Resumen
En el presente artículo se describe, paso a paso, una técnica cerrada de injerto del seno maxilar: el sistema Iraise. Mediante un implante especialmente diseñado, se introduce un injerto óseo en el interior del seno, utilizando una técnica atraumática cerrada que nos permite colocar simultáneamente el implante. El postoperatorio tiene una morbilidad mucho menor que el de las técnicas abiertas, y los resultados a largo plazo, son excelentes.
Introducción
Al realizar tratamientos en las zonas posteriores del maxilar superior, uno de los principales problemas con los que puede encontrarse el implantólogo es la existencia de un seno maxilar neumatizado, que junto a la atrofia ósea que se produce tras la pérdida de dientes, puede llegar a reducir de forma importante el espacio disponible, haciendo imposible, en muchos casos, la colocación de implantes (1, 2).
Para solucionar este problema se desarrollaron diferentes técnicas, mediante las que se introducía un injerto en el interior del seno, con el fin de poder colocar posteriormente implantes para reponer los dientes ausentes en las zonas posteriores del maxilar.
Basándose en la técnica de acceso al seno maxilar desarrollada por Caldwell y Luc (3), Tatum (4) desarrolló un método para realizar injertos antrales con fines implantológicos, que fue modificado posteriormente por Boyne y James (5) en los años 80. Pese a la antigüedad de esta técnica sigue siendo la más documentada y utilizada en casos en los que existan menos de 4.5 mm de hueso residual hasta el seno maxilar, ya que es el procedimiento con el que mayor ganancia de volumen óseo se consigue. Sin embargo, la dificultad técnica, la posibilidad de complicaciones, tanto intra como postoperatorias, y la evolución tras la cirugía, hacen que solamente deba ser utilizada por cirujanos experimentados.
En los años 90, Summers (6) desarrolló una técnica menos invasiva, mediante un abordaje transcrestal a través de la preparación realizada para colocar los implantes, utilizando unos osteótomos especialmente diseñados, para realizar el despegamiento y elevación de la membrana de Schneider, colocando posteriormente un injerto óseo a través de la preparación realizada.