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La Odontopediatría en los primeros congresos nacionales de Odontología en España

Revisión bibliográfica de la presencia de la Odontología pediátrica y de los tratamientos dentales para niños en los primeros Congresos Dentales Españoles, desde finales del siglo XIX a principios del siglo XX.

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Palabras clave
Odontopediatría, Odontología pediátrica, Congreso Dental Español, Historia de la Odontología Española.

Abstract
Bibliographical review for the presence of the Pediatric Dentistry and the dental treatments for children in the first Dental Spanish Congresses, from ends of the 19th Century at the beginning of the 20th Century.

Key words
Pediatric Dentistry, Dental Spanish Congress, Florestán Aguilar, Bernardino Landete, History of the Spanish Dentistry.

Introducción y justificación
Conocer la presencia de la Odontopediatría en los primeros Congresos Nacionales de Odontología es conocer la historia de odontología más próspera y reciente. Además parece conveniente y necesaria la revisión histórica de cuanto ha sucedido desde el primer Congreso Dental Español que tuvo lugar en el año 1879 en el Colegio Español de Dentistas, y aunque es cierto que aquella Odontología no contaba con los refinamientos tecnológicos que tenemos en la actualidad puso las bases para que la odontología actual haya podido avanzar hasta el nivel en que se encuentra hoy en día.

Debemos de hacer un ejercicio de dignidad intelectual a modo de homenaje y agradecimiento a nuestros antepasados por su aportación desinteresada en pro de la Odontología que en esta segunda década que comienza del siglo XXI se presenta sin nada que envidiar a la de los países punteros, siendo herederos de un digno pasado que iniciaron aquellos profesionales que en 1879 se reunieron en Madrid por primera vez.

Aquella época era difícil para la Odontología pues la clase médica mantenía un menosprecio casi medieval hacia esta profesión considerada poco más que los artesanos.

La llegada de la Universidad aún estaría lejos y no se produciría hasta los albores del Siglo XX, cuando Florestán Aguilar aprovecha su relación con la Corona para solicitar la ayuda que avaló su proyecto tan ilusionante como justo ante los gobernantes.

En 1901 los dentistas tendrían una titulación con sello universitario, como los médicos.

Hubo varios Congresos en que los libros de actas pasaron de las 400 páginas, pues eran el escaparate de la ciencia odontológica de esos días. Las ponencias, las conferencias, las comunicaciones eran los verdaderos protagonistas del momento científico y quizás, tras leer algunos títulos, tengamos que hacer un ejercicio de humildad, sorprendidos por el buen hacer de tantos compañeros que dedicaron su vida profesional al avance de la Odontología y con ello a la salud de la humanidad y que nos hacen reflexionar sobre la herencia recibida sin la cual hoy no estaríamos situados en el lugar que ocupamos a nivel internacional (1).

Objetivos
La finalidad del presente trabajo es cuantificar la presencia de la Odontología Pediátrica dentro de la Odontología Española de hace un siglo por medio de su presencia en los Congresos Dentales Españoles, tanto en las conferencias como en los comités y secciones científicas que formaban los mejores profesionales del momento. Para el estudio de diferentes temas relacionados con la Odontología como la anatomía, histología, patología, bacteriología, farmacología, odontología legal, ética profesional, servicios dentales públicos, profilaxis, legislación, bibliografía, terminología o historia.

Estaba naciendo una profesión que contaría con un título universitario y había que poner los cimientos, por eso además de temas tan lógicamente imprescindibles para la práctica odontológica como la cirugía, la anestesia, o la terapéutica dental tienen que desarrollarse a la par disciplinas tan básicas como la terminología, adaptada no solamente al lenguaje español sino que tuviese una equivalencia internacional.

Figura 1. Biblioteca del Casino de Madrid.

También había que delimitar quién podía ejercer la profesión, cómo y dónde, poner fin al intrusismo profesional con una deontología clara, y ajustarse a las circunstancias históricas y profesionales.

Por otro lado había también que implementar los servicios dentales públicos en los distintos estadios y organismos del estado de la provincia y del municipio.

