Resumen
Se han definido como “riesgo industrial-tecnológico”; a las variables que en implantología desembocan en complicaciones y fracasos, cuyo origen es el desajuste entre pilar implante, aflojamiento repetido de tornillos, fractura de tornillos protésicos, etc.
Con el fin de minimizar estos riesgos, Eckermann Laboratorium presenta una novedosa conexión cónica antigiro y el Eckerclip que elimina toda micromovilidad y riesgo de aflojamiento. Se ofrece así la suficiente confianza para prótesis cementadas y técnicas estéticas.
Palabras clave
Aflojamiento de tornillos, Carga inmediata, Conexión implante-pilar, Eckerclip, Micromovimientos, Rotura de los tornillos, Desajustes protésicos, Prótesis cementada.
Introducción
Con la generalización del uso de los implantes orales en todo el mundo y la extensión de sus indicaciones, pronto pudo observarse que una gran parte de las complicaciones que aparecían, eran de tipo mecánico (Adell et al., 1981).
En efecto, la gran magnitud y diversidad de fuerzas y momentos en que las funciones orales someten a las prótesis implantosoportadas, genera fracturas, tanto de la estructura como de los recubrimientos oclusales y estéticos, así como aflojamiento de los tornillos y hasta incluso se han reportado fracturas de los mismos implantes.
El uso clínico intensivo de los implantes demostró que los sistemas implantarios vigentes en la década de los ochenta, no estaban aún suficientemente preparados para estas exigencias mecánicas.
Desde los estudios clínicos iniciales (Zarb y Schmitt, 1990) y en repetidas ocasiones, numerosos autores han señalado la frecuencia con que se presentaba el aflojamiento de los tornillos, tanto de los tornillos protéticos,como los de los pilares. Este aflojamiento terminaba muchas veces con la rotura de los tornillos, ocasionando dificultades de toda índole para retirar los fragmentos intra-implante y prótesis.
Dada su prevalencia, este problema de aflojamiento de los tornillos ha sido categorizado como “riesgo industrial-tecnológico”, consistente en los desajustes de las piezas o en los problemas de su comportamiento a largo plazo. Este riesgo debe ser pues asumido como un factor biomecánico más a equilibrar, como una previsión a tener en cuenta al hacer la planificación del tratamiento implantológico (Rangert et al., 2001).
Haciendo de la necesidad virtud, se llegó a teorizar que el aflojamiento y ulterior rotura del tornillo protético había sido diseñado como el punto de menor resistencia, el cual, frente a las sobrecargas, saltaría como una especie de fusible mecánico (Bert, 1995), protegiendo así al resto del sistema mecánico-biológico. Esta teoría se ha mantenido hasta que ha sido posible resolver más o menos eficientemente este problema técnico. Pues desde luego, era evidente que el aflojamiento de los tornillos tenía que ser técnicamente resuelto para evitar las complicaciones clínicas que puede originar una movilidad aumentada en la conexión implante-pilar: una microfiltración bacteriana aumentada, mayor pérdida ósea marginal periimplantaria, mucositis y periimplantitis, problemas oclusales, roturas mecánicas y, a la larga, incluso la pérdida del implante.
Objetivo
Los análisis de elementos finitos han hecho ver que cuanto más rígido es el sistema implante-pilar mejor distribución de fuerzas se produce en el hueso (Hansson, 1997). Los dispositivos de amortiguación implante-pilar han sido hoy en día abandonados y todos los fabricantes han puesto su punto de mira en obtener la máxima rigidez en la conexión implante-pilar (Mollersten et al., 1997), ofreciendo diferentes soluciones según el tipo de conexión del que partían. Los sistemas basados en el hexágono estándar de 0,7 lo han intentado solventar aumentando la precarga del tornillo de oro, que debe ser apretado a elevados torques (Gratton et al., 2001), incluso hasta un torque de 30 Nw/cm (Schulte & Coffey, 1997); otros se basan en las buenas propiedades de la junta cónica, en sus numerosas versiones (Norton, 2000), etc.
El objetivo del presente artículo es presentar una solución definitiva y original para este problema, la de Eckermann Laboratorium. La conexión implante-pilar de Eckermann destaca por la garantía absoluta de sus prestaciones, y a la vez por la gran simplicidad de su uso clínico; consiste en la emergencia cónica antigiro más el Eckerclip con patente española número 9302548 de 1993.
