—Usted ha estado al frente del Colegio de Cádiz durante 31 años ¿cómo afrontó la decisión de no presentarse a la reelección?
—Todo en la vida tiene principio y fin, y había llegado el momento. Mi presencia en el Consejo Andaluz en Sevilla, en las Asambleas del Consejo General en Madrid, en la Fundación Dental Española, en la presidencia de la Comisión Nacional de Intrusismo, la asistencia a juicios y otras actividades… llegó el momento en el que humanamente era imposible soportar sin una merma de la propia salud. Pese a que siempre he contado con una gran Junta de Gobierno que me ha ayudado a dirigir los destinos del Colegio, han sido 31 años llevando las riendas del Colegio Oficial de Dentistas de Cádiz. La tarea no ha sido fácil y, a decir verdad, no sería sincero si no dijese que, junto a muchas satisfacciones, he recibido algún que otro disgusto. Para mí ha sido una gran satisfacción poder decir, en el momento oportuno, «misión cumplida». Pero no nos engañemos, siempre quien tiene la última palabra es el colegiado. Nos cabe la satisfacción de que nuestro trabajo y esfuerzo siempre ha ido dirigido a la totalidad de la colegiación, de la que siempre hemos recibido apoyo, colaboración, comprensión y respeto.
—Por su experiencia ¿cómo cree que ayuda la Organización Colegial a los profesionales de la Odontología?
—Los colegios profesionales son muy necesarios, no solo para el profesional, sino para la población en general, que acude con bastante frecuencia buscando información sobre actuaciones de determinados colegiados e incluso presentando reclamaciones ante sus órganos competentes. También hay que dejar muy claro que los Colegios no solo defienden a la colegiación, sino escrupulosamente a la población en general.
—¿Cómo es el nuevo equipo que dirige ahora la organización colegial gaditana con el Dr. Ángel Carrero como su sucesor?
—Con la mayor sinceridad le digo que estoy convencido de que el Colegio está de enhorabuena. Con un presidente y una Junta de Gobierno con una total entrega e ilusión para que el Colegio no solo conserve el lugar que en nuestra etapa consiguió, sino que día a día alcance las metas que se han propuesto. Sigo con gran interés el trabajo que realizan porque para mí es sumamente gratificante que superen todo lo anterior. En cuanto al Dr. Carrero Vázquez, su preparación, su dinamismo, su carácter abierto, sus profundos y sólidos conocimientos del funcionamiento colegial y su entrega, hacen que en el poco tiempo que lleva ya se empiecen a conseguir resultados muy positivos.
—No es el primer premio que le otorgan. De hecho, ha recibido numerosos reconocimientos por sus méritos académicos y profesionales. ¿Cuáles diría que han sido sus principales logros?
—Me siento sumamente recompensado con las numerosas distinciones recibidas y que generosamente se me han otorgado, aunque no soy el más indicado para valorar el trabajo realizado a lo largo de mi trayectoria profesional y colegial. Sí me gustaría resaltar que, como ciudadano de La Línea de la Concepción (Cádiz), me honra mucho ser hijo adoptivo de la ciudad y ostentar su Insignia de Oro. Como médico, estar en posesión de la Medalla que me acredita como miembro de la Orden del Perpetuo Socorro, y como dentista, este Premio Santa Apolonia, máximo galardón que otorga la Odontología española, ha venido con una generosidad sin límites a reconocer a un dentista de pueblo que no se considera referente de nada, solo de ser un luchador infatigable. Aprovecho la ocasión para expresar mi más profundo agradecimiento al Colegio Oficial de Dentistas de Cádiz y a su actual Junta de Gobierno, así como a la Asamblea de Colegiados, por las distinciones de las que he sido objeto al ser nombrado Colegiado de Honor, la concesión de la Medalla de Oro, así como poder ostentar la Presidencia de Honor.
—¿Qué planes tiene ahora? ¿Un buen dentista siempre debe estar cerca de la profesión?
—Por supuesto que mi ayuda y colaboración siempre estará disponible y, además la experiencia acumulada siempre estará a disposición del Colegio y de la colegiación, sin olvidar la experiencia que me han proporcionado mis 35 años como odontólogo titular del SAS y mis 25 años en el Instituto Social de la Marina. Sí, la verdad es que toda una vida ligada a la Odontología da para mucho. Llegué por verdadera vocación y, como es natural, con ejercicio o sin ejercicio, cualquier profesión en la que se den estas circunstancias imprime carácter.
Más personal…
• Nacido en… Tánger.
• Aficiones… Los toros y el fútbol.
• Deportes… Fútbol de calidad.
• Un libro… Biografías de personajes históricos.
• Un lugar… Puesta de sol en la zona de Poniente en La Línea de la Concepción.
• Viajes en cartera… Cualquier sitio de España.