El objeto de este trabajo es situar el papel y la presencia de la Odontopediatría, por el estudio de la descripción de sus patologías y las terapéuticas propuestas, sin olvidar el momento histórico en que los niños a veces eran tratados como adultos pequeños, objeto de todo tipo de cuidados como descendientes de una reducida aristocracia y en contrapunto a otros extremadamente pobres que incluso acudían a las fábricas, unas veces acompañando a sus madres y otras siendo ellos mismos quienes tenían que trabajar en condiciones que hoy consideraríamos inaceptables, al menos en el primer mundo, pero que no se pueden sacar ni extrapolar del momento ni de las circunstancias históricas españolas e internacionales.

Material y método Introducción
La llegada de las nuevas tecnologías ha facilitado mucho las cosas en cuanto a investigación y a la búsqueda de documentos se refiere. Con la creación de las bases de datos con un solo clic de ratón se puede pasear por una bibliografía casi infinita, pero esto que en principio pudiera parecer una gran ventaja tiene en contraposición la marginación y el olvido de los libros clásicos hasta el punto que ha pasado a denominarse con el término peyorativo de bibliografía gris.

Figura 2. Biblioteca de la casa clínica palacio de Florestán Aguilar que se conserva en el Museo de la Facultad de Odontología de la UCM.

En estos libros la recopilación de datos requiere infinitamente más tiempo, las funciones copiar y pegar no se pueden utilizar, pero nos permite, y a mí personalmente me apasiona, literalmente bucear en los archivos, muchos de ellos sin informatizar, teniendo que realizar la búsqueda con las antiguas fichas escritas a máquina y con anotaciones de las personas que los han consultado y que muchas veces han dejado en ellos trozos de historia, de vida, notas manuscritas, tarjetas de visita o recetas que a modo de marca páginas un día olvidaron para que alguien las encontrase quizás 100 años después.

Las actas de los congresos dentales españoles las encontré por casualidad en la espléndida Biblioteca del Casino de Madrid (Figura 1), sito en la calle Alcalá, lo que refleja la importancia que personajes como el Dr. Aguilar, socio activo del Casino de Madrid, o el Dr. Subirana, más cercano al Ateneo, o el Dr. Landete, tenían en la sociedad de la época, pues además de odontólogos de prestigio eran líderes de opinión.

Posteriormente comprobé que también se encontraban en el espectacular fondo histórico de la biblioteca de la facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid (Figura 2).

Estos documentos son muy fidedignos pues en ellos se recogían no solo las intervenciones mediante taquígrafos, también los debates posteriores, a mi juicio, mucho más interesantes, pues en ellos se plasma no sólo el saber de la época sino también los conocimientos que sobre la materia tenían y demuestran los asistentes al congreso, destacando las tendencias de las distintas escuelas, las tensiones existentes, las amistades, quiénes se llevaban bien y mal e incluso los galanteos cuando alguna dama era la que subía al estrado.

Material
Actas, diccionarios, monográficos y plan de estudios

Las actas de congreso eran cuidadosamente levantadas por los taquígrafos profesionales, recogían no solamente el contenido de las conferencias y también los ruegos y preguntas así como los comentarios y discusiones que surgían al final de las mismas que son muy enriquecedores.

Estas actas eran editadas por Florestán Aguilar (Figura 3) y gracias a su trabajo e iniciativa, y a la importante colaboración de Bernardino Landete (Figura 4), hoy en día podemos estudiar pormenorizadamente su contenido, circunstancia que curiosamente no podríamos hacer en la actualidad en muchos de los congresos que se celebran hoy en día, pues generalmente no recogen más que un resumen de la presentación y las palabras clave, razón por la que el contenido científico no pasará a la posteridad salvo que el autor, además, lo publique en algún libro o revista científica.

