La mordida abierta anterior en adultos es una de las maloclusiones más complejas de corregir debido, principalmente, a su etología multifactorial (1). Está presente en un rango que oscila entre el 25% y el 38% de los pacientes tratados con ortodoncia, debiendo diferenciarse la de causa dentaria, con mejor pronóstico, de la esquelética, con resultados más desfavorables.
El diagnóstico diferencial, por tanto, es primordial a fin de realizar el tratamiento oportuno y evitar las recidivas. Para ello, es importante conocer el papel que desempeña la herencia en el patrón facial, pues patrones verticales acentuados tienen más riesgo de desarrollar mordida abierta anterior (2) que otros grupos de población. Además, diversos hábitos y factores ambientales como la succión digital, la respiración bucal por obstáculos en las vías aéreas superiores (hipertrofia adenoidea, amígdalas grandes y dolorosas, hipertrofia de cornetes, desviación del tabique nasal, etc.), propulsión lingual, traumatismos, etc. (3, 4); deben tenerse en cuenta a la hora de establecer la planificación del tratamiento.
En la terapéutica de la mordida abierta anterior en adultos, la literatura recomienda el uso de dispositivos de anclaje óseo (minitornillos) o, en casos más graves, la cirugía ortognática (5- 7) a fin de conseguir la anterorotación de la mandíbula y cerrar el eje facial, facilitando de esta manera la resolución del problema. No obstante, actualmente se prefiere la primera opción, ya que los minitornillos realizan una fuerza única sin momentos (8), característica de gran importancia en la eficacia al realizar movimientos dentales, y permiten calcular una línea de acción manejando, según la necesidad, el punto de aplicación y dirección de la fuerza para el movimiento dentario deseado, evitándose los efectos secundarios que condicionan el manejo de la mecánica convencional (9).
La estabilidad de la intrusión molar es aceptable si se siguen los protocolos adecuados (5), como la selección más idónea del lugar según cantidad de hueso, propuesta por Ludwig y Col (10) o la densidad ósea descrita por Misch (11), así como la cantidad de fuerza que se aplica a los minitornillos.