Descripción de la conexión
La emergencia tiene dos sectores: un elemento cuadrado de 0,7 mm de altura que proporciona al pilar protésico un eficaz elemento antigiro y una zona cónica de 1,6 mm destinada a unirse al cono hembra del pilar, aportando una gran estabilidad, pues el ajuste friccional entre las dos superficies elimina toda micromovilidad y holgura entre implante y pilar, como si se tratara de una soldadura en frío. Esta unión, comprobable con los dedos ejerciendo presión en el pilar sobre la emergencia del implante, ambas piezas se encajan sorprendentemente. Para desencajar el pilar en boca sin movimientos bruscos existe un dispositivo que roscándolo por la chimenea del pilar hace tope en la emergencia del implante y nos ayuda a desalojarlo suavemente. La gran precisión de esta conexión es muy útil ya que: “el desajuste en el elemento antigiro está directamente relacionado con el aflojamiento de los tornillos” (Binon y McHugh, 1996).
La otra parte de la conexión es el Eckerclip, un novedoso tipo de conector que supera al tornillo convencional. El Eckerclip, con forma de tornillo dividido en dos patas, ha sido diseñado para que a 37º centígrados permanezca abierto, ejerciendo presión activa sobre las paredes interiores del implante gracias a sus propiedades superelásticas de memoria de forma. Para su utilización, basta con enfriar el Eckerclip con un spray refrigerante fuera de la boca, presionando a continuación la parte activa del clip con unas pinzas para aproximar sus extremos. A partir de este momento, se dispone de entre 15 y 20 segundos para introducir el Eckerclip por la chimenea del pilar antes de que se vuelva a abrir por su propia elasticidad a la temperatura del cuerpo. A los pocos minutos habrá alcanzado su temperatura de transformación, con lo que la fijación del pilar queda garantizada.
Para retirar el Eckerclip de la boca, se localiza su cabeza en el interior de la chimenea del pilar o de la prótesis, se ajusta el destornillador de cruceta y se afloja ejerciendo una fuerza de unos 19 Nw/cm. A las pocas vueltas quedará desalojado. El desalojo espontáneo de un Eckerclip de su ubicación es imposible. Aun en el hipotético caso de que un paciente mantuviera un helado en la boca durante el tiempo suficiente para bajar la temperatura a la fría de transformación, si simultáneamente no se ejerce la fuerza de antirrotación arriba mencionada, el clip no se puede aflojar espontáneamente.
Se han efectuado ensayos en la universidad, cuyos resultados se publicarán próximamente, a fin de evaluar el comportamiento in vitro del Eckerclip. Los valores de resistencia a la tracción con una máquina Instron son homogéneos para todas las series de piezas y muy satisfactorios. Sometiéndolos a tracciones superiores a 600 Nw/cm, no se llegaban a desalojar los Eckerclips de su ubicación y antes sufrían una fractura del material, pero no de la parte activa del Eckerclip y siempre a fuerzas seis veces superiores a las de la masticación.
La ventaja del Eckerclip frente a la precarga del tornillo del pilar es que ésta podría teóricamente perderse con el tiempo, pues esta precarga se debe a un hecho externo, el torque de apretamiento. Por otro lado, la precarga resultante no es algo fijo, sino que depende de numerosas variables (Carr et al., 1996). Sin embargo, en el caso del Eckerclip, la precarga es fija y estable y está permanente en el tornillo, pues no se debe a su apretamiento, sino a las propiedades del metal con memoria de forma, a su propia elasticidad intrínseca.
Sólo disponiendo de una conexión absolutamente fiable: es posible usar con libertad y amplitud la prótesis cementada sobre implantes. Es innegable la tendencia cada vez mayor hacia la prótesis cementada en Implantología, dadas sus numerosas ventajas clínicas: una oclusión más perfecta, una mejor estética, un ajuste más fácil y mejor y, finalmente, una mayor simplicidad de uso. En realidad, el ajuste pasivo perfecto de una prótesis atornillada de varias unidades es virtualmente imposible (Jemt y Book, 1996). Basándonos en una conexión implante-pilar segura, como la que aquí se presenta, podemos cementar con cemento definitivo igual que hacemos con la prótesis fija convencional.
Así como tener una seguridad, sin micromovimientos, en la conexión entre el implante y el pilar, concepto tan determinante a la hora de aplicar carga inmediata o carga precoz como el de la fijación primaria quirúrgica. v