Se trata de un estudio clínico, consistente en el seguimiento durante más de dos años de 64 pacientes tratados con 226 implantes de 4 superficies diferentes con controles clínicos y radiológicos a los 6 meses, al año y a los dos años con el objeto de observar sus comportamientos funcionales.
Introducción
Actualmente todos los autores están de acuerdo en que para una buena osteointegración es preciso una superficie implantaría no contaminada, con la mayor rugosidad posible y que esta superficie de contacto con el hueso receptor sea lo más amplia a conseguir, por lo que los implantes con superficies simplemente mecanizadas son algo del pasado. Las superficies lisas favorecen el crecimiento epitelial ocasionando las bolsas periimplantarias y las poco rugosas la proliferación del tejido fibroso.
El conocimiento por nuestra parte de estudios de distintas superficies en un mismo implante de casas comerciales nos ha creado cierta incertidumbre, por lo que al haber podido seguir a un grupo de pacientes con regularidad clínica y radiológica durante más de 2 años, tratados con implantes de superficies distintas, nos ha motivado a observar su comportamiento.