Según el Observatorio Español de las Drogas y Adicciones y su «Informe 2021. Alcohol, tabaco y drogas ilegales en España”, el 48,4% de los estudiantes ha usado alguna vez el cigarrillo electrónico, siendo las mujeres las que más lo utilizan como estrategia para reducir el consumo del tabaco o para dejar de fumar.
Sin embargo, los efectos a largo plazo en la salud bucal por parte de los cigarrillos electrónicos, que vaporizan la nicotina y otras sustancias químicas, no son suficientemente conocidos.
Por este motivo, y a causa del cada vez mayor consumo de estos dispositivos, investigadores de la Facultad de Odontología de la NYU han estado realizando una serie de estudios, el más reciente enfocado en cómo los cigarrillos electrónicos alteran la salud bucal y pueden contribuir a la enfermedad de las encías.
“Hasta donde sabemos, este es el primer estudio longitudinal de la salud bucal y el uso de cigarrillos electrónicos. Ahora estamos comenzando a comprender cómo los cigarrillos electrónicos y los productos químicos que contienen están cambiando el microbioma oral y alterando el equilibrio de las bacterias”, dijo Deepak Saxena, quien dirigió la investigación junto a Xin Li, ambos profesores de patobiología molecular en la Facultad de Odontología de la NYU.
La conclusión ha sido que el microbioma oral distintivo en los usuarios de cigarrillos electrónicos se correlaciona con las medidas clínicas de la enfermedad de las encías y los cambios en el entorno inmunológico del huésped.
Metodología del estudio
Al igual que ya se hizo en otro estudio sobre el vapeo y su relación con el cáncer oral, los investigadores estudiaron la salud oral de 84 adultos divididos en tres grupos:
- Fumadores de cigarrillos.
- Usuarios de vapeo o cigarrillos electrónicos.
- Y personas que nunca habían fumado.
En los tres grupos, la enfermedad de las encías se evaluó a través de dos exámenes dentales con seis meses de diferencia, durante los cuales se tomaron muestras de placa para analizar las bacterias presentes.
Punto de partida
Al comenzar del estudio, todos los participantes tenían alguna enfermedad de las encías, siendo los fumadores de cigarrillos los que tenían la enfermedad más grave, seguidos por los usuarios de cigarrillos electrónicos.
Los investigadores analizaron las bacterias encontradas en las muestras de placa y si bien todos los grupos compartían aproximadamente una quinta parte de los tipos de bacterias, la composición bacteriana de los usuarios de cigarrillos electrónicos tenía más en común con los fumadores de cigarrillos que con los no fumadores. Bacterias como Fusobacterium y Bacteroidales, – que se sabe que están asociadas con la enfermedad de las encías, – fueron particularmente dominantes en la boca de los usuarios de cigarrillos electrónicos.
Qué sucedió a los seis meses
Tras seis meses, los investigadores observaron que la enfermedad de las encías había empeorado en algunos participantes de cada grupo, incluidos varios usuarios de cigarrillos electrónicos.
De hecho, al examinar las nuevas muestras de placa y analizar las bacterias, encontraron una mayor diversidad de bacterias para todos los grupos estudiados, pero cada grupo mantuvo su propio microbioma distinto.
Según Fangxi Xu, científico investigador junior en el laboratorio de Saxena y coautor del estudio, «vapear parece estar impulsando patrones únicos en las bacterias e influyendo en el crecimiento de algunas de ellas de una manera similar a fumar cigarrillos, pero con su propio perfil y riesgos para la salud bucal»,.
Respuesta inmune y citoquinas
Ciertas citoquinas – unas proteínas que ayudan a regular el sistema inmunológico – están relacionadas con un desequilibrio en las bacterias orales y pueden empeorar la enfermedad de las encías al hacer que las personas sean propensas a la inflamación y la infección.
En este estudio, los investigadores encontraron que vapear se asoció con diferentes niveles de citoquinas:
- La TNFα, una citoquina que causa inflamación, se elevó significativamente entre los usuarios de cigarrillos electrónicos.
- Sin embargo, las citoquinas IL-4 e IL-1β fueron más bajas entre los usuarios de cigarrillos electrónicos.
Esto es porque la IL-4 tiende a reducirse en personas con enfermedad de las encías y aumenta después del tratamiento, lo que sugiere que ciertas bacterias en la boca de los usuarios de cigarrillos electrónicos pueden estar suprimiendo activamente las respuestas inmunitarias.
Los investigadores concluyeron que el microbioma oral distinto de los usuarios de cigarrillos electrónicos provoca respuestas inmunitarias alteradas, que junto con los marcadores clínicos de la enfermedad de las encías ilustran cómo el vapeo presenta un desafío propio cuando hablamos de salud bucal.
El estudio completo está disponible en American Society of Microbiology.