InicioTendenciasDigitalización: ¿moda o necesidad? Un viaje sin retorno hacia la Odontología del...

Digitalización: ¿moda o necesidad? Un viaje sin retorno hacia la Odontología del futuro

Durante años trabajamos aferrados al alginato, al modelo de escayola, al articulador, a las radiografías convencionales, a las planificaciones sobre negatoscopio y a los trazados cefalométricos en papel de acetato; suena arcaico, ¿verdad? Pues hace apenas quince años esa era nuestra rutina diaria.
Para muchos, la digitalización fue primero curiosidad, luego tendencia, y ahora, una revolución que ya no se puede ignorar. La pregunta hoy no es si vamos a digitalizar nuestra clínica, sino cuándo y con qué profundidad.

Porque la digitalización no es una moda: es una necesidad clínica, estratégica y humana. Y quien no lo entienda, simplemente quedará fuera del mapa. No se trata de seguir una corriente tecnológica, sino de evolucionar para ofrecer lo mejor, con coherencia, seguridad y visión.

En los últimos años, he orientado parte de mi perfil profesional hacia la comunicación en congresos, eventos y medios escritos, centrando mi mensaje especialmente en el concepto de «ecosistema digital en Odontología». He tenido la oportunidad de compartir mi experiencia en distintos países, ante profesionales con realidades culturales, económicas y clínicas muy diversas. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, hay una inquietud que se repite en cada rincón del mundo: el deseo genuino de comprender el ecosistema digital en profundidad, de aprender sus fundamentos y de integrarlo con responsabilidad en la práctica diaria. Esa motivación es inspiradora y revela que el cambio ya está en marcha.

Pero también he observado una preocupación creciente: el riesgo de una digitalización superficial, basada únicamente en la adquisición de dispositivos, sin una verdadera comprensión de los protocolos clínicos y de los principios científicos que los sustentan. La tecnología, por sí sola, no garantiza el éxito.

«La digitalización permite al dentista transformarse en el director de un equipo que combina software, técnicos, diseñadores y dispositivos inteligentes»

Digitalizar no es únicamente escanear o imprimir: es entender cuándo, cómo y por qué hacerlo. Es dominar los fundamentos clínicos, conocer las limitaciones técnicas, respetar la biología y actuar con criterio.

Si no se establecen bases sólidas -estructuradas en el conocimiento, la experiencia y la evidencia-, la digitalización corre el riesgo de convertirse en una moda pasajera más que en una evolución real. Y eso no solo compromete los resultados clínicos, sino también la confianza del equipo y del paciente. En definitiva, el verdadero reto no es digitalizarse, sino hacerlo bien: con cabeza, con método y con propósito.

Ecosistema digital: orquestar, no acumular

Una forma sencilla y potente de entender el ecosistema digital es imaginarlo como una orquesta. Cada dispositivo -el escáner, el software, la impresora 3D, el sistema CAD/CAM- es un instrumento. Y cada protocolo clínico es una parte de la partitura. Pero no es el instrumento el que garantiza el resultado, sino cómo y cuándo se ejecuta. La digitalización es una melodía que solo suena bien cuando cada parte cumple su función en armonía con el resto.

digitalización
Imagen cedida por el Dr. Giuliano Fragola.

Y ahí entra la figura clave: el profesional. No como mero usuario, sino como director de orquesta. Su tarea no es tocar todos los instrumentos, sino guiar su funcionamiento conjunto. Tener visión, entender los tiempos, coordinar las entradas, corregir desviaciones. Una clínica digital no es mejor por tener más tecnología, sino por saber cómo hacer que todo funcione al unísono.

Esa es la diferencia entre digitalizarse y transformarse. El primero es un acto técnico; el segundo, un proceso intelectual. La digitalización con sentido clínico se construye sobre el análisis, la formación y el criterio. Y eso es lo que debemos transmitir.

Del alginato al escáner: un cambio de paradigma

Pasamos de tomar impresiones con cubetas metálicas a escanear con precisión micrométrica. De comunicar al laboratorio con papel y boli a enviar flujos digitales en tiempo real. De depender de la escayola a producir guías quirúrgicas impresas en 3D listas para operar.

Y este cambio no ha sido estético, sino funcional. El escaneado intraoral no solo mejora la comodidad del paciente; mejora la precisión, la trazabilidad, la eficiencia. Nos permite planificar sobre datos, no sobre suposiciones. Y eso lo cambia todo.

La fidelidad de los modelos, la reducción del margen de error, la facilidad para replicar procesos: todo esto se traduce en mejor experiencia para el paciente, menor estrés para el profesional y un flujo de trabajo mucho más sólido. Hoy ya no hay duda: los escáneres intraorales han superado al alginato, no solo en resultados, sino también en percepción del paciente y eficiencia de la consulta.

