La formación práctica en Odontología desempeña un papel fundamental en la educación. Si bien los fundamentos teóricos y científicos son esenciales, la aplicación práctica de estos conocimientos es crucial para desarrollar las habilidades clínicas necesarias en el campo de la Odontología.
Las facultades y escuelas de Odontología españolas están apostando de lleno por la formación práctica en todos los ámbitos. El interés por realizar prácticas en las clínicas dentales universitarias o de realizar estancias clínicas con expertos, así como la formación más puntera mediante simuladores hápticos y otras herramientas digitales, son la muestra de que en esta profesión, cuanto más aprendizaje práctico, mejor.
Y es que, sabemos que la formación práctica en Odontología es esencial para que el alumno desarrolle sus habilidades clínicas, adquiera confianza, mejore sus dotes de comunicación y el trabajo en equipo y, sobre todo, logre integrar sus conocimientos teóricos en la práctica clínica. Al mismo tiempo, estamos viendo, sobre todo desde la pandemia, que la formación online es una opción cada vez más demandada. Pero, ¿es posible la virtualidad en una enseñanza con un componente tan práctico?
La Dra. María José Muñoz Leal, directora de Desarrollo Académico Internacional de la Facultad de Salud de UNIR, está encargándose actualmente de implementar nuevos modelos de enseñanza en Latinoamérica. «El formato online es un desafío para titulaciones de la salud, como Odontología, Medicina y Enfermería, que, aunque tienen una parte de presencialidad, ofrecen una formación híbrida a través del uso de simulación virtual y tecnología, sin olvidar las prácticas clínicas con pacientes que son fundamentales. Este modelo que aboga por la educación online pretende dar flexibilidad y mayor alcance a esta formación de Odontología en zonas más complejas, desde el punto de vista geográfico. En Latinoamérica, las distancias son muy largas, y la formación online ha permitido el acceso a personas que, por cuestión de distancia, no accedían. Así que con este modelo estamos democratizando el acceso a la formación superior». Además de hacer accesible la formación de los estudiantes en los lugares más remotos, para la Dra. María José Muñoz, la formación híbrida ya ha mostrado su eficacia: «La pandemia nos llevó a modelos totalmente online y tuvimos que dar el salto, con lo cual, queda demostrado que hay una parte importante de las titulaciones que puede realizarse de manera virtual, como es el caso del contenido teórico, la discusión de casos clínicos, talleres virtuales… Ahora, hay un cambio del planteamiento: ¿Lo que está haciendo el alumno es realmente imprescindible que sea presencial? ¿O lo podemos hacer de manera virtual? Es decir, dejamos como presencial aquello que es esencial y eminentemente práctico», asegura la Dra. Muñoz.
El formato online es un desafío para titulaciones de la salud
Y es que la fórmula de presencialidad y virtualidad en los tiempos que corren se antoja necesaria. Además de eliminar barreras geográficas, el formato online permite compatibilizar la formación con otra actividad académica y/o profesional. «Nosotros somos firmes creyentes de la formación presencial, nos gusta el contacto y por eso trabajamos en grupos reducidos para tener un contacto muy directo con el alumno», destaca Diego González, presidente del patronato de ADEMA. «El Grado – continúa- es totalmente presencial, aunque tiene apoyo online, mientras que el Máster sí que es híbrido, parte online y parte presencial para facilitar a los profesionales que están ya trabajando que puedan desarrollarlo con cierta flexibilidad horaria una parte de los estudios».
La tecnología al servicio del aprendizaje práctico
En lo que ambos profesionales coinciden es que las nuevas tecnologías, como es el caso de la simulación háptica, son herramientas esenciales para fomentar el aprendizaje práctico de los estudiantes.
«Los sistemas de simulación permiten transitar desde la teoría a la práctica con pacientes de manera mucho más segura, tanto para el paciente como para el alumno. Todas estas herramientas tecnológicas permiten que el alumno tenga un aprendizaje guiado en un ambiente lo más próximo posible a la realidad, con lo cual, cuando va a la clínica, a la práctica real, el alumno ya está familiarizado con los procesos», argumenta la Dra. María José Muñoz. «Con la realidad virtual háptica o táctil podemos simular casos predeterminados de diferentes complejidades y también replicar casos reales», explica Diego González. «Eso quiere decir que podemos escanear la boca de un paciente en 3D, además de escanear el rostro para así crear un avatar del paciente sobre el que vamos a desarrollar el tratamiento odontológico antes de realizarlo en el paciente. Esta tecnología nos permite aplicar el entrenamiento y el desarrollo de capacidades y destrezas del cerebro en los diferentes tejidos humanos, en este caso de la cavidad oral. De este modo, podemos adiestrar al alumno en la anatomía, a nivel táctil y no solo visual y, a partir de ahí, se va aplicando en diferentes asignaturas con tratamientos cada vez más complejos (endodoncia, implantología, restauraciones, prótesis…). Y ya en el máster pueden resolver casos reales. Eso quiere decir que en un paciente real que se le va a tratar en la clínica, se hace la simulación y se valoran los resultados antes de realizarlo en la clínica. Esta tecnología permite abordar casos de mayor complejidad con mejores resultados y con más seguridad para el alumno y para el paciente. El alumno ha practicado ese mismo tratamiento de manera virtual, tiene los resultados de éxito y tiene una visión de cómo abordar el caso con las mejores garantías», destaca Diego González.
