamiento se previene el 80% de las caries.
Su duración media es de unos 4 o 5 años, aunque es posible que se produzca una pérdida parcial del sellador en algún momento, por lo que es recomendable revisarlos semestralmente y volver a aplicarlos en caso de detectar un deterioro en los mismos. Pero se estima que el 83% de los selladores continúan perfectamente retenidos a los 3 años de su aplicación.
Aplicar barniz y gel de flúor
En este caso, el barniz y el gel de flúor tópico están indicados tanto en población infantil como adulta, al haberse demostrado su eficacia independientemente de la edad. Estos tratamientos preventivos están indicados en pacientes con riesgo moderado o alto de caries, llegando a reducirla hasta un 40%
El dentista lo aplica en la superficie de los dientes, sobre todo, en las zonas a las que el cepillo no llega. Como el efecto del flúor tópico profesional se va diluyendo conforme pasa el tiempo debido a sus propios mecanismos de acción, es necesaria su aplicación periódica cada 4 o 6 meses. Esta cifra varía dependiendo del riesgo de caries del paciente.
La importancia de la salud bucodental en los niños
El Consejo General de Dentistas recuerda que la mitad de los dientes cariados en los menores de 6-7 años está sin tratar, por lo que insiste en la importancia de que los padres lleven a sus hijos periódicamente al dentista, quien evaluará el estado de su salud oral y podrá aplicar tratamientos preventivos como los descritos anteriormente. Y dan un dato bastante persuasivo: por cada euro que se gasta en prevención, se ahorran 20 euros en tratamientos.
En la web de Gaceta Dental puedes encontrar diferentes artículos sobre la salud oral en la población infantil, como la guía del cuidado dental en niños entre 0 y 24 meses o cuándo llevar a un niño por primera vez al ortodoncista para prevenir o reducir las complicaciones de un tratamiento de ortodoncia futuro, que además supondría una mayor carga económica.
Por otro lado, es fundamental que si el niño tiene miedo al dentista, se sepan seguir unas pautas para superar esta situación.