Tratamiento del dolor en las clínicas dentales
El dolor orofacial se enfrenta a numerosos desafíos ya que, lejos de ser una prioridad para las facultades de Odontología, se caracteriza en la actualidad por una insuficiente formación tanto médico-sanitaria como farmacológica, situación que se agrava con la complejidad de su tratamiento cuando el dolor pasa de agudo a crónico. Facilitar un enfoque multidisciplinar en el manejo del paciente con dolor orofacial, la necesidad de implantar una asignatura de carácter obligatorio sobre el mismo y su tratamiento como especialidad odontológica son solo algunas de las demandas de los doctores reunidos por GACETA DENTAL.
Pese a que el dolor dental es el síntoma más frecuente que lleva al paciente en busca de tratamiento odontológico para su alivio, la comunidad odontológica y las facultades de Odontología no parecen verlo como una prioridad en la actualidad, a tenor de las opiniones vertidas por los doctores reunidos en un desayuno de trabajo organizado por GACETA DENTAL. Para analizar las claves de su abordaje, así como las complejidades que existen en torno al dolor orofacial en estos momentos y las necesidades a cubrir de cara al futuro, GACETA DENTAL reunió en un desayuno de trabajo a los doctores José Luis de la Hoz, miembro del Comité Examinador del American Board of Orofacial Pain. American Academy of Orofacial Pain (AAOP); Martín del Avellanal, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja; Juan Manuel Prieto, vocal de Disfunción Craneomandibular y dolor orofacial de la Comisión Científica del COEM; María del Carmen Benito, presidenta de la Sociedad Española de Disfunción Craneomandibular y dolor orofacial (SEDCYDO); Rafael Gómez Font, profesor de Cirugía Bucal en la Universidad Europea de Madrid (UEM), y Miguel de Pedro Herráez, Máster en Medicina Oral y dolor orofacial.
Inauguró el turno de palabra el Dr. José Luis de la Hoz, quien tras destacar la importancia del tratamiento del dolor en las clínicas dentales, hizo referencia a un cambio de paradigma radical. «Hasta hace quince o veinte años el dolor se entendía como una sensación, mientras que según la definición actual de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, éste ha dejado de ser únicamente una sensación y ha pasado a ser una experiencia, una vivencia existencial que indudablemente tiene un componente sensitivo o sensorial, pero también otro tan importante, o más, que es el afectivo y emocional, es decir, cómo la persona vive ese dolor. Por ello, los profesionales de la salud en general debemos realizar ese cambio de concepto y entender que basta que el paciente nos refiera un episodio de dolor para que aceptemos que está viviendo esa experiencia. Otra cosa es que se trate de un dolor neuropático o tenga un origen psicógeno. No debemos abandonar al paciente nunca. Nuestro papel es referirle a un especialista en salud mental, que será quien le trate adecuadamente. Nosotros pasamos a formar parte de un equipo multidisciplinario, cada uno con nuestras misiones y responsabilidades para buscar la mejoría integral del paciente».
Definiéndolo de una manera sencilla, el Dr. Juan Manuel Prieto añadió en este punto que «el dolor es todo aquello que el paciente dice que le duele, y debemos de ser conscientes de ello independientemente de cuál sea el origen y el tipo de dolor».
Dolor agudo y crónico
Para el Dr. Martín del Avellanal, «existe un dolor agudo, que eso sí que es una percepción, y un dolor crónico que ya es una vivencia, una enfermedad, algo que implica a la persona. Pero hay que destacar que un dolor agudo, si no se trata se transforma en un dolor crónico, que son los más complejos de abordar».
A este respecto, el Dr. Miguel de Pedro afirmó que «podríamos decir que el 90% del dolor dental va a ser de origen pulpar o periodontal, al que los odontólogos estamos muy acostumbrados a tratar porque nos han formado para atacar directamente ese dolor agudo. El problema es cuando empieza a haber dolores dentales cuyo origen no es el propio diente, ahí nos vemos más perdidos».
En este sentido, el Dr. De la Hoz se mostró tajante al asegurar que «ni los dentistas ni la Medicina en general están formados para el abordaje del paciente crónico que cada vez es más abundante».
En la misma línea, el Dr. Gómez Font añadió que «el problema de la Sanidad son los pacientes crónicos, pero si nos centramos en la Odontología, mi pregunta es: ¿tenemos tantos pacientes con dolor crónico?».
«Pacientes invisibles»
Planteado el interrogante, la respuesta del Dr. De la Hoz no se hizo esperar: «Sí, la inmensa mayoría de los pacientes que veo son crónicos».
Más allá fue el Dr. Prieto, al referirse al hecho de que «existe una invisibilidad del dolor orofacial en las unidades del dolor en general, no porque no existan, sino porque no se tiene la formación para percibir que esa sintomatología puede pertenecer a otro ámbito. No se le da el valor que tiene, pero los pacientes crónicos existen y son muchos. La cuestión es que se identifiquen y se puedan derivar».
Por su parte, el Dr. Del Avellanal afirmó que «en nuestra unidad del dolor, el orofacial supone un 5%, que es un porcentaje muy alto para una unidad multidisciplinar. Si el odontólogo es un profesional sanitario, hay muchos dolores asociados que no tienen por qué ser derivados de su actuación, que es lo que algunas veces se confunde, pero tiene que interactuar más con otras especialidades y no dejar pasar de largo esos otros dolores que tiene el paciente. Veo al campo de la Odontología especialmente resistente a esta interacción con otras disciplinas médico-sanitarias».
Mentalidad sanitaria
En este punto se inició el debate en torno a uno de los asuntos más tratados a lo largo del encuentro, «la falta de interés» en Grado y Posgrado por el dolor orofacial, así como la deficiente formación médico-sanitaria de los graduados de las facultades y, como consecuencia, la necesidad de actualizar conceptos.
Para el Dr. Gómez Font, «habría que cambiar la formación del odontólogo y darle un enfoque más médico», a lo que el Dr. De Pedro añadió que «me da la sensación, como odontólogo, que no tenemos esa responsabilidad sanitaria. Enriquecería mucho nuestra consulta a nivel odontológico tener más conocimiento, además de una mayor inquietud por saber derivar o quizás tratar en alguna ocasión patologías que no se centren exclusivamente en el diente».
Del mismo modo, el doctor De La Hoz aseguró que «al dentista nunca se le imbuye el hecho de que es un profesional de la salud. Yo siempre les digo que son los médicos especialistas en el aparato masticatorio, cuyas patologías son muy variadas y como consecuencia requieren un abordaje muy amplio. Este mensaje no se está transmitiendo en las facultades de Odontología. Tenemos lo que se puede denominar ‘handdentist’, dentistas artesanales, pero carecemos de ‘thinkingdentist’, dentistas que piensen desde un punto de vista médico. No hay capacitación y, si además lo contaminamos con la mercantilización que se está dando en la profesión, todo se distorsiona», finalizó.
También el Dr. Gómez Font coincidió en que «al odontólogo le falta pensar como médico, o al menos como un profesional sanitario».
Al respecto, el Dr. De Pedro apostilló que «ahora prima la inmediatez, el quiero resultados hoy. Y a los odontólogos todo lo que tenga un componente neuropático nos da mucho miedo, no lo vemos como propio y lo descartamos».