También he tenido que recurrir, para comprender bien algunas expresiones, a diccionarios odontológicos de la época (2) para entender vocablos hoy en día en desuso como «Flegmasía» que era el nombre genérico que recibía la inflamación y a trabajos monográficos como El Somnoformo (3) anestésico formado por cloruro de etilo 60%, cloruro de metilo 35% y bromuro de etilo 5% que con una aparatología específica estaba indicado su uso en niños especialmente si hay que extraer varias piezas y algunas de ellas con Flegmasía.

Asímismo ha sido necesario localizar y consultar los programas de estudio (4) redactados por los profesores Florestán Aguilar y Bernardino Landete, Catedráticos de la Facultad de Medicina de Madrid y padres de la Facultad de Odontología de la UCM cuyo nombre llevan en su honor las dos Aulas Magnas de dicha Facultad.

Libros de la época
Imprescindibles para el conocimiento y comprensión del momento histórico. Por ejemplo, cuando en 1892 tras obtener la cátedra de histología y anatomía Santiago Ramón y Cajal se instala Madrid (5), siendo su influencia fundamental, no sólo en el ámbito médico y académico, también en el fotográfico, llegando a ser uno de los precursores más importantes de la fotografía en España desarrollando varios sistemas de revelado y realizando gran cantidad de instantáneas callejeras que describen perfectamente el Madrid de finales del XIX y principios del XX.

Figura 3. Dr. D. Florestán Aguilar, presidente y organizador de los primeros Congresos Nacionales de Odontología.

También es necesario para comprender el ecléctico Madrid modernista de principios de siglo y la creciente diferencia entre las clases sociales, las migraciones urbanas y la proliferación de los internados, tanto de beneficencia para niños pobres, como los de clase que utilizaban las familias acomodadas para educar a sus descendientes (6).

La sociedad y concepción del trabajo no era como la de hoy en día, trabajando mujeres y niños como mano de obra barata, incluso con materiales tóxicos como el fósforo blanco que producía osteonecrosis mandibular (7,8). Las necrosis químicas prevalecían en determinadas actividades laborales en las que se desarrolla una susceptibilidad a padecerlas. En este grupo se encontraban las trabajadoras que estaban en contacto con fósforo, siendo éstas y los niños que las acompañaban a las fábricas o que incluso trabajaban en ellas, los que más posibilidades tenían de desarrollar una necrosis química mandibular o como la denominan los ingleses phossy jaw (9) y todo tipo de dolencias, por las malas condiciones laborales que hoy no llegaremos a comprender y en contra punto una alta sociedad tan reducida como rica que podía costearse los más caros y sofisticados tratamientos odontológicos.

Objeto de especial de estudio han sido los 8 primeros Congresos Dentales Españoles.

I Congreso Profesional. Madrid, 1879.
Se celebró en el Colegio Españoles Dentistas de D. Cayetano Triviño, era el primer Centro Académico Odontológico que tuvo nuestro país, pues tan emprendedor personaje quería que sirviera la convocatoria para unir los esfuerzos de los dentistas españoles en beneficio de una estabilidad que se negaba a una profesión todavía balbucearte (1).

En esta reunión se discutió sobre la enseñanza oficial de la carrera acordando que se pidiera al Gobierno que hiciera efectiva la incorporación del Colegio Español de Dentistas a la Facultad de Medicina de la Universidad Central.

Hubo otras peticiones interesantes como dotar de una plaza de dentista a cada establecimiento benéfico y cuerpo civil, militar, o dispensario de servicio público.

Para llevar adelante estas aspiraciones el Congreso nombró una comisión formada por los señores C. Triviño, M. Llorente, C. Faure, que tendrían que trabajar duro en adelante.

Con esta convocatoria se inició una larga historia de congresos, gracias a la cual la odontología actual, 131 años después, ha alcanzado los adelantos científicos y los logros profesionales de la etapa actual de la Odontología española.

II Congreso Dental Español. Barcelona, 1899.
Veinte años después volvería a reunirse la profesión odontológica en Barcelona, atravesando el paréntesis más largo entre congresos. Esta vez, en el salón doctoral de la Universidad que presidieron, el Gobernador, el Alcalde de la ciudad y el Decano de la Facultad de Medicina, Dr. Ginés Partagás, en total hubo 93 congresistas de los cuales dos eran mujeres (1).