Las nuevas tecnologías son esenciales para fomentar el aprendizaje práctico de los estudiantes
Y es que todas las herramientas suman a la hora de conseguir un volumen importante de prácticas que ofrecen a los alumnos una valiosa experiencia clínica supervisada, acceso a una diversidad de casos y tecnología de vanguardia, interacción con pacientes reales, aprendizaje colaborativo y retroalimentación constante.
Estas ventajas contribuyen significativamente al desarrollo de habilidades clínicas, conocimientos y competencias necesarias para convertirse en dentistas competentes y preparados para la práctica profesional.
Clínicas universitarias, mucho más que un aprendizaje práctico
Nadie duda que las clínicas universitarias en Odontología desempeñan un papel fundamental en la formación de los futuros dentistas. Estos centros permiten a los estudiantes aplicar los conocimientos teóricos adquiridos en el aula a situaciones clínicas reales, desarrollar habilidades prácticas y perfeccionar técnicas dentales. En ellas, los estudiantes trabajan directamente con pacientes reales, aprendiendo a realizar exámenes, diagnósticos, tratamientos y seguimiento de casos clínicos.
El Dr. Diego Gómez Costa, director general de la Clínica Universitaria de la URJC, conoce bien esta realidad. El servicio que dirige da cobertura a una media de entre
250 y 300 pacientes al día y, como principal objetivo está «la promoción de una educación y formación vanguardista en diferentes áreas de especialización necesarias por los odontólogos para poder contar con un criterio formativo científico y práctico que puedan emplear luego para tratar con seguridad patologías gracias a todos los conocimientos actualizados e impartidos por profesores con gran experiencia en su campo».
Las clínicas brindan la oportunidad de adquirir una experiencia completa
Para ello, en las clínicas universitarias se utiliza la última tecnología: «Todo está informatizado, desde la historia clínica del paciente, la imagenología a través de RX visible en cada puesto de trabajo, además de microscopía y nuevas tecnologías orientadas al trabajo mediante el flujo digital como es el uso de escáneres intra y extraorales. El beneficio que aporta esta tecnología es que el alumno se vaya familiarizando con lo que tarde o temprano deberá ser conocido por cualquier odontólogo, ya que lo analógico poco a poco se irá sustituyendo por este tipo de equipamiento. Además de la seguridad y fiabilidad que da para el paciente la precisión que se puede alcanzar mediante su utilización», cuenta.
En las clínicas universitarias se utiliza la última tecnología. Todo está informatizado
Además de su función educativa y práctica, las clínicas universitarias también brindan atención dental a la comunidad. Esto permite que las personas que buscan servicios dentales puedan acceder a ellos a precios generalmente más asequibles en comparación con las clínicas privadas. No obstante, la exigencia de los pacientes es la misma que en las clínicas privadas.
«Los pacientes que acuden a la clínica buscan los buenos resultados y fiabilidad que da el ser desarrollados en un entorno que persigue que los tratamientos sean de excelencia y que cuenta con la ISO- 9001 garantizando la calidad de los procesos y procedimientos clínicos», manifiesta.
En definitiva, las clínicas universitarias en Odontología brindan a los estudiantes la oportunidad de adquirir una experiencia clínica práctica completa mientras son supervisados por profesores y profesionales dentales.
Estancias clínicas con expertos, otra opción a considerar
Dentro de la formación práctica de los odontólogos, no podemos dejar de mencionar las estancias clínicas con expertos. Estas prácticas vienen a ser cursos personalizados en función del nivel de conocimiento y experiencia de cada clínico.
De forma intensiva, las estancias clínicas permiten al alumno afianzar sus conocimientos y aprender, sobre todo, las técnicas quirúrgicas propias de los especialistas y equipos de renombre con quienes el alumno comparte una serie de jornadas en el quirófano.