La ortodoncia es un tratamiento cada vez más demandado: en los primeros seis meses de 2021 se iniciaron casi un 40% más de tratamientos de ortodoncia respecto al 2020. Y si bien fue por el efecto mascarilla, lo cierto es que cada vez son más las personas que corrigen sus dientes, Sin embargo, en el caso de la ortodoncia infantil, siempre surgen dudas: ¿cuándo es el mejor momento para llevar a un niño al ortodoncista? ¿A qué edad le puedo poner ortodoncia?
Según datos de la Encuesta de Salud Oral en España 2020, el 9,7% de los niños de 12 años llevan ortodoncia, y la cifra sube hasta el 12,6% para la edad de 15 años.
Sin embargo, a veces, antes de los 12 años ya se pueden corregir errores en la posición y oclusión de los dientes, así como en el desarrollo de los maxilares. De hecho, incluso a una edad tan temprana como los cuatro años de edad, se pueden detectar problemas de maloclusión (por causas genéticas, por haber abusado del uso del chupete, la succión del dedo o incluso por el simple hecho de respirar por la boca).
Entonces, ¿cómo podemos tener esto bajo control? Muy sencillo: llevando al niño al ortodoncista.
¿Cuándo llevar a un niño por primera vez al ortodoncista?
Lo más aconsejable es que la primera visita sea alrededor de los seis años, tal como apoyan también la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO) y el Consejo General de Dentistas de España, y a continuación explicamos por qué.
Beneficios de ir al ortodoncista a los 7 años
Entre los 6 y los 12 años los niños tienen una “dentición mixta”, en las que los dientes temporales conviven con los definitivos.
En este momento, el ortodoncista ya puede ver si la dentadura «encaja» bien (es decir, si la oclusión es correcta) y en caso de que no lo haga, empezar a prevenir problemas potenciales.
Desde la SEDO lo explican con más detalle: al nacer, los maxilares están separados. A medida que van erupcionando los dientes temporales, también se desarrollan verticalmente los huesos maxilares, y además, llega un momento en que los superiores se encuentran con los inferiores. Es aquí cuando se establece el “engranaje” o también llamado oclusión.
Entre los seis y los siete años, en su lugar surgirán los primeros molares definitivos, superiores e inferiores, que influyen en el posterior desarrollo de la boca y funcionan como una guía para la colocación del resto de piezas definitivas que quedan por salir.
Es decir, los dientes temporales sirven para conservar la forma de la arcada dentaria, ya que guardan el espacio donde se van a situar las piezas dentales definitivas.
Por tanto, hacer una evaluación y corregir anomalías antes de que se haya completado la etapa de crecimiento será mucho más fácil que hacerlo a posteriori, y además conlleva una serie de beneficios:
- Ayudar al crecimiento mandibular positivamente.
- Armonizar el tamaño de las arcadas dentales.
- Controlar la erupción dental.
- Corregir malos hábitos dentales.
- Hacer más sencillos y cortos en el tiempo los tratamientos con ortodoncia futuros.
- Ayuda a mejorar problemas de lenguaje.
Incluso si tras la primera revisión se determina que el desarrollo es correcto, lo mejor es seguir haciendo controles cada 6 o 12 meses.
¿A qué edad hay que poner ortodoncia?
Generalmente, el tratamiento de ortodoncia se inicia cuando los dientes de leche ya han sido reemplazados por los permanentes, lo que suele suceder alrededor de los 11 o 12 años (aunque de un niño a otro puede variar)
Pero a veces se puede dar una situación clínica en la que el ortodoncista decida aplicar un tratamiento aunque aún se mantengan dientes de leche.
En cualquier caso, será necesario realizar un diagnóstico craneofacial del paciente, que puede incluir, entre otros, radiografías, fotografías intraorales y extraorales, escaneado digital de la mordida, etc, para determinar un plan de tratamiento personalizado para el niño.
Por tanto, la respuesta corta es que se puede empezar con ortodoncia a partir de los seis años.
¿Cómo es la ortodoncia para niños?
Si hay que empezar con la ortodoncia cuando el niño aún tiene dientes de leche, hablamos de ortodoncia interceptiva o preortodoncia: un conjunto de maniobras ortopédicas clínicas que se realizan antes de que la niña o niño pueda ser tratado en la dentición permanente.
Su objetivo suele ser corregir una mordida cruzada, expandir la arcada o cualquier otro problema dental o esqueletal que pueda interferir en el normal desarrollo del macizo dento-craneal infantil
En la preortodoncia normalmente se van a usar aparatos que los niños se pueden quitar y poner, ya que suelen ir sujetos a la arcada dental – a los molares, concretamente – mediante unos ganchos, por lo que suelen acostumbrarse rápidamente a su manejo.
Dependiendo del tipo de dispositivo, a veces ni siquiera tienen que llevarla puesta todo el día, por lo que esto también ayuda a su tolerancia, pero al mismo tiempo hay que concienciarles de la importancia de no quitársela continuamente y de que tengan cuidado de no romperla o perderla cuando se la quiten.
No solo para evitar romper el aparato, es que hay que tener en cuenta que si no se siguen las instrucciones del ortodoncista y no se lleva durante el tiempo indicado, el tratamiento no surtirá efecto el deseado.
Por último, cuando la dentición definitiva haya erupcionado, será cuando se vuelva a evaluar el caso y se planifique el tratamiento de ortodoncia definitivo.
Por qué realizar un tratamiento temprano
Si se detectan y corrigen problemas dentales o esqueletales antes de los 12 años de edad, se habrán conseguido dos objetivos:
- Favorecer el crecimiento correcto de los dientes y maxilares.
- Prevenir o reducir las complicaciones de un tratamiento de ortodoncia futuro.
¿Cuánto dura el tratamiento?
En los casos de la ortodoncia interceptiva, la variación es muy amplia, ya que depende del desarrollo de cada niño, pudiendo necesitar varios años. Hay niños que se desarrollan físicamente antes que otros, existiendo una amplia variabilidad en la edad.
Normalmente las niñas se desarrollan antes, siendo una fecha clave la menarquia o primera regla, que marcará el límite hasta cuando se puede aplicar un tratamiento de ortodoncia interceptiva.
Una vez terminado el tratamiento interceptivo, se valorará la necesidad del tratamiento ortodóncico definitivo. La duración de este tratamiento dependerá del tipo de alteración que haya que corregir, siendo lo habitual entre entre 12 y 18 meses.
Asimismo, una vez finalizado el tratamiento, se aconseja seguir con las revisiones, para controlar la evolución y estabilidad del caso a largo plazo.