En este congreso, además de la reivindicación de acceso a las aulas universitarias, se contó con la presencia de unos importantes doctores nacionales y extranjeros, como el Dr. Amodeo y Beltrami, que hicieron demostraciones clínicas de extirpación indolora de la pulpa dental así como de técnicas de reimplantación.

En este congreso hizo su presencia la Compañía Dental Española fundada por un joven emprendedor Florestán Aguilar que comenzaba a brillar en Madrid y el Dr. Subirana con su revista la Moderna Estomatología.

Actas del III Congreso Dental Español. Palma de Mallorca, 1905.
178 fueron los congresistas que acudieron a la ciudad insular con la satisfacción de haber cumplido su anhelado deseo de dignificar la profesión a través de su entrada en la Universidad, hecho que había ocurrido cuatro años atrás (1,10).

Este congreso lo presidiría S.M. el Rey, gracias a las gestiones del Dr. Florestán Aguilar.

En esta convocatoria se marcó la pauta de trabajar por comisiones que sería el modelo para los siguientes congresos y la implantación de Subdelegados de Odontología en las distintas partes del territorio nacional. Se habló de ortodoncia, anestesia, higiene dental, de las alteraciones dentales durante el embarazo, incluso se creó un código de deontología profesional. En este congreso el Dr. Florestán Aguilar, a través de la Sociedad Odontológica Española que presidía, editó el correspondiente libro de Actas del Congreso.

Actas del IV Congreso Dental Español. Valencia, 1907.
El 30 de julio se inauguró este nuevo congreso en la ciudad del Turia, con la augusta presencia de la Infanta Isabel en el bello marco del Paraninfo de la Universidad. El Dr. Aguilar en su discurso agradeció el apoyo de la Corona a la Odontología española en estos momentos decisivos (1,11).

En este congreso destacó el trabajo de las comisiones. Querría citar el interés del Dr. Subirana en la comisión de terminología, muy importante para definir científicamente una profesión que estaba en sus cimientos, además hubo temas de especial interés como la inspección del tratamiento bucal de los niños en las escuelas públicas, a cargo del Dr. Otaola. Y un tema vanguardista: El beso como vía de contagio, por el Dr. Brito.

Figura 4. Dr. D. Bernardino Landete, vicepresidente y organizador de varios Congresos en los que fue activo participante.

Actas del V Congreso Dental Español. Sevilla, 1909.
La apertura del quinto congreso tuvo lugar en el salón de actos de la Cámara de Comercio con presencia de la primera autoridad militar en representación del Rey.

Este congreso contó con presencia internacional y el trabajo de las comisiones destacó por la creación en las Diputaciones y Ayuntamientos del servicio odontológico (1,12).

El Dr. Aguilar, siempre sorprendente, mostró una colección de instrumentos antiguos dentales de su propiedad, alguno de los cuales se remontaba a la época de los etruscos.

Actas del VI Congreso Dental Español. Madrid, 1911.
Una real orden de fecha 29 de octubre declararía oficial este nuevo encuentro de los dentistas españoles que se celebró en la capital del reino, concretamente en el Círculo de Bellas Artes, contando con la presencia del monarca (1,13).

Expusieron sus trabajos importantes dentistas nacionales y extranjeros. Cabe destacar al Dr. Landete Villa hablando sobre estomatitis ulcerosa en niños y a su hijo, el Dr. Bernardino Landete, de anestesia regional. El Dr. Martínez Sánchez hizo lo propio con su índice para formar un catálogo razonado sobre las obras impresas en castellano que tratan sobre el arte del dentista.

En la modalidad de sesiones clínicas, complemento de gran valor pues los congresistas pasaban de la necesaria pero simple teoría a la visualización práctica, el Dr. Aguilar operó en los quirófanos de la Facultad de Medicina a un niño de cinco meses afectado de fisura platina por el método de estafilorrafia de Brophy. Los 218 congresistas celebraron su participación en tan importante simposium.

