Introducción
En el saber popular, y máxime tras la puesta en marcha de los llamados programas de atención dental infantil (PADI’s) en nuestro país hace más de veinticinco años, se viene prestando especial atención a la erupción del primer molar permanente, pues entre las acciones preventivas que contemplan dichos programas se incluye el sellado de fosas y fisuras de estos dientes.
Es por ello que padres y madres acuden con frecuencia a las consultas de Odontología preguntando si ya es tiempo de sellar a sus hijos «pues ya han cumplido los seis años de edad», lo cual no viene sino a ratificar la creencia de que dicho molar erupciona «casi infaliblemente» a dicha edad. Incluso se menciona, también en algunos tratados de Odontología, como «la muela de los seis años».
Nuestra experiencia, y la de muchos compañeros, no coincide en absoluto con lo que es una tradición antes que un hecho biológico exacto. Antes al contrario, son menos los niños que a esa edad han vivido la erupción completa de los llamados popularmente «molares de los seis años».
Según Boj y colabs. (1), la erupción de los primeros molares permanentes, superiores e inferiores, se produce entre los 6 y 7 años. Para Duterloo (2), la edad de erupción del primer molar permanente superior acontece entre los 4,86 y 7,62 años, y la del inferior entre los 4,76 y 7,44.
Al igual que Boj (1), Mathewson y Primosch (3) sitúan la erupción de molares superiores e inferiores entre los 6 y los 7 años. Por su parte, Sato y Parsons (4) proponen un paréntesis más amplio para la erupción, tanto de los molares superiores como de los inferiores, entre los 4 y los 8 años.
Hipótesis
Ante la creencia arraigada de tal suposición, procedimos a la exploración de la dentición de un grupo de niños de esa edad, registrando el estado de erupción de los primeros molares permanentes, con el fin de ratificar nuestra experiencia, que se muestra en desacuerdo con esa tradición popular, a fin de cuantificar el tanto por ciento de niños que no han completado dicha erupción, previsiblemente mayoritario.