Al doctor Miguel Devesa, hombre grande y bueno

Micalet:
Mes y medio hace que paseábamos por la Albufera contándonos y reviviendo trastadas de nuestros años de bachillerato en el colegio de Valencia.

Tu recordabas más sucesos y con mucho más detalles que yo. Pero fue grato volver atrás y revivir intensamente aquellos tiempos de adolescencia y juventud. Nada más y nada menos que cincuenta y cinco años atrás.

Mes y medio hace que reíamos de tus peripecias y trampillas en las que me involucrabas en la Escuela de Estomatología, exámenes, preclínicos, bibliografías, prácticas, en fin, que firmábamos de tapadillo.

Lo normal “bonico”, lo normal.

Mes y medio hace que nos reíamos con nuestras anécdotas de la clínica profesional, los pacientes, los mecánicos, los depósitos, los impagados, las completas que “caen y las que se caen”, las falsas urgencias, tantas y tantas cosas. Todo tomado por el lado divertido, chocante, caricaturesco y casi como una “falla”, como siempre.

Estabas contándome algo sobre tu hija María y tu clínica cuando te interrumpiste: “Mira bonico, estamos ya en la prórroga y hay que gozar del tiempo que dure”.

Mes y medio te ha durado la prórroga, realmente poco para tu energía física y mental. Realmente poco para tu capacidad de dar, de entregarte, de ayudar, de gozar y de reir.

Siempre te querremos.

Toda tu vida dedicada en cuerpo y alma a la profesión, a la clínica, al paciente, a aliviar el dolor y a soñar. Día a día, año a año hasta casi cincuenta. Bien merecido tienes nuestro recuerdo, nuestro cariño, nuestra añoranza.

Fdo: Prof. M. Lucas Tomás