Actas del VII Congreso Dental Español. Barcelona, 1914.
De nuevo la Ciudad Condal acogió a la clase odontológica española en el Paraninfo de la Facultad de Medicina (1,14).

Nuevos nombres como la Dra. Clara Rosas con una comunicación sobre coronas y puentes en ortodoncia y el Dr. Otaola con el tema educación enseñanza del personal auxiliar del dentista, ganaron el interés de los asistentes.

Las sesiones clínicas fueron muy interesantes, radiografías obtenidas en 10 minutos que se realizaron a una niña de nueve años a la que le faltaban los incisivos laterales superiores permanentes. El Dr. Aguilar implantó una raíz artificial a un congresista con instrumentos nuevos en el lugar correspondiente un segundo bicúspide superior izquierdo.

El Dr. Ros aplicó protóxido de ázoe y oxígeno como anestésico a un congresista preparándole una cavidad en una pieza inferior en la que tuvo que hacer un tratamiento de conductos. Destaco también la espectacular colección de radiografías presentadas por el Dr. Landete.

Muy poco tiempo después, el 13 de agosto de ese mismo año la Odontología Española se alegraría con la creación de la Escuela de Odontología, adscrita a la Facultad de Medicina de Madrid, aunque con autonomía propia.

Actas del VIII Congreso Dental Español. Bilbao, 1916.
Se celebró en el salón de actos de la Sociedad Filarmónica con una cifra récord de asistentes: 227 dentistas (1,15).

El contenido científico fue muy variado y los participantes desarrollaron con brillantez los temas para los que habían venido trabajando. En esta ocasión, los Drs. Mayoral, Landete, Otaola, Valenzuela, Carol, Blanco, y por supuesto el Dr. Aguilar mostraron al auditorio sus conocimientos en las últimas técnicas odontológicas.

Pero un hecho desgraciadamente significativo sucedería en este congreso. Florestán Aguilar, experto en este tipo de operaciones, operó a una niña de seis años en el hospital de Basurto para realizarle una estafilorrafia siguiendo el método de Truman Brophy. La niña comenzó a convulsionar bajo los efectos de la anestesia y falleció durante la intervención, pese a la numerosa presencia de médicos y el suficiente material médico. Aguilar sufrió así una gran frustración profesional que marcaría su ejercicio en adelante.

Método
Puesto que el objetivo de esta revisión bibliográfica es conocer la presencia de la odontopediatría en las ponencias de los congresos dentales españoles como escaparates del quehacer científico en los albores de nuestra profesión, y habiendo hecho ya una clasificación cronológica por fechas de los congresos, he creído más clarificador exponer los conocimientos de la época por materias o temas concretos de los diferentes aspectos de la odontología que serán objeto de estudio y descripción en el apartado siguiente.

Resultados y discusión
Introducción

No podríamos analizar la realidad de nuestra profesión en esta época, si no analizamos la importancia que tuvieron los congresos en estos primeros momentos de creación de la profesión. Por eso haré una revisión de los aspectos más científicos —como asistencia y lugar de las reuniones, organización y otros aspectos relacionados con la profesión—, que permitirán analizar el protagonismo que tenían en la época, especialmente marcado por la participación de Florestán Aguilar (Figura 3) y Bernardino Landete (Figura 4) (16).

Figura 5. Las señoras de los congresistas del VIII Congreso, en el Santuario de Begoña, algunas incluso acompañadas de sus hijos.

Los congresos contaban con el augusto patronato de S. M. el Rey Don Alfonso XIII, de la Excma. de Diputación y del Excmo. Ayuntamiento, así como distintas firmas, estamentos e instituciones de las localidades donde se celebraban.

La completísima y cuidada organización de los congresos puede apreciarse con todo lujo de detalles en los libros de actas (10, 11, 12, 13, 14, 15). El resultado de las inscripciones, con un coste de unas 25 pesetas por asistente, rondaba los 300-400 congresistas, más de un 40 por 100 de los profesionales que trabajaban en España en esos momentos.

