Un paciente empoderado se involucra más activamente en el diseño de su plan de tratamiento y en la toma de decisiones.
Durante la celebración del Congreso de la Periodoncia y la Salud Bucal, organizado por la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (Sepa), se ha puesto de manifiesto que “la comprensión y el conocimiento del impacto de la enfermedad periodontal sobre la salud general por parte de los pacientes suele ser limitado. Este desconocimiento es un problema significativo, no sólo porque la enfermedad periodontal puede conducir a la pérdida de dientes, sino también porque se ha asociado con una variedad de otras afecciones de salud sistémica, incluyendo enfermedades cardíacas, diabetes y complicaciones durante el embarazo”.
Tener conciencia de estas implicaciones es el primer paso hacia la prevención, empoderamiento y el tratamiento de la enfermedad periodontal; por eso, para que los pacientes se involucren activamente en la prevención y tratamiento de la enfermedad periodontal, deben estar informados sobre la existencia de soluciones, así como de los riesgos asociados a la presencia de una enfermedad de las encías y de la conexión con otras enfermedades sistémicas.
“El empoderamiento del paciente es la clave en el éxito del tratamiento periodontal”, destacó la higienista Rosa Tarragó en una sesión que se celebró el sábado 1 de junio en el marco del congreso Sepa Bilbao’24. Y para lograr esto, a juicio de la presidenta de la Asociación Profesional de Higienistas Bucodentales de Aragón, “el papel del higienista dental es clave, y debe ser el encargado de liderar este empoderamiento y de concienciar sobre la enfermedad periodontal y sus consecuencias”; y es que, según subrayó, “el higienista es el primer punto de contacto en la atención dental preventiva: su enfoque en la educación del paciente les coloca en una posición decisiva para fomentar el empoderamiento”.
¿Qué supone el empoderamiento del paciente en la clínica dental?
Como se destacó a lo largo de todo este Congreso, “mejorar el empoderamiento del paciente periodontal no solo mejora la calidad del cuidado, sino que también aumenta la adherencia al tratamiento periodontal recomendado y a las prácticas de autocuidado. Tener a un paciente empoderado supone ofrecerle información imprescindible y necesaria, basada en la evidencia, así como otorgarle las herramientas necesarias para que tome decisiones informadas sobre su cuidado”.
“Esto incluye una comprensión clara de sus condiciones orales, las opciones de tratamiento disponibles y los pasos preventivos que pueden tomar para mantener una buena higiene bucodental”, apuntó Rosa Tarragó, quien añadió que “el empoderamiento también abarca la habilidad para que los pacientes se involucren activamente en el diseño de su plan de tratamiento y en la toma de decisiones, asegurando que sus preferencias sean tenidas en cuenta”.
Óxido nitroso y fidelización del paciente odontológico
Hay factores que inciden negativamente en todo este necesario proceso de toma de decisiones y, sobre todo, en la propia decisión de acudir al dentista regularmente. El miedo al dentista hace que muchas personas retrasen su visita con el odontólogo, poniendo en riesgo su salud oral.
Hay muchos recursos actualmente para combatir la odontofobia; entre ellos, los odontólogos usan en determinadas ocasiones óxido nitroso (el conocido como “gas de la risa”), un método de sedación seguro y eficaz. Funciona con celeridad, relajando a las personas, y sus efectos desaparecen rápidamente después de respirar oxígeno puro a través de una mascarilla. En palabras de Sol Archanco, expresidenta de la Unión de Colegios de Higienistas Dentales de España, “el óxido nitroso puede ser una herramienta valiosa al mejorar la percepción del paciente en su atención dental, por la disminución del miedo y la ansiedad, que son factores asociados a los procedimientos odontológicos”; a su juicio, “hace que el paciente se siente más seguro y cómodo”.
El óxido nitroso no produce una pérdida de conciencia, por lo que los pacientes pueden responder y colaborar a las instrucciones del dentista; reduce la percepción del dolor y produce una sensación de relajación y euforia. Se administra mezclado con oxígeno a través de una mascarilla nasal y el paciente lo inhala durante todo el proceso. Además, su rápida eliminación del organismo permite a los pacientes recuperarse rápidamente y sin efectos secundarios prolongados.
“El óxido nitroso puede ser una herramienta valiosa al mejorar la percepción del paciente en su atención dental”
Sol Archanco
Como consecuencia de todo ello, tal y como destacó Sol Archanco, “el paciente experimenta una atención personalizada y orientada a su bienestar, generando una relación de confianza con el dentista, aumentando la satisfacción respecto a la atención recibida”; es más, según opinó, “el empleo de óxido nitroso, además, puede convertirse en otro factor de diferenciación respecto a otras clínicas dentales”. No obstante, como matizó esta higienista, “tales ventajas requieren conocer y seguir las pautas y protocolos científicamente establecidos para la administración segura del este gas por parte de todo el equipo odontológico”.