Transformar no es solo integrar: es pensar en clave digital y comunicacional

Una orquesta no es una colección de solistas. Es un grupo que trabaja al unísono. Así debe funcionar el ecosistema digital: como una red de herramientas que, bien usadas, transforman la clínica, el laboratorio y la relación con el paciente.

Cada tecnología debe hablar el mismo idioma, evitar pasos redundantes y ofrecer continuidad lógica y técnica. Guías quirúrgicas, impresoras 3D, software de diseño, planificación virtual, rehabilitaciones definitivas… todo debe integrarse para que la música fluya.

Pero más allá de la técnica, está la visión clínica y la capacidad de comunicación eficiente en todos los niveles. En el contexto actual, digitalizarse también significa abrirse a una nueva manera de trabajar: más colaborativa, más global y más conectada. La posibilidad de compartir casos clínicos en tiempo real, de comunicarse de forma remota con el técnico o con otros colegas, de tomar decisiones clínicas desde ubicaciones diferentes, ya no es una excepción: es parte del nuevo estándar.

En este sentido, la digitalización también responde a la necesidad de inmediatez y claridad que impone el presente. Herramientas como las plataformas de planificación compartida, los canales de mensajería profesional, los visualizadores 3D online o incluso las soluciones cloud para almacenar y revisar escaneos o diseños, nos permiten interactuar con agilidad. Se acabó el papel, se acabaron los retrasos. Hoy la clínica no termina en la consulta: se extiende hasta donde llegue la conexión.

«digitalizarse no es una obligación, es una elección profesional que habla de quién eres, de cómo trabajas y de dónde quieres estar mañana»

Además, el mercado también empuja: la presión de las redes sociales, la necesidad de mostrar resultados inmediatos, la comparación constante con colegas de todo el mundo… hacen que muchos profesionales quieran entrar en el mundo digital, pero a menudo lo hagan desde la prisa o la improvisación. Aquí es donde el papel de la industria se vuelve fundamental: no solo ofreciendo productos, sino acompañando con formación, soporte técnico, actualizaciones, integración real. Las empresas que entienden esto ya no venden solo dispositivos: construyen ecosistemas de valor.

La transformación digital, por tanto, no es solo técnica ni estética; es cultural, estratégica y es, sobre todo, una nueva manera de ejercer la Odontología con excelencia, donde el conocimiento clínico, la tecnología y la comunicación eficaz se unen en beneficio del paciente y del profesional. La digitalización no puede basarse solo en el entusiasmo, necesita una base: saber para qué sirve cada paso, cómo comunicarlo con el laboratorio, qué beneficios ofrece al paciente, y cómo evaluarlo en resultados concretos.

Conclusión: no hay armonía sin dirección

La digitalización no sustituye al clínico, lo empodera, le da control, precisión, posibilidad de delegar sin perder trazabilidad. Permite al dentista transformarse en el director de un equipo que combina software, técnicos, diseñadores y dispositivos inteligentes.

Y, sobre todo, es una decisión. Porque digitalizarse no es una obligación, es una elección profesional que habla de quién eres, de cómo trabajas y de dónde quieres estar mañana.

La Odontología digital no es el futuro, es el ahora y está esperando que, desde el primer paso, con estrategia y sin miedo, podamos convertirnos en mejores profesionales al servicio de nuestros pacientes.
Y si hoy miramos hacia atrás, con perspectiva y honestidad, podemos reconocer que este proceso nos ha permitido tratar mejor, planificar mejor, comunicarnos mejor y, en definitiva, cuidar mejor. Esa es, quizás, la mayor satisfacción: comprobar que lo que iniciamos como una evolución técnica ha desembocado en una mejora real de la experiencia clínica y humana, tanto para nosotros como para nuestros pacientes.
¿Moda o necesidad? Para mí, ya no es una pregunta, es una certeza: la digitalización es una necesidad.

Autores

Director médico de Estudio Dental Majadahonda. Licenciado en Odontología, Universidad Complutense de Madrid. Máster en implantología, Periodoncia y Rehabilitación Oral, New York University. Senior fellow y speaker ITI (International Team for Implantology). Anthogyr international speaker. CEO IDE Immersive dental experiences

artículos relacionados

Impacto clínico y digital de la cirugía de carga...

Evolución del concepto All-on-X. La rehabilitación de arcadas completas mediante implantes dentales ha cambiado de forma radical en las últimas décadas. Tradicionalmente, este tipo de...

La activación por plasma en la era de la...

En el marco de El rincón digital, donde exploramos la integración entre tecnología e innovación clínica, este artículo se sumerge en un fascinante desarrollo...

La revolución móvil en Odontología: inteligencia artificial, digitalización y...

Un nuevo paradigma tras el Mobile World Congress 2025. El Mobile World Congress (MWC) 2025, celebrado recientemente en Barcelona, ha dejado claro que la Odontología...







mariobet giriş