InicioCiencia y clínicaCasos clínicosLíneas de terminación horizontal. ¿Siempre debemos esperar recesiones?

Líneas de terminación horizontal. ¿Siempre debemos esperar recesiones?

Durante muchos años hemos asumido que, para conseguir estética con coronas
de recubrimiento total, necesitábamos hacer preparaciones dentarias con líneas de terminación horizontal. Hoy en día, este paradigma parece que ha cambiado.

De forma tradicional, cuando hacemos una terminación vertical para una corona metal-cerámica es necesario terminar la corona con un ribete metálico. Esto es necesario para asegurar un ajuste óptimo de la corona sobre el diente tallado, ya que si intentamos aplicar metal y cerámica en ese espacio tan reducido, la propia contracción de la cerámica al cocer podrá deformar ese metal y, como consecuencia,
provocar un defecto en el ajuste marginal.

Uno de los motivos principales para hacer estas terminaciones horizontales era evitar terminaciones en ribete metálico, cuando trabajamos con metal-cerámica, y el efecto antiestético que esto ocasiona. También, para evitar el efecto sombrilla (1) que impide el paso de la luz a través de las restauraciones, debido a la presencia de metal o cualquier estructura opaca. Esto puede producir un oscurecimiento de los tejidos que rodean al diente. Para evitar esta circunstancia, se aplicaba cerámica
sin metal en la zona final de la preparación, facilitando el paso de la luz a través de estos materiales cerámicos. Y para conseguir este objetivo es necesario un cierto espesor que nos asegure la resistencia de ese material cerámico.

Es verdad que en los últimos tiempos disponemos de materiales, como el óxido de circonio en sus distintos formatos, que poseen una resistencia y translucidez apropiadas para poder hacer una terminación de las coronas en ribete, permitiendo
el paso de la luz a través de ellos y evitando el efecto sombrilla sin la necesidad de disponer de tanto espacio a nivel de la terminación y sin comprometer la resistencia (2-5).

Además, el circonio tiene un alto grado de biocompatibilidad (6, 7), por lo que es un material adecuado para colocar en contacto con los tejidos blandos. De esta manera,
podemos conseguir resultados altamente estéticos sin necesidad de realizar estas líneas de terminación horizontales.

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Autores

- Licenciado en Odontología por la Universidad de Granada. - Título de Máster en Implantología oral por la Universidad de Sevilla. - Director del título de Especialista en implantoprótesis clínica de la Universidad Isabel I. - Miembro del grupo Bioemulation.

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