Mejora de la estabilidad primaria. Precisión quirúrgica y protésica con el implante Core-X®.
La técnica de la condensación ósea para la colocación de implantes dentales ha sido descrita en la literatura internacional en primera instancia para la realización de procedimientos como la expansión de cresta con osteótomos o expansores roscados manualmente o de forma motorizada, o para poder colocar implantes en zonas de muy baja densidad ósea (1-5).
Cuando se realiza este procedimiento de oseodensificación del hueso en el lugar de inserción del implante, se produce un aumento de la densidad ósea interfacial y, a su vez, de la estabilidad inicial del implante (6). Este procedimiento por sí mismo realizado antes de la inserción de un implante en el lecho óseo arroja resultados dispares, pues existen trabajos donde se reporta una mayor estabilidad inicial para los implantes (6) y otros donde se contradice esta conclusión (7-9). Estas diferencias pueden ser debidas, en parte, a la morfología de los implantes insertados, que es diferente en los grupos estudiados y a la técnica previa a la inserción del implante con la que se ha realizado la condensación del hueso (4).