La rehabilitación oral protésica tras una cirugía oncológica con defectos maxilares puede crear problemas funcionales significativos en el individuo, donde las funciones motoras orales como la masticación, fonación y deglución pueden verse totalmente afectadas, estableciendo barreras que impiden su normal integración al medio familiar y social. Una etapa fundamental dentro de la rehabilitación del paciente que será sometido a una cirugía oncológica de cabeza y cuello la constituye el tratamiento protésico, el cual deberá restablecer las funciones básicas perdidas en el paciente, como la oclusión, la función y una aceptable estética facial para mejorar la calidad de vida.
En este artículo se muestra la resolución de un caso clínico, el cual presenta una comunicación orosinusal tras una secuela de una cirugía oncológica en la que se extirpó una lesión en el paladar, tratado mediante una prótesis obturadora debido a que el cierre con colgajo de buccinador se desprendió.
Los defectos maxilofaciales pueden ser de origen congénito, traumático o adquirido. Estos últimos están relacionados frecuentemente con intervenciones quirúrgicas destinadas a eliminar procesos malignos, que conllevan una alteración significativa de las características anatómicas normales de las estructuras orofaciales. Idealmente se debe realizar una evaluación dental antes de la intervención quirúrgica, para examinar las diferentes estructuras, así como el funcionamiento de la cavidad bucal. La evaluación deberá incluir el examen clínico, toma de radiografías, obtención de modelos de estudio y de trabajo, así como una detallada historia clínica (1, 2).
Se recomienda la eliminación de enfermedad periodontal, caries dental, restauraciones defectuosas, prótesis mal adaptadas, mejorar la higiene oral, realizar las extracciones requeridas y mantener unas condiciones normales y de salud en la cavidad bucal (3).
Se debe estudiar cuidadosamente la conveniencia o no de conservar los dientes naturales remanentes, evaluando su número, localización, estado periodontal, proporción corona–raíz, movilidad, necesidad de ferulización y capacidad de absorber cargas adicionales (4).