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El papel de las bacterias intestinales en la pérdida del hueso alveolar y la salud bucal

Una persona promedio tiene en su boca más o menos 250 especies (el microbioma oral), que forman microcomunidades dependiendo de la zona en la que se sitúan. Es decir, diferentes bacterias se encuentran en diferentes nichos, y mientras no se rompa el equilibrio entre los microbios dañinos y útiles de nuestra cavidad oral, todo va bien.

De hecho, la investigación del microbioma oral está cambiando las opiniones de cómo los microbios contribuyen a la salud dental, y también a la salud en general.

Pero este estudio reciente, respaldado por NIDCR (Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial de EE.UU) y publicado en ‘Laboratory Investigation‘, se centra en todo lo contrario: cómo bacterias específicas en nuestro tracto digestivo parecen participar en nuestra salud oral, pues juegan un papel determinante en el mantenimiento del hueso alveolar.

«Es bien sabido que los cambios en la microbiota oral pueden inducir respuestas inmunitarias inflamatorias que causan la destrucción ósea», dice Chad Novince, DDS, PhD, autor principal del estudio y profesor asociado en la Universidad Médica de Carolina del Sur (MUSC). «Pero nadie había hecho la pregunta: ‘¿Los microbios intestinales comensales pueden tener también un impacto en la salud del hueso alveolar?’

De ser así, sería posible que intervenciones no invasivas como cambiar la dieta o tomar probióticos, puedan ayudar a la salud bucal, ya que modulan las bacterias intestinales.

El estudio de la bacteria filamentosa segmentada (SFB)

Para averiguarlo, el equipo se centró en un tipo de microbio intestinal llamado bacteria filamentosa segmentada (SFB), que fue plantada en el intestino de ratones jóvenes que habían sido criados libres de gérmenes, para así poder identificar los efectos de la SFB sin interferencias.

Pasadas seis semanas, se observó que dichos ratones presentaban:

  • Células inmunitarias sobreactivadas.
  • Osteoclastos (células degradadoras de hueso) de mayor tamaño en la médula ósea alveolar.
  • Y pérdida de hueso alrededor de los dientes.

Cuando las células que degradan hueso y las células que generan hueso (osteoblastos) actúan juntas y en equilibrio, se mantiene la salud del esqueleto. Pero los cambios en su actividad o la falta de comunicación entre ellas pueden inclinar la balanza hacia el tipo de pérdida ósea que los investigadores de MUSC observaron en los ratones.

De hecho, recientemente, otro estudio – por parte de la Universidad de Agricultura y Tecnología de Tokio, – ha descubierto que la presencia de ARN de doble hélice altera igualmente este equilibrio entre osteoclastos y osteoblastos, llevando de igual manera a la pérdida de hueso.

Sucesivos experimentos dentro del estudio liderado por Novince mostraron el mecanismo completo:

  1. La SFB parece desencadenar la liberación de una gran cantidad de moléculas inmunitarias en el intestino.
  2. Estas moléculas inmunitarias ingresan a la circulación del cuerpo.
  3. Y por último, desencadenan una respuesta inmunitaria en la médula ósea, incluida la médula ósea alveolar.
  4. Como resultado de todo este proceso, se libera una molécula inmune llamada factor de necrosis tumoral, la cual interrumpe la comunicación regular en la médula ósea alveolar entre las células que generan hueso y las que lo degradan.
  5. Y esto es lo que finalmente conduce a la pérdida ósea.

En resumen, las bacterias en el intestino activan a las células inmunitarias, que liberan una serie de moléculas que provocan la pérdida de hueso alveolar.

Implicaciones de los resultados

“Nuestro estudio es uno de los primeros que comienza a definir los mecanismos de cómo la microbiota intestinal puede modular aspectos de la inmunidad sistémica y, en última instancia, sitios esqueléticos distantes, incluido el hueso alveolar o la mandíbula”, dice Novince.

Por su parte, la primera autora, Jessica Hathaway-Schrader, PhD, becaria postdoctoral en el MUSC, añade que si bien no pueden decir que haya una causa y efecto, sus resultados respaldan la idea de una correlación entre la salud periodontal y las condiciones inflamatorias del intestino. «Esto implica que el microbioma intestinal desempeña un papel en la provisión de salud y homeostasis para la cavidad oral», concluye.

Y esto puede ayudar a explicar por qué algunos pacientes con afecciones intestinales inflamatorias, como la enfermedad de Crohn y el síndrome del intestino irritable, – en las cuales proliferan organismos como la bacteria filamentosa segmentada (SFB), – desarrollan pérdida ósea relacionada con la enfermedad periodontal.

El siguiente paso para este equipo de investigación es determinar cómo otras poblaciones microbianas de otros sitios del cuerpo podrían generar cambios en el hueso alveolar.

Fuente: NIH’s National Institute of Dental and Craniofacial Research.

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