El trabajo de las comisiones se aprecia en los resultados no solo de asistencia, también en el éxito brillante de las exposiciones y el rigor científico, con más de 60 comunicaciones de media por congreso por lo que solo citaré las más relevantes. Las actas recogen nombres y direcciones de asistentes y relación de acompañantes.

El programa contaba además de la parte profesional, con un apartado paralelo para acompañantes así como una serie de recepciones y banquetes sociales para todos (Figura 5).

En los discursos del Dr. D. Florestán Aguilar como presidente de los congresos, el tema en el que más hincapié hace siempre es la higiene dental pública (10, 11, 12, 13, 14, 15) explicando que hay que dar a conocer desde los organismos oficiales, incluso con inspecciones obligatorias en la boca de los alumnos de las escuelas públicas (15), con profusión de citas y ejemplos de su impronta norteamericana. (17)
Este tema, la higiene como prevención, que parece de actualidad, ya lo era en esas fechas. A modo de ejemplo, comenta que en los años 1913 y 1914 el Dr. Subirana dio conferencias sobre este tema en el Ateneo de Madrid.

Los congresos contaban también con exposiciones en las que de forma activa participaban las Facultades y las Escuelas de Odontología así como los profesionales más relevantes del momento y las casas comerciales (Figura 6).

He realizado un resumen comentado de lo más significativito, no pudiendo hacer lógicamente un análisis pormenorizado. Recomiendo la lectura del original, las presentaciones son muy interesantes. Los discursos, con contenido y muy bien estructurados, nos sitúan perfectamente en el momento profesional, político y social.
Son especialmente interesantes algunas consideraciones sobre los aspectos económicos y comerciales de la odontología (15) y podrían trasladarse todos y cada uno de los argumentos y reflexiones a nuestros días pero tan solo voy a reproducir dos párrafos significativos.

Figura 6. Instalación comercial del laboratorio Listerine en el VIII Congreso Nacional.

La mayoría de los jóvenes dentistas, al abandonar los estudios (…) se encuentran con una serie de problemas sobretodo de índole financiera para los que no se les ha preparado durante el curso de su carera universitaria.
¿Es o no conveniente que el profesional acuda al anuncio en la prensa como medio de propaganda? Conviene saber que el articulo 4º del código de Deontología Profesional aprobado el 3 de noviembre de 1911 dice: La Federación considera como cosa degradante y mal mirada recurrir a anuncios llamativos en sitios públicos, telones de teatros, pasquines, muestras exageradas, grabados y gacetillas en los periódicos, rebajas de precios (…), (luego ya se hacia en aquella época), y en el articulo 7º, los dentistas no deben garantizar los trabajos con el fin de adquirir clientes. Creo que en este tema no hemos avanzado mucho, o sí, pero no en el sentido deseado.

Estas actas recogen todos los pormenores no solo de la historia del congreso (19) sino también de detalles tan curiosos como fue la Garden Party (20) y las cuentas de tesorería en las que vienen perfectamente detallados todos los gastos e ingresos del congreso (21).

Se constata la formación del Dr. Subirana en Ortodoncia y su elaborada oratoria hasta para galantear con la Dra. Dña. Clara Rosas. O la elegancia y rigor con que desmienten uno a uno los Dres Landete, Losada, Caballero y Aguilar al Dr. Valenzuela de Sevilla tras su no documentada e increíble exposición, y la serenidad poniendo orden del Dr. Aguilar.

Aparece muchas veces el pus en las disertaciones, sin duda por esperar los pacientes situaciones límites para acudir al profesional, también se nota un interés importante por las fisuras palatinas que proliferaban al igual que la sífilis.

Son muy interesantes las conclusiones y reflexiones de las comisiones del congreso que podrían sin grandes cambios trasladarse a nuestros días, pues las inquietudes y problemas de esta profesión —con una regulación tan joven— guardan muchas similitudes, a nivel legal, de formación, de competencias y económico.

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