Introducción
En la primera parte de la presentación de la técnica (1) se hacía referencia fundamentalmente a los elementos pasivos (brackets) con sus respectivas prescripciones de torque y angulación adaptadas a las características e idiosincrasia de cada paciente. También se mencionaron los elementos activos (arcos de alta tecnología) que posibilitaban, aparte de un mayor confort y reducción del tiempo de tratamiento, unos resultados estéticos más satisfactorios.
Uno de los grandes problemas que afecta actualmente a la mayoría de los profesionales más jóvenes que realizan su trabajo por cuenta ajena es el escaso tiempo que dedican a la exploración facial de sus pacientes, centrando toda la atención a nivel bucal, aunque con buen criterio y medios limitados tratan de solucionar sus problemas de la mejor manera posible.
Me gustaría animarles a conocer mejor la filosofía del sistema USS y perder o ganar, según se mire, unos minutos en contemplar la cara del paciente. Sólo así se podría elaborar un listado de problemas o características que nos gustaría cambiar y, por otro lado, los atributos positivos en ese mismo paciente que se deberían proteger para llegar a un tratamiento optimizado. Observar las características faciales de frente y de perfil, valorar la altura del filtrum y de las comisuras bucales en reposo tan íntimamente relacionadas con la edad, proporción del bermellón superior e inferior, corredores bucales, la exposición de los incisivos superiores tanto en reposo como en sonrisa, proporciones dentarias, grosor de las encías y márgenes gingivales, etc. Les aseguro que unos pocos minutos de observación pueden hacernos reflexionar sobre la mejor manera de cambiar o conservar la fisonomía del paciente.